martes, 27 de enero de 2015

. Bibliografía :"La batalla simbólica de las prostitutas. El papel de la comunicación" Anna Clua

"La batalla simbólica de las prostitutas. El papel de la comunicación"

Anna Clua

 http://www.usc.es/revistas/index.php/ricd/article/view/2352

 

Resumen


La prostitución es un tema de conciencia.  La actual reivindicación de las prostitutas en materia de derechos laborales está actuando, además, como revulsivo de prejuicios. Sin embargo, el debate público generalizado sobre el sexo de pago sigue representado a la prostitución como una lacra social que hay que abolir en nombre de los derechos de las mujeres. El presente artículo pretende analizar, en primer lugar, qué hay detrás de la institucionalización de esta imagen. En segundo lugar, se exponen dos ejemplos de cómo las prostitutas hacen uso de Internet y las redes sociales para dar cuenta de otro orden de las cosas. El objetivo último es dar pie a una reflexión acerca de la producción de conocimientos feministas, así como sobre el papel que estos conocimientos juegan o pueden jugar tanto en la definición de “género” como en la definición de “desarrollo” en las sociedades contemporáneas.

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prostitución

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sábado, 17 de enero de 2015

La propuesta de las prostitutas del Raval, es rechazada por el Ayuntamiento


 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/01/14/catalunya/1421270936_538237.html

Las prostitutas que trabajan en el barrio del Raval de Barcelona han presentado una propuesta al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, para poder abandonar la calle y salir de la indefensión en la que se encuentran. Pero su propuesta ha quedado en agua de borrajas. Al menos de momento. Las mujeres pedían la cesión del edificio de la calle Robadors 25, que el Ayuntamiento de Barcelona acaba de adquirir. Su intención era instalar en la planta baja una cafetería o un bar, mientras que en el primer y el segundo piso habría habitaciones para que las prostitutas mantuvieran relaciones sexuales con sus clientes. La penúltima planta se dedicaría a la formación de las chicas y la última serviría como alojamiento temporal para las prostitutas que necesiten un espacio, como por ejemplo, después de abandonar al chulo, que es uno de los objetivos de las madres de la propuesta.
Todo este proyecto lo gestionarían ellas, constituidas como cooperativa. También pasarían a formar parte del proyecto la cooperativa Iacta, que aportaría asesoramiento jurídico, y Etcs, que formaría a las mujeres.
Las propias trabajadoras sexuales reconocen que se trata de una propuesta “ambiciosa” y que sería una novedad en Barcelona” a pesar de que ya hay experiencias similares en otros lugares como Holanda”, según explica María Palomares, directora de la entidad Calala. Esta asociación, que apoya a distintos colectivos de mujeres, ha orientado a las prostitutas en la preparación y redacción del proyecto.
La propuesta es ambiciosa porque reclama al Ayuntamiento la cesión del edificio y un pago de 50.000 euros para rehabilitarlo y correr con los gastos de funcionamiento. Y también es ambiciosa porque supondría autorizar la apertura de un meublé, algo que en Ciutat Vella ya no es posible.
La idea de presentar la propuesta nació a partir de una invitación del propio Ayuntamiento. A través de Abits, la agencia municipal que aborda la prostitución en la ciudad, el Consistorio pidió a las prostitutas que presentaran una propuesta para optar a un programa que va acompañado de una subvención de 12.000 euros anuales. Pero ellas lo rechazaron. “Pidieron que no pusiéramos nada ni de prostitución ni del Raval. Su objetivo es expulsarlas del barrio y mandarlas no sabemos dónde", se queja Palomares. “El Ayuntamiento quería utilizarnos para colgarse una medalla, pero nosotras no queremos dinero, queremos un sitio donde trabajar”, reivindica Janet, portavoz de las prostitutas del Raval, organizadas bajo el nombre Putas Indignadas.
Actualmente, en este colectivo hay unas 40 profesionales. Muchas de ellas trabajan por su cuenta, pero otras son víctimas de las tratas. “Convivimos diariamente con las chicas de trata y las conocemos bien. Creemos que si este edificio se convierte en nuestro espacio las podríamos ayudar”, explica Janet.
El pulso entre las prostitutas que se resisten a abandonar el Raval y el Ayuntamiento que tiene otros planes dura desde hace años. A pesar de la negativa del Ayuntamiento, las prostitutas no se rinden y creen que alguna cosa está cambiando. “Al menos nos están respondiendo y esto ya es algo”, dice Paula, que se muestra optimista.
Como cada miércoles, las prostitutas protagonizaron ayer una cacerolada en la calle Robadors. Más allá del edificio, piden al Ayuntamiento que las deje trabajar tranquilas, sin tener que sufrir las multas de los agentes, ni precintar los pisos donde mantienen las relaciones sexuales.

martes, 6 de enero de 2015

"No vendo mi cuerpo, yo presto un servicio" Nikoll Ortiz, activista a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales

Nikoll es activista trans a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales desde hace 11 años. / Pamela Aristizábal
Nikoll Ortiz es bailarina profesional de folclor, estilista y trabajadora sexual desde hace 20 años. Además es activista a favor de la creación y protección de los derechos de quienes ejercen la prostitución en Bogotá, específicamente en las localidades de Los Mártires, La Candelaria y Santa Fe, con su red comunitaria de trans. Hoy asegura que no se avergüenza de su oficio y que, diferente de lo que piensa Rosen Hitcher, quien lidera en Francia un movimiento en contra de este oficio por tratarse de una forma de violencia, para ella esta es una opción de vida tan digna como la de los demás trabajadores. Actualmente, Nikoll trabaja de la mano con el Distrito y fundaciones como Procrear, para apoyar a trabajadoras sexuales que han sido vulneradas y en temas de prevención.
¿Cómo llegó a la prostitución?
Empecé a los 18 años, cuando terminaba el bachillerato en Barranquilla, donde nací. Mi mala situación económica me obligó a ejercer la prostitución como medio de subsistencia. Hace 11 años llegué a Bogotá por una compañera, que ya había trabajado en algunos “reservados”. Llegué directamente al barrio de Teusaquillo y luego me pasé al Santa Fe. Con la prostitución pude tener otras oportunidades y aprendí otros oficios. Mi profesión de base es profesora de danza folclórica y coreógrafa. También soy estilista profesional, especializada en maquillaje. Sin embargo, aún soy trabajadora sexual, sobre todo cuando se presenta una mala situación económica. He sido profesora hasta en colegios como profesora de danza y educación física, pero cuando se me acababan los contratos, volvía a la prostitución mientras encontraba algo estable.
¿Cree usted que la prostitución es una forma de violencia, como lo asegura Rosen Hitcher?
No. La prostitución es una opción laboral que algunas personas escogen cuando no hay otro medio de subsistencia o de trabajo. Es una decisión, porque no a todo el mundo se le obliga para que ejercerla. Claro que hay circunstancias desagradables que te obligan a pensar en ver la prostitución como opción de vida, pero no por eso estás obligada a tomarla. Lo veo grave en el caso de los menores de edad, porque ya hablaríamos de un delito y una vulneración clara de los derechos humanos.
Rosen Hitcher, de alguna manera, ve dicha libertad como un disfraz. Por ejemplo, las trabajadoras sexuales llegan al oficio porque no hay otra opción y, según ella, ni siquiera tienen la libertad de escoger sus clientes...
Yo decido qué cliente atiendo o no, al igual que el monto por lo que lo hago. Porque yo ejerza la prostitución no quiere decir que los demás puedan tomar decisiones sobre mi vida o tener algún tipo de autoridad sobre mi cuerpo. Estoy en la calle, pero eso no les da ningún derecho sobre mí, porque soy la que ofrezco el servicio y suplo una necesidad. ¿Quién trae la necesidad? El cliente. En ese caso, ¿quién se aprovecha de la necesidad de quién? Así como tengo necesidad de dinero, también tengo que tener en cuenta que esa persona que me busca tiene una necesidad sexual o quiere cumplir una fantasía. Muchas veces se confunde este oficio con la trata de personas y son muy diferentes. Allí está el error. Lo nuestro es una opción, lo otro es una vulneración de los derechos humanos. Lo nuestro es avalado por nosotras, lo otro es una obligación.
Esta activista francesa también cree que el Estado podría mitigar esta violencia “al prohibir la compra: una mujer no está en venta, un cuerpo no se puede comprar”. ¿Qué opina ante esta posición?
Es que no vendo mi cuerpo, yo presto un servicio, que es muy diferente. No somos un objeto. Por el contrario, somos personas que merecemos dignidad, que merecemos que nuestros derechos sean reconocidos. Tenemos necesidades que el Estado no conoce o que es peor, no ha querido reconocer. El problema, en realidad, no es la prostitución, sino el abuso laboral que hay en este oficio. Si la Constitución reconociera esto como un trabajo, nos podrían dar garantías de salud, pensión, crédito para vivienda o estudio. Nada de eso pasa. La gente no se da cuenta, pero allí está el verdadero maltrato.
¿Usted cree que este es un trabajo digno?
Por supuesto que lo es. No soy menos digna por ejercerlo. Soy menos digna cuando no reconocen mis derechos. Pero este no es el único oficio al que se le vulneran sus derechos. Yo lucho por la reivindicación de la prostitución como una opción laboral. No hablo de ella como si fuera un trabajo, porque mientras el Estado no reconozca nuestras necesidades y no nos garantice nuestros derechos, como los tienen los demás trabajadores, seguirá siendo un “rebusque”. Claro, no hay que negar que hay violencia, que hay clientes que de pronto cuando entran a una habitación pueden tornarse agresivos y cambian las reglas de juego. Soy consciente de que no todas las trabajadoras sexuales laboran de manera digna, pero eso no quiere decir que el oficio como tal no lo sea.
¿Ha sufrido algún maltrato ejerciendo su oficio?
Sí, claro. Nosotras en el mundo de la prostitución sabemos a lo que nos vemos expuestas cuando entramos a atender a alguien que no conocemos. De todas formas, también sé cuáles son mis derechos y los mecanismos para protegerme. Las personas que ejercen muchas veces no se capacitan en esto y desconocen las maneras para defenderse de esas vulneraciones, como la denuncia. Si todas y todos aprendemos de esas herramientas, podríamos trabajar sin maltrato y los demás dejarían de asociar nuestro oficio con una forma de violencia. Lo más curioso es que no son sólo los clientes, porque si me lo pregunta, 1 de cada 10 podría salir violento, sino la misma sociedad y las autoridades, quienes tienden a agredirnos constantemente con sus señalamientos y estigmas. Si hay una verdad acá es que existe una discriminación. Por ejemplo, no por ejercer la prostitución dejamos de ser aptas para otros trabajos o para el estudio. Pero pasa que te rechazan. Cuando la gente sabe que has ejercido la prostitución, hay una discriminación inmediata. Todavía se ve este oficio como algo malo, tabú, como lo prohibido, sabiendo que es el más antiguo del mundo.
¿Qué le diría usted a Rosen Hitcher si pudiera tener una discusión con ella sobre la prostitución?
Cada quien está en su derecho de expresar lo que piensa. Ella lo ve como una situación de violencia. Supongo que en su vida ha tenido que padecer muchos maltratos o altercados con los clientes. Pero 20 años en la calle, lo mismo que yo he vivido, no solamente sirven para darse cuenta de que hay violencia. Sirven también para comprender que hay herramientas que pueden mejorar las condiciones para las personas en ejercicio de prostitución. Le diría que no tiene que satanizar un ejercicio que durante la historia de la humanidad ha sido practicada. Ella, que está en un lugar donde se protegen más los derechos, debería trabajar por la reivindicación de la dignidad en la prostitución y no estigmatizarla como un tipo de violencia. Sí, hay violencia, pero me la puede aplicar más mi pareja y no mi cliente. Me la puede aplicar mi familia, mis compañeros, mis vecinos. Incluso la Policía cuando me ve en una calle y porque se les da la gana me golpean y luego me llevan a un CAI. Así que aquí lo importante es que todos juntos aprendamos a aceptar este oficio y a respetar las escogencias de los demás, pero sobre todo empecemos a buscar estrategias en beneficio de quienes practican la prostitución, porque este oficio por más que lo prohíban, no se va a acabar. 


*lauradulce2@hotmail.com