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martes, 27 de marzo de 2012

La prostitución callejera en Badajoz

Hace un tiempo, los vecinos de esta zona iniciaron su batalla contra las prostitutas de sus calles. Hoy ya apenas existe. Si, las ordenanzas cívicas y la crisis funciona. La cuestión que planteo es que será de esas personas, porque lo más seguro es que sigan en situación de vulnerabilidad y en condiciones peores, pero, claro, ya no se verán las miserias...y como no se ve..no existe..si, esta es la maravillosa sociedad en las que estamos inmersos.
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La prostitución callejera está en declive. Cada vez son menos las prostitutas que frecuentan la avenida Joaquín Costa y su entorno, y los vecinos lo notan. El aumento del control policial sobre esta actividad y la bajada de clientes son las principales causas que han originado esta situación.

Desde la entrada en vigor de la ordenanza que prohíbe ejercer la prostitución en los espacios públicos, tanto el número de chicas que frecuentaban la zona como el de hombres que acudían buscando compañía han disminuido. La normativa, que sanciona a las mujeres y a los clientes, ha comenzado a disuadir a ambos colectivos.
Pero este no es el único motivo que ha provocado esta tendencia. La situación económica también está influyendo de lleno, ya que hace que baje el número de usuarios que acuden en busca de favores sexuales.
Desde Cruz Roja, organización que atiende y ayuda a este colectivo, se constata esta realidad. Antes de la puesta en marcha de la ordenanza municipal, esta institución tenía contabilizadas a unas 20 personas que se dedicaban a la prostitución en las calles de Badajoz. Sin embargo, en estos momentos la cifra no supera la docena.
De hecho, antes de que se registrase este descenso, los voluntarios del Programa de Unidad Móvil de Emergencia Social tenían programada una salida específica para visitar a este colectivo de mujeres. En cambio, ahora las ven durante las intervenciones que llevan a cabo para atender a las personas sin hogar. «Dentro de este plan para las personas sin hogar estamos actualmente atendiendo a unas 50 personas cada día. En ellas están englobadas mujeres que trabajaban en la prostitución. Ahora tienen menos trabajo y, obviamente, menos ingresos. Esta pérdida de poder adquisitivo hace que necesiten otros recursos y ayudas. No hay que olvidar que estas personas se ven obligadas a ofrecer sexo en la calle para salir adelante. Si no pueden hacerlo su precariedad se intensifica y eso conlleva a que sufran una situación de mayor vulnerabilidad», explica Jesús López Santana, portavoz de Cruz Roja.
Pero esta nueva realidad no ha hecho que las prostitutas desaparezcan del todo. Según explica López Santa, algunas permanecen en la misma zona en la que han trabajado hasta ahora. Ante el aumento de vigilancia, tanto las mujeres como los clientes se han visto obligados a extremar las precauciones. «Se nota que vienen muchas menos que antes, pero aún siguen estando aquí», afirma Rosario Villa, vecina de la calle Joaquín Sama.
Otras tantas han optado por acudir a otros espacios menos controlados y en los que pueden pasar más desapercibidas. «Escogen aquellos lugares en los que son menos vistas», señala López Santana.
Otro grupo, incluso, ha decidido marcharse de Badajoz. El portavoz de Cruz Roja recuerda que hay muchas chicas extranjeras en la capital pacense (sobre todo de Europa del este y Portugal, aunque también latinoamericanas) ejerciendo la prostitución. Varias de ellas se ha visto obligadas a regresar a su país de origen. «Cruz Roja, además de darles asesoramiento jurídico o laboral, también les informa del programa de Retorno Voluntario, ya que muchas de ellas están interesadas en volver», apunta.
Quienes también notan el descenso de esta actividad son los pacenses que viven en el entorno de la carretera de Circunvalación (la calle Joaquín Costa, Joaquín Sama y adyacentes). «Aunque no se ha eliminado del todo, es verdad que vienen muchas menos. Si antes había unas 15 o 20, ahora son 3 o 4. Además, cuando escucho jaleo en la calle y me asomo, el hombre que está controlándolas les dice que se vayan porque sabe que voy a llamar a la Policía», asegura Rosario Villa.
Los vecinos se sienten satisfechos al comprobar que hay menos mujeres que se dedican a esta actividad por la zona. «Aunque lo que queremos es que desaparezca del todo. Para eso tiene que haber más vigilancia, seguridad y aplicar la ordenanza», manifiesta Villa.
José María Soriano, presidente de la asociación de vecinos del Casco Antiguo, corrobora que la seguridad y la tranquilidad han ido a mejor durante estos últimos meses en estas calles. «No parábamos de escuchar gritos, voces y discusiones. Había mucho jaleo. Era una actividad que generaba muchas molestias», advierte Villa. «No era agradable verlas allí», agrega por su parte Agustina Méndez, otra vecina.
Soriano confía en que esta situación mejore todavía más en el futuro. «Creo que prosperará cuando comience a funcionar el mercado de Santa Ana como biblioteca. Este centro atraerá a más personas y por la zona habrá más movimiento. Eso siempre es positivo y hace que un barrio sea más habitable», concluye Soriano.

viernes, 27 de enero de 2012

Balance 2011 de Cruz Roja en Córdoba (atención a prostitutas)

Poco a poco se van haciendo públicas las memorias del 2011 de diferentes ONGS, en las que se muestran las diferentes realidades y que contrastan y refutan las estimaciones hechas al tum tum, sin ninguna base que permita contrastar empirícamente.
Estas pertencen a Córdoba y son de la Cruz Roja.
A tener en cuenta:
-Las personas que ejercen la prostitución cuidan su salud y están muy bien atendidas, Los recursos socio -sanitarios son los que mejor funcionan y tiene como resultado el bajo índice de transmisión de enfermedades ets.
-Son personas mayores de edad
-Tienen que esconder a que se dedican porque han interiorizado el estigma
-El periodista dice que se ven obligadas a ejercer la prostitución para devolver la deuda,(redacción tendenciosa), ya que son personas que quieren emigrar y asumen riesgos y se endeudan lo mismo que se endeudaron padres y abuelos nuestros cuando emigraron de España, en este caso no están obligadas a ejercer la prostitución, sino que la prostitución es una alternativa más rápida para devolver la deuda de los gastos que supone emigrar, debido a que en otros trabajos, la mayoría de trabajos,  no se gana lo que se gana en prostitución -en la actualidad ni siquiera ingenieros ganan lo que ganan las personas que ejercen prostitución y eso que hay crisis y ha bajado la demanda drasticamente-



Un total de 206 personas se beneficiaron durante 2011 del proyecto impulsado por Cruz Roja en Córdoba, Puente Genil, Santaella y Lucena para prestar atención sociosanitaria a la población que ejerce la prostitución en estas localidades.
Esta cifra supone un crecimiento del 48 por ciento respecto a las 139 personas que fueron atendidas un año antes en el marco de este programa, merced al cual las meretrices reciben del personal de la institución humanitaria tanto material preventivo e higiénico de diversa índole –preservativos, toallitas, gel lubricante…- como asesoramiento sobre los recursos sociales del entorno e información para la prevención de infecciones de transmisión sexual.
Del total de usuarios, 167 corresponden a la capital, 26 a Puente Genil y Santaella y 13 a Lucena.
A través de este proyecto, que cuenta con el respaldo de la Junta de Andalucía –a través de las Consejerías de Igualdad y Bienestar Social y de Salud-, la entidad pretende paliar la exclusión y marginación social que sufren las mujeres (son mayoría, aunque también se da respuesta a las demandas de hombres y de transexuales) que ejercen la prostitución, así como convertirse en un punto de referencia y respaldo emocional para ellas.
El perfil predominante entre las atenciones de Cruz Roja es el de una mujer de origen latinoamericano, sobre todo de Brasil –casi un tercio son de esa nacionalidad-, de entre 18 y 34 años, si bien en el último año se ha notado un incremento de mujeres de nacionalidad española, así como del número de hombres (15 solicitaron el apoyo de la organización).
Las circunstancias y motivaciones que conducen a la prostitución son, a tenor de la experiencia acumulada por el personal de la institución durante los más de tres años que lleva en funcionamiento este proyecto, muy diversas, aunque el denominador común en casi todos los casos suele ser la precariedad económica.
Las historias más repetidas son las de mujeres inmigrantes que recurren a ello como “salida temporal” a su complicada situación económica y como vía para poder mandar dinero a su país de origen. En la mayoría de las ocasiones, lo llevan totalmente en secreto y las familias no saben a lo que se dedican.
De igual modo, son frecuentes los casos de mujeres que se ven obligadas a ejercer la prostitución para saldar la deuda contraída por el viaje a España.