viernes, 26 de diciembre de 2014

Putas y sujetas de derecho por Mar Candela

Las mujeres en el poder no tienen claro que la dignidad de una mujer no está en lo que ella hace o deja de hacer con su vagina.
Mar Candela. Foto: SEMANA. 
  “Que tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio” Bertolt Brecht.

Antes que todo quiero ofrecer disculpas por no usar la expresión “Trabajadora sexual”.  Desde donde lo veo, es un eufemismo que, por limitaciones en “letras”, no explicaré en este espacio. Pido el favor de que comprendan que uso las palabras prostituta o puta, tan castiza la una como la otra, con todo el respeto humano y sin ninguna intención de ofensa. Espero exponer mis argumentos sobre mi rechazo al eufemismo “trabajadora sexual” en otra ocasión.

Por lo pronto, aclaro: puta es el diminutivo de la palabra prostituta, que hace referencia a una mujer que vende sexo. La palabra prostitución viene del latinazgo prostituere, que significa ‘mostrar para vender’. De ahí se deriva el término prostituta y en ese orden de ideas no estamos hablando de una “mala palabra” o de una “vulgaridad”, sino del nombre de una actividad.

Es más, si somos rigurosos con el sentido de las palabras, esto deja sentado que todas las personas somos prostitutas porque siempre estamos en la dinámica de “mostrar para vender”. Nadie contrata a alguien si no se muestra, sea en la profesión que sea. Por eso, insisto, no tengo idea de a quien se le ocurrió encasillar la palabra prostitución en el contexto de “vender sexo”, como si sólo las personas que venden sexo tuvieran la tarea de “mostrar para vender “.

Voy a hablar desde los paradigmas y lineamientos de feminismo artesanal. En nombre no de todas las mujeres, sino de las que consideramos que las mujeres somos diversas, que los derechos humanos son para todas y no sólo para las que llenan expectativas de comportamientos sociales.

Esta es mi historia, o al menos parte de ella. Al sentir la realidad de tantas mujeres y ver que tanto la prostituta como la trabajadora convencional eran vulneradas cuando tomaban una decisión sobre su vida en contra de lo que se supone que es políticamente correcto con la excusa de que se “portó mal”, comprendí que todas las mujeres en algún punto seriamos sancionadas social, moral, física y económicamente entre muchos más imaginarios de castigo argumentando que “somos o parecemos putas”.

Entonces llegué a la conclusión de que hay que exigir calles para mujeres libres y desde allí, empecé a invitar a todas las mujeres a reconocerse como “putamente libres”. Después de años de lidiar con diversas realidades femeninas comprendí que eso que denominamos “patria” agoniza porque hemos violentado y vulnerado en todos los sentidos a la Matria, es decir: la matriz de todas las sociedades. Esta no es sólo el vientre femenino que reproduce a la humanidad, sino también la naturaleza femenina, habite está en un cuerpo útero vaginal o no, la naturaleza femenina ha sido olvidada y pisoteada de generación en generación y si bien es cierto que el feminismo ha ganado grandes batallas de derecho y espacios valiosos para las mujeres, también es cierto que en pleno siglo XXI tenemos que seguir resistiendo a la falta de equidad y justicia social.

Yo me paro en la realidad innegable, la realidad de que el patriarcado y el machismo han mantenido soberanía política, social, económica, religiosa y cultural porque convencieron a las sociedades de que sí existen mujeres que deben despojarse de sus derechos por pensar, decir y vivir diferente.

Nos metieron en la cabeza que las mujeres políticamente correctas, correctas sólo por obedecer al sistema social, económico y moral impuesto, eran las únicas que podían exigir derechos en teoría, por el hecho de que su nombre “no tenía mancha”, nos convencieron de que existían mujeres que se “buscaban su mala suerte” por decidir sobre su cuerpo y todos los aspectos de su vida.

Nos metieron en la cabeza que la prostitución es inmoral porque se trata de un pecado y desde allí la convirtieron en un delito. Por suerte ya en muchos países, incluido Colombia, el debate sobre si es o no es un trabajo ya se ha dado y ha quedado claro en muchas partes que sí es un trabajo y no un trabajo de simple desvare, sino un trabajo tan digno como todos.

Yo me planto en la verdad de que la dignidad de una mujer no está en lo que ella hace o deja de hacer con su vagina, que el ejercicio de nuestra sexualidad, sea cual sea, no pone ni quita una sola tilde a nuestros derechos humanos.

En esta sociedad de dobles discursos varias personas quieren hacer creer que no marcar lineamientos políticos y derechos claros para las personas adultas que ejercen la prostitución por determinación e incluso el pretender abolir el ejercicio del trabajo de la prostitución se trata de velar por los derechos humanos, con el pretexto de que son muy pocas las personas que quieren voluntariamente ejercer ese trabajo. Es más, algunas corrientes feministas insisten en que al abolir la prostitución voluntaria se acabara el tráfico sexual.

Disculpen si se sienten agredidas, pero tengo que decirlo y no sé de qué otra manera hacerlo, muy ilusas las mujeres que en nombre de sus movimientos se aferran al discurso abolicionista, al creer que de verdad benefician a las mujeres prostitutas, y muy ingenuas al no comprender que lo único que hacen es lanzar a estas mujeres a vivir, padecer e incluso morir en la clandestinidad.

No es menos violencia de género esto que cualquier conducta machista. Algunas mujeres quieren ser redentoras y salvadoras a cualquier precio. Al patriarcado no le duele que existan mujeres que decidan ser putas, lo que le duele es que escojan el cliente, la tarifa y exijan condiciones humanas dignas para ejercer. Muchas mujeres consideran que el cuerpo de las mujeres es suyo y que las mujeres decidimos sobre el ejercicio de nuestra sexualidad si y sólo si, decidimos no vender atención sexual ¿Quién les da el derecho a algunas mujeres a decidir sobre el cuerpo y vida de las minorías femeninas?

Los derechos humanos no son un tema de cifras, una sola mujer que decida ser prostituta debe tener la opción y las garantías de derecho sin censura, ni sanciones.
Comparto un sentir personal:

Todas las mujeres tenemos que reconciliarnos con la prostituta sagrada que llevamos dentro porque con excepción de las mujeres asexuales, todas somos receptoras y dadoras de placer y fuimos educadas para no ejercer nuestra sexualidad sin un beneficio, a tal punto que nos educaron para no relacionarnos con hombres que no tuvieran algo que ofrecernos. Es más, antaño el patriarcado no concedía el matrimonio sin dote. Antes de casarse, a las mujeres nos vendían al mejor postor para que nos enamoráramos en el camino, el amor y el placer no fueron prioridad para casar a las mujeres, prioridades eran el dinero y el poder social y político que el casamiento de dos apellidos engendrara.

Así que dejemos la moralina, lo que le atormenta al patriarcado es que las putas hoy deciden; lo que le incomoda a enemigos de la libertad es que las mujeres entendamos que somos sujetas de derecho aun siendo putas, seamos putas por vocación, por necesidad o por simple sospecha, porque en esta sociedad la mujer es denominada puta sólo por salirse de los paradigmas y lineamientos establecidos por las tradiciones. Lo que le duele al patriarcado es que las mujeres decidamos ser putamente libres y nos abanderemos de nuestro derecho a decidir no sólo sobre nuestro cuerpo, sino sobre todos los aspectos de nuestra vida.

Cuando decidí, en compañía de otras ciudadanas, llevar a cabo la versión de la marcha de las putas en Colombia, recuerdo cuando algunos colectivos me acusaron de apropiarme de una causa social que no me competía; sin conocerme afirmaban que yo no era prostituta y por ende no tenía autoridad moral para hablar del tema ni conocimiento de causa, como si para entender que las comunidades de negritudes son ciudadanía sujeta de derechos se necesitara ser negro. ¿Cómo saben si soy o no soy prostituta en una sociedad donde cientos de mujeres ejercen la prostitución en la clandestinidad por terror al escarnio público y por la existencia de la limpieza social que decide asesinar a las mujeres que ejercen este trabajo? ¿Qué cosa debo saber sobre la realidad de las mujeres prostitutas aparte de que son sujetas de derecho y que ninguna debe ser tratada como ciudadana de segunda categoría? ¿Qué debo saber sobre la realidad de la puta además de que ella debe ser cobijada de todos los derechos humanos, incluidos los laborales, como todas las demás trabajadoras de los diversos campos de acción?

No soy abogada ni tengo poder político para hacer leyes, por eso desde cuando supe de la existencia de este proyecto lo he acompañado de lejos y aunque sé que debe ser revisado por todas las colectividades que trabajan el tema, aplaudo que esté sobre la mesa. Es absolutamente justo que hoy en el Congreso de la República se dé el debate sobre la reglamentación de los derechos laborales de las prostitutas. Desde donde yo lo veo, el hecho de que sea un hombre y no una mujer quien haya abierto este debate sólo deja claro que las mujeres en el poder no siempre representan los intereses de todas las mujeres en Colombia, a pesar de los discursos abolicionistas. El debate sobre si la prostitución es o no es un trabajo ya se dio en Colombia y quedó estipulado que es un trabajo, aunque algunas personas quieren volver al pasado y piden penalizar ya sea a la prostituta o a su cliente.

Lo cierto es que eso es retardatario y que ahora lo que debemos hacer es enmarcar todos los derechos laborales para las personas que ejercen la prostitución voluntaria. Comparto las palabras de Cristina Garaizábal, del Colectivo Hetaira, una activista española por los derechos humanos de las prostitutas:
“...La experiencia demuestra que la puesta en práctica de políticas abolicionistas profundiza el abismo entre las prostitutas y el resto de la sociedad y aumenta el estigma, la exclusión y la marginación social que muchas padecen (...) Desde nuestro punto de vista, las posiciones abolicionistas, Por impracticables e impositivas, son las que más favorecen las mafias, pues, como se ha demostrado también en otros asuntos, son precisamente las condiciones de clandestinidad y de falta de derechos reconocidos las que favorecen que los poderosos campen por sus respetos y los sectores más desfavorecidos (en este caso las mujeres y los niños) queden totalmente desprotegidos frente a los abusos y la explotación”.

Hoy me atrevo a dejar esta conclusión en nombre del movimiento feminismo artesanal:
Somos putamente libres.

La explotación sexual es delito de lesa humanidad y nada tiene que ver la prostitución voluntaria con el hecho de que existan delincuentes dedicados a someter a todo tipo de vejámenes a personas para explotar el negocio del tráfico sexual.

*Mar Candela – Ideóloga feminismo artesanal

lunes, 22 de diciembre de 2014

Las últimas del Chino

Algunas de las prostitutas de la calle de'n Robador explican su visión del barrio

La mayoría son madres de familia que comparten pisos para poder trabajar


Hay un millón de maneras de contar una misma historia. La que sigue es la historia de una calle, la de'n Robador, a través de las vivencias de las prostitutas que trabajan en ella. Una mirada femenina sobre 100 metros del barrio del Raval de los que se ha escrito mucho, aunque pocas veces desde su perspectiva. Una calle que se ha convertido en símbolo, en reducto del viejo Barrio Chino; en una suerte de poblado galo. Carmen -nombre ficticio- es una de las veteranas del lugar. Madre de dos hijos -chico y chica- y abuela de tres nietos, madrileña de nacimiento y de actitud, lleva trabajando en el Raval desde 1990. "He sido testigo de toda la transformación del Chino. De aquello ya queda muy poco, pero algo queda», cuenta la mujer. Quedan ellas, varias decenas de prostitutas, cada una con su historia, que se han organizado para defenderse entre ellas y defender sus derechos. "Somos ciudadanas, no delincuentes", rezaban algunos de los carteles con los que el miércoles pasado, día internacional contra la violencia contra las trabajadoras sexuales, empapelaron la calle. También colgaron globos rojos y pusieron música, para evocar aquella alegría que, pese a todo, tenía el Chino que estas mujeres no quieren dejar morir.

Hijos criados en el Raval

"Nadie se hace prostituta por capricho". Lo asegura Carmen, quien constata que "las cosas no son fáciles y a los hijos hay que darles de comer". La mujer, dulce, explica que los suyos los ha criado allí, en el Raval. "En el barrio todos me conocen; nos hemos ayudado mucho. Esa solidaridad entre los vecinos es lo que siempre me gustó del Chino", prosigue la mujer. Pero todo ha cambiado mucho, claro. En los últimos años se siente cada vez más perseguida por la Administración. "Cada vez parece que les molestamos más. Que encajamos menos en su idea de Barcelona. Ya me han cerrado dos pisos. Y ahora nos quieren echar también de estos. No pedimos nada, solo que nos dejen un espacio en el que trabajar tranquilas", concluye la mujer.
María tampoco se llama María, pero sí tiene 33 años y es compañera de Carmen. El miércoles llegaba sobre las 12 del mediodía a la calle de'n Robador. Su calle. "Cuando me dicen que seguro que tengo un chulo me río y les digo que anda que si tuviera un chulo podría llegar a trabajar a las 12", cuenta la mujer, madre de un niño de seis años, con una sonrisa triste. El pequeño vive en Rumanía, con su abuela materna. "Mandé al niño con mi madre cuando me separé porque la cosa está fatal aquí", relata Carmen, quien llegó a Barcelona en el 2004 y se dedica a la prostitución desde el 2010.
Pese a que explica que el trabajo ha bajado -"en parte por la crisis y en parte por la persecución policial"-, con el dinero que gana puede vivir y mandar dinero a su país, para su madre y su hijo, igual que hacen muchas de sus compañeras. "Con los 30 euros que cobramos no podemos ir a una pensión y el cliente que viene aquí no puede pagar más», expone la mujer, también preocupada con el progresivo precinto de los pisos-prostíbulo en el barrio por parte del distrito. Hablan de que al Raval van los clientes «de toda la vida" y aún algunos hombres que llegan al puerto. "No es un cliente que esté dispuesto a pagar más, pero nosotras tampoco estamos dispuestas a cobrar menos", plantean estas mujeres, que se organizan por turnos.
"En el ayuntamiento dicen que estar captando a los clientes en la calle queda mal en esta ciudad y está prohibido por la normativa, pero fueron ellos los que cerraron los bares. Antes no había quejas. Si habilitaran un bloque horizontal para nosotras, con un bar abajo, por ejemplo, se arreglaría el problema", señala Carmen, preocupada.

El espiritu del 15-M

También madre y luchadora, como la mayoría aquí, Janet es otra de las veteranas de'n Robador. Es el punto de apoyo y referente de muchas de sus compañeras y portavoz del colectivo Prostitutas Indignadas, creado por estas mujeres después del 15-M para defender sus derechos y reclamar que se respeten sus derechos como ciudadanas, "fuera de toda respuesta de carácter represivo o policial". "Queremos que nos traten como a vecinas", resume Janet, quien reivindica el arraigo del colectivo en el Raval. "Las prostituas llevamos más de 100 años aquí", concluye.
Paula explica que se dedica a la prostitución desde los 13 años y que es feminista desde los 17. Es argentina y ha trabajado en distintos lugares de la ciudad y el mundo. Insiste en la importancia de salir de la invisibilidad. "Si quisieran perseguir a las mafias, como dicen, lo harían. ¿Cuántas veces se han hecho macrojuicios a chulos que han acabado en nada? En cambio a nosotras nos persiguen cotidianamente", denuncia. "Aquí estamos organizadas. Tenemos pisos compartidos y funcionamos como una especie de cooperativa. No dependemos de nadie y estamos aquí por decisión propia. Nos quieren hacer creer que no tenemos criterio y no es así", apunta la mujer, quien insiste en que no se puede entender la persecución contra la prostitución en la calle sin abrir el foco y mirar también "la especulación inmobiliaria y la gentrificación que ha marcado la transformación del barrio". Esos pisos de las que todas hablan están en el centro de la reactivación de la movilización, que se decidió en la asamblea general en el Casal Folch i Torras, celebrada el lunes 10 de noviembre. Como ya hicieron el año pasado, la fecha elegida fue los miércoles a última hora de la tarde. No piensan ni callar, ni marcharse.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Conferencia Montse Neira, con Apdha Cádiz

Adjunto enlace de mi charla con APDHA en Cádiz, defendiendo los Derechos Fundamentales de las personas que ejercen el trabajo sexual.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Prostitutas Indignadas la lucha por derechos fundamentales del trabajo sexual

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

17 th Dec. International day to end violence against sex workers



http://vimeo.com/114755006
Video reinvindicativo, de Genera 

17 de Diciembre, celebramos el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Contra las Trabajadoras del Sexo. En Hetaira y en el Proyecto Indoors nuestro principal objetivo es apoyar y empoderar a las trabajadoras del sexo y llamar la atención de la sociedad sobre la necesidad de reconocer los derechos laborales como una forma de combatir el estigma y la violencia. Ya que pensamos que la mejor manera de combatirla, junto a los abusos, es dotando a las trabajadoras del sexo de derechos laborales y sociales con los que se puedan defender legalmente.
“Diferentes trabajos. Igualdad de derechos”, es el lema conjunto que proponemos las entidades participantes en el Proyecto Indoors III [http://www.indoors-project.eu/], una colaboración de nueve organizaciones europeas financiadas por la Unión Europea en el marco del Programa Daphne.
Fruto de este trabajo conjunto, del intercambio de experiencias y buenas prácticas, y un mayor conocimiento de las políticas sobre trabajo sexual en distintos países, pudimos extraer una serie de recomendaciones que pueden mejorar la calidad de vida y las condiciones laborales de quienes ejercen trabajo sexual, que podrás leer en el archivo adjunto.
Nos sumamos así a todas las acciones que mañana tendrán lugar en conmemoración de este día, en el Estado español y a nivel mundial.

Colectivo Hetaira

martes, 9 de diciembre de 2014

Plataforma por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo y la futura Ley de Seguridad Ciudadana

NOTA DE PRENSA. Madrid, 9 de diciembre de 2014. Plataforma por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo: “La futura Ley de Seguridad Ciudadana vulnera derechos fundamentales de las trabajadoras del sexo”
La Plataforma por los Derechos de lasPersonas Trabajadoras del Sexo, de ámbito estatal, reunida el 4 de diciembre enMadrid, se opone a la aprobación del anteproyecto de Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana que implica para la ciudadanía en general un granrecorte en derechos fundamentales y libertades.

Además, en lo que afecta a nuestro ámbitode trabajo, el anteproyecto criminaliza al colectivo de personas que ejercen la prostitución. Desde el Gobierno se ha argumentado que se trata de una Ley que “solo”penalizaría al cliente, sin embargo, en el redactado, vemos que son las trabajadoras del sexo que captan su clientela en los espacios públicos quienes serán penalizadas de manera más severa, ya que podrán ser acusadas de desobediencia o resistencia ala autoridad, con graves consecuencias en sus vidas. Así queda explicitado en los artículos 36.11 y 36.6.

Desde la Plataforma por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo denunciamos que la ejecución de este Anteproyecto se traducirá, para quienes ejercen la prostitución en las víaspúblicas del Estado español, en persecución y acoso, que lejos de solucionar ningún problema social, de convivencia, o de seguridad ciudadana, empeorará más si cabelas condiciones en las que se ejerce esta actividad. Contribuirá al aumento de la vulnerabilidad porque se verán obligadas aejercer en lugares más alejados y a negociar las condiciones del servicio sexual de manera más rápida y clandestina, lo que supondrá una pérdida decontrol en la negociación del preservativo, el precio, las prácticas, etc.

Esta Ley vulnera derechos fundamentales reflejados en la Constitución de 1978 (el derechoa la dignidad art.10, derecho a la igualdad sin discriminación de circunstanciapersonal o social art.14, derecho a la libertad y a la seguridad art. 17, derecho al trabajo  art. 35, derecho al progreso social y a la formación y re adaptación profesional art. 40, derecho a la salvaguardia de losderechos económicos y profesionales art. 42, derecho a la salud art. 43)y, a su vez, la penalización de una actividad que no es delito en el Estado español, ya que ni ejercer laprostitución, ni solicitar servicios sexuales remunerados están tipificados como tales en el C.P. Todo esto generará un clima de inseguridad e indefensión y, por tanto, incrementará la vulnerabilidad ante cualquier tipo de violencia. Siendo, sus consecuencias, mucho más graves cuando afecten apersonas que puedan ser víctimas de trata o víctimas de cualquier otraviolencia machista, sobre las que el Estadotiene una responsabilidad directa.

Esta Ley de “Protección” de laSeguridad Ciudadana sienta las bases de la prohibición de la prostitución en el espacio público, favoreciendo solamente los intereses de los empresarios de los locales, donde las mujeres carecen de cualquier ley que proteja sus derechos, dado que no existe un reconocimiento de la prostitución como trabajo.

Desde la Plataforma estatal por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo, reivindicamos e lreconocimiento y la defensa de derechos de ciudadanía, entre ellos los derechos laborales que contribuyan a proteger a las personas que ejercen la prostitución frente a los abusos que ya sufren. Igualmente exigimos la no criminalización de su actividad, a pesar de que, recordémoslo, la prostitución no es un delito.

La plataforma por los derechos de las personas trabajadoras del sexo está conformada por:

. Ambit Prevenciò/ Ambit Dona.Cataluña. http://www.fambitprevencio.org/

. Asociación de MujeresTransexuales y Travestis Trabajadoras del Sexo en España (AMTTTSE). Málaga

. Asociación Pro Derechos Humanosde Andalucía (APDH). http://www.apdha.org/

. Asociación de Profesionales delSexo (APROSEX). Cataluña. http://www.aprosex.org/

. Associaciò en defensa dels dretsde les dones- Genera. Cataluña. http://www.genera.org.es/

. Colectivo Hetaira. Comunidad deMadrid. http://www.colectivohetaira.org/

. Col.lectiu Lambda. ComunidadValenciana. http://www.lambdavalencia.org/es/

. Colectivo de Lesbianas, Gays,Trasexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM). http://www.cogam.es/

. Comité de Apoyo a lasTrabajadoras del Sexo (CATS). Región de Murcia. http://www.asociacioncats.org/

. El Lloc de la Dona. Cataluña. http://www.llocdeladona.org/es/

. Fundación Triángulo. Estatal. http://www.fundaciontriangulo.org/

. Prostitutas Indignadas. Barcelona.https://prostitutasindignadas.wordpress.com/

La prostitución en Euskadi, dato a dato



Gu Gaitun presenta los datos y los problemas de las personas relacionadas con la prostitución en cada uno de los territorios vascos, en un momento en que la manera de ejercer esta profesión está cambiando.
Desde la asociación Arrats critican que con ordenanzas como las de Irun "se les considera como criminales cuando la prostitución no es delito".
Presentación de la federación de asociaciones que trabajan con prostitutas, Gu Gaitun.
Presentación de la federación de asociaciones que trabajan con prostitutas, Gu Gaitun.
La manera en la que se ejerce la prostitución está cambiando. Cada vez existe más diversidad de género o procedencia en este colectivo, además de que cada vez la invisibilidad es mayor gracias a herramientas como Internet. Para responder a todas las necesidades seis asociaciones vascas llevan años trabajando con este colectivo. Ahora se han unido y han formado la Federación Vasca de entidades que trabajan con el colectivo de personas que ejercen la prostitución, Gu Gaitun. En las jornadas de presentación de este grupo,  miembros de las asociaciones han expuesto los datos y las problemáticas de cada uno de los tres territorios vascos y lo más llamativo es el aumento de pisos en donde se ejerce la prostitución. Aunque sobretodo destaca la manera de gestionarlos, ya que ahora son cada vez las prostitutas quienes autogestionan su lugar de trabajo, cuando antes era el dueño quien controlaba cómo trabajar y se quedaba con un 50% de las ganancias.
Las responsables de las asociaciones apuntan que la recogida de datos en este ámbito es una tarea muy difícil, ya que “todo es muy volátil”. De hecho, los pisos ya no se anuncian en los periódicos, sino por Internet. Además, en cuanto una comunidad de vecinos se entera de que hay un piso donde se ejerce la prostitución “se cierra el piso y se van a otro lado”. Otras cuestiones que han llamado la atención es el aumento de hombres ejerciendo la prostitución y el de mujeres de nacionalidad española, aunque los responsables de las asociaciones tampoco lo consideran “algo significativo”.
En Bizkaia, el 62% de la prostitución se concentra en Bilbao y el 50% en clubs y macroclubs. Así, el 42% ejerce la prostitución en pisos y el 8% en la calle. Un dato llamativo que han recogido desde la asociación Askabide es que cada año contabilizan unas 1.000 personas nuevas en Bizkaia. El 98% son mujeres y transexuales y el 2% hombres. Además, el 50% tiene entre 30 y 40 años, siendo el grueso de las personas de origen latinoamericano. Por su parte, en Álava la mayoría de prostitutas ejercen su profesión en los pisos, un 64%, un 34% ejercen en clubs y el 3% en la calle. La responsable de la Comisión C. AntiSida de Álava ha destacado que en las zonas de la periferia de Vitoria suelen estar entre 8 y 12 mujeres “cuando no pasa Extranjería, porque si pasa no hay ninguna”.  Una de las cuestiones que más preocupa en este territorio es el acceso de algunas de estas mujeres al padrón, ya que el 21% no lo tiene, porque “se encuentran con muchas dificultades, incluso con cobros abusivos”. Además, esto conlleva la dificultad de acceder a la tarjera sanitaria.
En Gipuzkoa, durante el pasado año 2013, han contabilizado un total de 1.157 personas ejerciendo la prostitución. De estas, el 92%  son mujeres, el 5% transexuales y el 3% hombres. En este territorio destaca que en los clubs y en la calle el 100% son mujeres, mientras que las transexuales y los hombres ejercen  en pisos. En Gipuzkoa hay un número bastante elevado de personas empadronadas, un 92%, mientras que un 27% no cuentan con tarjeta sanitaria. Una de las preocupaciones de la Asociación Arrats es la aplicación en Irun de la ordenanza municipal que sanciona el ofrecimiento y la demanda de la prostitución. A juicio de su representante, en este municipio existe una “gran persecución y abuso policial”. Además, denuncian que algunas prostitutas se encuentran pendientes de juicio por la vía penal por desobediencia a la autoridad. Desde Arrats critican que “se les considera como criminales cuando la prostitución no es delito”.
 http://www.eldiario.es/norte/euskadi/datos-prostitucion-Euskadi_0_312169350.html

sábado, 6 de diciembre de 2014

Ocho razones para evitar la confusión entre trata de personas, explotación laboral y trabajo sexual

 La confusión entre trata de personas con fines de explotación sexual, explotación
laboral y trabajo sexual atraviesa la escena política, social y sobre todo mediática,
y ha generado desde opiniones equivocadas hasta instrumentos legislativos que no
aciertan en terminar con el flagelo de la trata y que fomentan la estigmatización de las
trabajadoras sexuales.
Esta confusión tiene consecuencias negativas. Por una parte, NO colabora con nuestra
lucha para que se respeten nuestros derechos humanos. Por otra, NO ayuda a combatir
la trata, ni desarticula las lógicas de explotación y las redes de impunidad vigentes. Por
estos motivos, se debe diferenciar entre:
* TRATA DE PERSONAS es “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la
recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas
de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de
vulnerabilidad” para obligar a una persona a prestar servicios sin consentimiento. La
trata de personas con fines de explotación sexual es sólo una forma que adquiere este
delito. El elemento distintivo de la trata es la retención en contra de la voluntad o el
secuestro de documentación, el sometimiento por maltrato o amenazas de atentar
contra la vida, el encierro y la obligación a prestar servicios sin consentimiento expreso
y en contra de la voluntad de la persona.
* EXPLOTACIÓN LABORAL hace referencia a las condiciones de realización
del trabajo y no remiten únicamente a fines sexuales. Existe explotación sexual en
diversas ramas laborales siendo la construcción y la industria indumentaria y de
calzado unas de las más permeables a esta práctica laboral. La explotación laboral
implica menor paga que la mínima necesaria o legal, condiciones precarias de trabajo,
ausencia de prestaciones básicas en el ámbito de trabajo, jornadas extendidas por
más horas que las máximas dictaminadas por la ley, retribuciones monetarias que no
contemplan vacaciones ni licencias por enfermedad, hasta el extremo del trabajo con
características de semi-esclavitud. Por su parte, el trabajo sexual, al hallarse en un
intersticio legal (no está prohibido, pero tampoco está regido por leyes y normas) se
encuentra “clandestinizado” y en ese sentido, abre las puertas a la explotación laboral.
En nuestra situación, muchas veces proxenetas (padrotes, patrones) o propietarios de
hoteles, cabarets, saunas, cines pornográficos, whiskerías, bares, casa de citas, clubes
nocturnos, o de departamentos en los que prestamos nuestros servicios, nos exigen
trabajar más horas o en condiciones nefastas para nuestra salud, pero aún en estas
condiciones, no somos “mujeres tratadas”, dado que nos dedicamos al trabajo sexual
por voluntad y elección personal.

1 Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convenciónde las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. ONU. 2003. Artículo 3, apartado A:

* TRABAJO SEXUAL es la prestación de un servicio sexual a cambio de dinero,
en el que todas las partes comprometidas lo hacen por decisión personal y con
consentimiento propio. Las mujeres trabajadoras sexuales somos mayores de edad
que hemos decidido dedicarnos a este trabajo, para poder solventar nuestra economía
familiar y/o personal. Queda claro que las mujeres trabajadoras sexuales no somos
tratadas ni debemos ser “rescatadas”. Cada vez que interfieren en nuestros espacios
de trabajo, irrumpen en nuestros arreglos con los clientes o con los propietarios de
los espacios y, muchas veces, impiden que podamos generar ingresos ese día.
La confusión entre estos tres conceptos, trae consigo un conjunto de problemáticas
que a lo largo de la región latinoamericana aparecen una y otra vez. Muchas veces
se generan por ignorancia y desconocimiento, otras veces intencionalmente: con los
argumentos de la lucha contra la trata, ciertos sectores sociales, judiciales y políticos
obtienen beneficios de las políticas públicas, al tiempo de NO detener el sistema de
trata, de no mejorar nuestras condiciones de trabajo ni terminar con las situaciones
de explotación.
Desde nuestra organización nos preguntamos: si realmente hay una intención desde
los Gobiernos de finalizar con la trata de personas ¿por qué los presupuestos destinados
para esto son tan escasos?; si los Estados quieren abolirla, ¿por qué sancionan leyes
cuya aplicación recae justamente en aquellos sectores que se encargan de mantener
la trata o de garantizar su impunidad, como es el caso de la gendarmería, la policía
y algunos sectores del poder judicial? ¿Por qué las cárceles están llenas de mujeres
acusadas de “regentear” a otras mujeres, y sin embargo no encontramos allí a los
responsables de sostener la mafia de la trata, muchos de ellos bien posicionados
dentro de los círculos políticos?¿Dónde están los dueños y por qué cuando hacen los
allanamientos nunca los encuentran? ¿Cuándo se desmantelará el encubrimiento que
se ejerce sobre las personas que organizan la trata?
También denunciamos que, muchas veces, tras ser rescatadas, las mujeres víctimas
de trata transnacional son revictimizadas y obligadas a volver a sus países de origen
sin tener en cuenta las condiciones de vida y dejándolas nuevamente a merced de la
misma red mafiosa que las interceptó. Es decir, no existe una voluntad política clara
de terminar con las condiciones que permiten la existencia de esta problemática,
como tampoco existe una decisión estatal de mejorar las condiciones de prestación
del trabajo sexual ni de terminar con la explotación laboral. Lo que sí evidenciamos
desde nuestra organización es una manifiesta voluntad de confundir los conceptos y
las situaciones derivadas de estos.
En este documento, plantearemos 8 consecuencias negativas que se desprenden de
la confusión entre Trabajo Sexual, Explotación Laboral y Trata de Personas con fines
de explotación Sexual.
La realidad, los padecimientos, la situación vivida y las consecuencias que
de ella se derivan, convierten a las mujeres víctimas de la trata en personas
con características especiales que deben ser abordadas integralmente
por los Estados. Las condiciones previas a ser engañadas y secuestradas
deben ser también revisadas, así como los contextos en los cuales estas
mujeres volverán a sus vidas y las prestaciones de servicios de salud
psicológica y corporal que deberán recibir . La confusión entre trata de
personas, explotación laboral y trabajo sexual (o el desconocimiento de
la existencia de mujeres que elegimos y decidimos ejercer el trabajo sexual),
no permite centralizar los esfuerzos en el problema; dificulta las
alianzas entre sectores que colaboran con desarticular las mafias que
sostiene, respaldan y ejercen la trata de personas; y genera una errónea
percepción general de las tres temáticas. De esta manera, se pierde el
foco de lo relevante y no se da cuenta de lo específica que es la trata de
personas con fines de explotación sexual, disipándose los esfuerzos y las
medidas de reversión y solución existentes. Si “todo es trata de mujeres
con fines de explotación sexual”, las características precisas de este fenómeno
se pierden, así como se pierde la centralidad y claridad del concepto
para combatirlo mediante la generación de políticas públicas acordes y
específicas.
1.
2.
No se acierta en terminar con el secuestro y la
trata de personas con fines de explotación sexual.
Se vulneran los derechos de las Trabajadoras
Sexuales y, de esta forma, no se generan alianzas
con nuestro sector para luchar contra la trata.
Las leyes “anti-trata” que han proliferado en la región —propuestas y
elaboradas sin considerar nuestras necesidades específicas— ponen en
duda la elección y la decisión de las trabajadoras sexuales sobre nuestro
trabajo y nuestros cuerpos, siendo muchas veces “rescatadas” en contra
de nuestra voluntad y sometidas a procesos médicos, psicológicos y legales
a los que no deberíamos ser expuestas. A diferencia de las mujeres en
condición de trata para fines sexuales, nosotras realizamos este trabajo
por voluntad propia, y al removernos de nuestros lugares de trabajo o
someternos a condiciones de tener que dar explicaciones sobre nuestras
elecciones personales, se están vulnerando nuestros derechos. Las políticas
públicas no tienen en cuenta que las trabajadoras sexuales somos
actores claves para prevenir, denunciar y erradicar la trata de personas.
Nosotras conocemos los lugares y las zonas de trabajo, incluso mucho
mejor que las autoridades públicas, por lo que nuestra ayuda es fundamental.
Sin embargo, al dejarnos al margen y “castigarnos” mediante
“rescates forzosos” y leyes, nos aíslan de esta lucha y no se genera un
trabajo mancomunado. En un escenario ideal, las mujeres trabajadoras
sexuales podríamos rápidamente reconocer y denunciar los lugares y situaciones
en los que las mujeres se encuentran retenidas en contra de su
voluntad siendo obligadas a mantener relaciones sexuales.
2 El programa Asistencia a Víctimas de Trata (AVOT) de OIM en el Cono Sur registró que se rescataron 525 personas en total. De los casos asistidos hasta octubre, 190 fueron víctimas de explotación sexual y 219 trabajo forzoso.
De los 456, 288 decidieron volver a su país de origen. La mayoría de los casos se correspondía con personas de hogares en situación de pobreza o extrema pobreza. “Resultados parciales del Programa de Asistencia a Víctimas de Trata (AVOT) en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay”. OIM. 2005-2010.
4.
5.
3. Los recursos del Estado destinados a combatir el tráfico de personas,
están en muchos casos mal utilizados. Al considerarnos mujeres a las
que hay que rescatar, el Estado nos incorpora en un conjunto de instituciones
de “contención” y “asistencia” a las que nosotras como mujeres
que eligieron esta profesión, no deberíamos asistir. De esta forma, los
recursos económicos, humanos y de salud del Estado se utilizan de manera
equivocada, con la población equivocada y con fines equivocados.
Mientras tanto, las trabajadoras sexuales no recibimos ningún tipo de
beneficio real que respete nuestras decisiones, y las mujeres que fueron
violentadas y sufrieron la trata o el secuestro tampoco son correctamente
contenidas y respaldadas.
Muchas veces, la población profundiza sus preconceptos y estigmas
hacia las trabajadoras sexuales a partir de la confusión entre trata
de personas y trabajo sexual, creyendo erróneamente que nosotras estamos
en connivencia o complicidad con la trata, cuando en realidad la
denunciamos y repudiamos. Además, la idea infundada de que “todas las
mujeres son tratadas” afecta la manera en la que la sociedad interpreta y
comprende nuestra decisión laboral. Esta confusión, muchas veces alentada
por los medios de comunicación , olvida que detrás de la trata de
personas existen redes, mafias y crimen organizado , mientras que detrás
del trabajo sexual hay mujeres decidiendo sobre nuestros cuerpos.
La confusión repercute en la población y en su
forma de comprender las temáticas.
No se aprovechan los recursos y se desperdician
los esfuerzos.
Se victimiza a las Trabajadoras Sexuales. Las mujeres trabajadoras
sexuales somos victimizadas y tratadas como mujeres sin voluntad o
capacidad de elección y decisión, a las que hay que “rescatar”, “reinsertar”
y “reincorporar” a la sociedad. Se niega nuestra voluntad, considerándonos
víctimas y equiparándonos a personas que no pueden decidir
certeramente sobre sus vidas. Esta actitud, muchas veces reforzada por
una visión abolicionista del trabajo sexual, dificulta aún más nuestra posibilidad
de intervenir en la elaboración de políticas y de participar en espacios
de incidencia, dado que nos presenta como mujeres sin capacidades
ni inteligencia, y a merced absoluta de factores externos. El extremo de
esta vulneración hacia nuestros derechos, se evidencia cuando ante un
caso de allanamiento “en busca de locales donde se explota a mujeres
víctimas de trata”, ingresan a espacios —muchas veces cooperativos— en
los que las trabajadoras sexuales estamos ejerciendo nuestra profesión
de manera autónoma e intervienen nuestra jornada. Las consecuencias
son: por una parte, considerar a la compañera que abrió la puerta o firmó
el contrato de alquiler como la “explotadora” o quien está en complicidad
con la trata; mientras que, por otra, considerar a todas las mujeres que
nos encontramos trabajando allí como “mujeres rescatadas”; cuando ninguna
de nosotras estaba allí en contra de nuestra voluntad ni explotando
a nadie.
Se victimiza a las Trabajadoras Sexuales.
3Guía para el abordaje periodístico del trabajo sexual y las trabajadoras sexuales. RedTraSex. 2014.
4Medios de Comunicación en Acción Contra la Trata de Personas. Manual para Periodistas. Acción por los niños. 2008.
La explotación laboral es una problemática en sí misma, que excede
al trabajo sexual y tiene directa relación con la forma de producción
vigente en el sistema económico dominante, comprometiendo a toda la
clase trabajadora. Con las miradas moralizadoras sobre “el trabajo con los
genitales”, se cae en el reduccionismo de considerar que la explotación
sólo atañe a las trabajadoras sexuales, reducción que luego es solapada
por la confusión entre explotación sexual y proxenetismo, con trata de
personas para fines de explotación sexual. Sin embargo, la explotación laboral
es una condición de prestación de trabajo que atraviesa una amplia
variedad de empleos, y sobre la que hay que generar políticas públicas y
controles exhaustivos para erradicar, sin perjudicar a las personas que se
encuentran en esa situación. Muchas veces, para terminar con la explotación
laboral, se cierran fuentes de trabajo o se desoyen los testimonios y
necesidades de quienes se encontraban trabajando en esas condiciones.
Se invisibiliza la explotación laboral como un problema en sí mismo.Las leyes “anti-trata” han dado un margen de acción a las fuerzas de seguridad que, muchas veces, pone en peligro los derechos de las trabajadoras sexuales. En primera instancia, es contradictorio permitir a las fuerzas de seguridad (por ejemplo: gendarmería, policía) que ejerzan un poder tan grande cuando, muchas veces, son ellas mismas quienes articulan redes de trata, o piden coimas y favores a las trabajadoras sexuales para dejarnos llevar adelante nuestro trabajo. En segunda instancia, las fuerzas de seguridad carecen de la formación necesaria para poder contener y ayudar a las mujeres sobrevivientes de la mafia de la trata,
generando fricciones con ellas o situaciones de maltratos o de falta de contención psicológica en el primer momento de la intervención policial/ militar. Finalmente, al ingresar a un espacio en el que las compañeras nos encontramos trabajando voluntariamente, las fuerzas de seguridad ejecutan la requisa de bienes —preferentemente dinero y objetos de valor— que luego son “confiscados” (retenidos), al igual que nuestra documentación. La justificación de este accionar de las fuerzas, es que todo lo que se encuentra en estas intervenciones debe ser considerado “evidencia” de trata y explotación y, por lo tanto, es retenido para ser utilizado en la causa judicial. De esta forma, se nos prohíbe recuperar
nuestras posesiones y no podemos acceder a nuestro dinero.Se genera un margen de “ilegalidad” en el
accionar de las fuerzas de seguridad. 6.
7.
Se obstaculiza la sanción de leyes que protejan
a las trabajadoras sexuales.
La explotación laboral es una problemática en sí misma, que excede
al trabajo sexual y tiene directa relación con la forma de producción
vigente en el sistema económico dominante, comprometiendo a toda
la clase trabajadora. Con las miradas moralizadoras sobre “el trabajo
con los genitales”, se cae en el reduccionismo de considerar que la explotación
sólo atañe a las trabajadoras sexuales, reducción que luego
es solapada por la confusión entre explotación sexual y proxenetismo,
con trata de personas para fines de explotación sexual. Sin embargo,
la explotación laboral es una condición de prestación de trabajo que
atraviesa una amplia variedad de empleos, y sobre la que hay que
generar políticas públicas y controles exhaustivos para erradicar, sin
perjudicar a las personas que se encuentran en esa situación. Muchas
veces, para terminar con la explotación laboral, se cierran fuentes de
trabajo o se desoyen los testimonios y necesidades de quienes se encontraban
trabajando en esas condiciones.
Si el trabajo sexual fuera reconocido como tal, se aportaría al dialogo
para el intercambio de opiniones y dudas, las confusiones no existirían,
los estigmas sociales tenderían a desaparecer, las relaciones sociales
se enmarcarían en el respeto a lo diverso y se generarían consecuencias
positivas tanto en la reducción de la trata de personas como en
la de la explotación laboral. El establecimiento de leyes y normas que
regulen el trabajo sexual, posibilitarían el ejercicio del mismo en un
marco de legalidad y garantía de los mismos derechos que en la región
amparan a todas las personas trabajadoras. Es en esta dirección en la
que las diferentes organizaciones de trabajadoras sexuales nucleadas
en la RedTraSex avanzamos, luchando por la creación de instrumentos
legales que reconozcan el trabajo sexual, lo legislen y garanticen
el reconocimiento de nuestros derechos laborales y humanos en toda
América Latina.
8.
Algunas acciones que desde la RedTraSex recomendamos:
La realización de mesas de trabajo en las que se reúnan diversos actores para
debatir sobre políticas asertivas para dar fin a la trata de personas y para regular
el trabajo sexual, de manera de beneficiar a las mujeres. En estas mesas, es
fundamental la participación de grupos varias y, sobre todo, de las trabajadoras
sexuales organizadas, así como de mujeres que hayan sobrevivido a la trata,
para que las voces de las mujeres involucradas en estas políticas públicas tengan
el rol central que merecen.
1
La sanción de Ley de Trabajo Sexual Autónomo mediante la cual se regule el trabajo sexual y, de esa forma, nuestro sector deje de padecer estigma, discriminación, criminalización y marginación; a la vez que logremos la reivindicación de nuestros derechos laborales y humanos.
2
La articulación de las organizaciones entre sí y coordinación a nivel regional para que no sea sólo el Estado nacional de un país el que elabore estrategias, sino la sociedad organizada y los gobiernos de los países de la región. Lograr una política consensuada tanto a nivel nacional entre la población y el Estado, como a nivel regional entre las organizaciones y los gobiernos, logrará mejorar nuestras condiciones de trabajo, disminuir la explotación laboral y, también, socavar las bases mafiosas que generan y sostienen la trata de personas.
3
El establecimiento de alianzas con las trabajadoras sexuales, que una vez más, NO somos el problema, S 4 OMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN.
REDTRASEX - RED DE MUJERES TRABAJADORAS
SEXUALES DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE
www.redtrasex.org // secejecutiva@redtrasex.org

http://www.redtrasex.org/Ocho-razones-para-evitar-la-1800.html

martes, 2 de diciembre de 2014

“A Robador las prostitutas la llaman Gaza”, Miquel Fernández

Joan Colom
Fotografía de Joan Colom
Esta es una historia de violencia, como así ha sido siempre en el Raval. Sin embargo, esta no es una historia sobre la violencia que los barrios populares ejercen, sino sobre la que sufren.
El antropólogo Miquel Fernández acaba de publicar Matar al Chino, un retrato sobre ese Raval que ha sido descrito como lugar de “pobres, putas, anarquistas y mariconas” , y que se ha convertido en el símbolo de los pánicos sociales de la burguesía barcelonesa.
Mientras en la actualidad la ciudad persigue ser un espacio estático en el que no ocurra nada inesperado (ningún obstáculo, ni al control ni al consumo), el Raval desafía a la ciudad actual, que no sabe cómo interpretar al popular barrio.
Sobre control social y vida y muerte de la ciudad-marca hablamos con el autor de Matar al Chino.
Parece que el Raval ejemplificase a la perfección el choque entre dos Barcelonas. ¿Por qué es la suya una historia de violencia?
Porque se ha demonizado un lugar y unas gentes, simplemente por ser pobres, trabajadoras y poco proclives a la mansedumbre; se nos ha querido hacer creer que no merecen respeto, que no son dignos de vivir en la ciudad y que su presencia ensucia y contamina la “marca Barcelona”. En el mismo Raval han existido y persisten diversos ravales. Las Barcelonas de la rumba del Gato Pérez, la de los barrios populares y la de los trabajadores. Contra éstas, los barrios altos, los especuladores. Podríamos decir que Barcelona es antagonismo.

“Matar al Chino lo hubiéramos suscrito todos, pero no al precio de acabar por expulsar y confinar a la población más débil de la ciudad.”

“Pobres, putas, anarquistas y mariconas”… Para quien no lo conozca, se trata de una definición potente que das en el libro sobre lo que es El Raval.
Esta fórmula resume el imaginario sobre el Barrio Chino desde su bautizo en los años 20-30 hasta nuestros días. Con ella se ha querido aplicar el áura maligna a todo el Raval: se trata de confundir clases laboriosas con clases peligrosas para justificar intervenciones brutales contra la población más débil e irredenta. En el Raval nacieron CNT y UGT. Si a la ciudad se la conoció como “La Rosa de Foc”, es gracias al Raval.
Llamar a los anarquistas terroristas, definir el lugar como “una madriguera urbana contra el orden, la tranquilidad, la paz y el trabajo de Barcelona”; llamar a los pobres, putas y maricones “aquella hez humana”, que habitaba en “ese oscuro y degradado parapeto del hampa”… son detalles que abundan en esta confusión. Con ello se justifican unas destrucciones urbanísticas solo equiparables a los bombardeos franquistas.
¿Se ha tratado de “matar al Chino” para “salvar el Raval”?
Es la última estrategia. Hasta 1988, el actual Raval era un depósito de clases trabajadoras y el mítico barrio chino era el lado oscuro de poderosos y policías de Barcelona. Allí se llevaban a cabo ejecuciones sumarias, se traficaba con drogas y con mujeres. Ahora la lucha está en quién monopoliza este “mercado negro”. Los grandes especuladores internacionales le han hincado el diente al Raval y se lo están disputando a las élites locales. Matar al Chino lo hubiéramos suscrito todos, pero no al precio de acabar por expulsar y confinar a la población más débil de la ciudad. Ahora se trata de mantener “cierto regustillo outsider” (como dicen las guías turísticas) pero ordenado y bajo control.
¿Cuál es el desafío que plantea el Raval hoy al modelo institucional de ciudad?
Precisamente, no dejarse encorsetar en un modelo. Resistir con sus propios cuerpos —lo único que a muchas les queda— es un ejemplo para el resto de las luchas por la ciudad.

“En televisión y prensa se recurre al mito del Raval como sitio peligroso para rellenar noticias espurias sobre el barrio, o para vender basura como en programas del tipo Callejeros”

2015, ¿cuál es el relato del Raval que hace ahora mismo la Barcelona oficial? ¿Cómo pone el vecindario en cuestión este relato?
Por un lado se intenta “lavar la imagen” del barrio, hablar del nuevo “barrio hipster”. Por otro, ante cualquier asomo de insurrección —como el de las trabajadoras sexuales de la calle d’en Robador— se persigue convocar los pánicos morales del barrio Chino, referido como “el Harlem barcelonés, una selva inexpugnable en el corazón de Barcelona”. El vecindario tradicional resiste como puede al nuevo colonialismo urbano. A Robador las prostitutas lo llaman Gaza. Estos vecinos se enrocan en los derechos a la calle, a trabajar y a vivir libremente sin el acoso sistemático de policías, especuladores y ahora el agobio del turismo masivo.
El ayuntamiento está comprando fincas de esta calle para sacar adelante el plan “Robador / Sant Ramon”, otra operación de trasvase de dinero público al mercado privado. Todo esto al mismo tiempo que aumentan las razzias policiales sobre la zona, con tácticas militares como las de “saturación”, cortando completamente el acceso y la salida de calles como Sant Ramon y Robador mientras atrapan a todos los transeúntes como peces en una red.
¿Es Illa Robador el símbolo de todo esto?
Illa Robador es el último lugar de la resistencia de lo que Martí Abella —responsable de la empresa que demolió gran parte de Ciutat Vella— llamó “un lugar donde vivía mucha gente muy normal”. Robador es quizá uno de los pocos rincones del llamado “centro histórico” de Barcelona donde aún vive, trabaja y goza mucha gente muy normal.

“Gran parte del Raval sigue siendo un auténtico islote de libertad”

¿Existe hoy la sensación del Raval como sitio peligroso, como sitio a evitar, para parte de habitantes de otros barrios de Barcelona?
Aún tiene fuerza el mito, sobre todo porque en prensa y televisión se recurre a él para rellenar noticias espurias sobre el barrio o directamente para vender basura como en programas del tipo “Callejeros”.
¿Cuál es el futuro del Raval? ¿Están condenados a desaparecer barrios como éste?
El barrio está desapareciendo a fuerza de piqueta y acoso policial. Pero no consiguen la esperada “renovación de personas”, ni la purificación o expiación del Chino se ha conseguido, ni los vecinos tradicionales han sido todos expulsados, ni los nuevos vecinos han conseguido “tomar la calle”. Gran parte del Raval aún sigue siendo hoy un “auténtico islote de libertad”. Mientras no derriben todo el barrio o encarcelen o expulsen a todos sus habitantes tradicionales, el lugar seguirá siendo un modelo de luchas y resistencias contra el imperio del valor de cambio y la mezquindad, contra la búsqueda de beneficios a toda costa.