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viernes, 5 de julio de 2013

La asistencia sexual a discapacitados.


José David Pérez
Entre los más de tres millones de personas con discapacidad en España no faltan quienes tienen sus necesidades sexuales insatisfechas. Las causas van desde las limitaciones propias de su discapacidad, hasta su falta de confianza derivada de los prejuicios y la sobreprotección que algunos han sufrido. Esta situación se traduce en personas que dependen de seres cercanos, como familiares, o de profesionales del sexo, en muchos casos sin formación, para cubrir sus necesidades sexuales. Otros son condenados a la inanición sexual por estas circunstancias.
Ante esta realidad, surge el debate sobre la asistencia sexual. Esta práctica consiste en un proceso de acompañamiento en el cual se descubren o redescubren los ámbitos de la sexualidad y el erotismo, explica la orientadora sexual Silvina Peirano. No obstante, el debate sobre este tipo asistencia encuentra en el desconocimiento y en la concepción de que todo lo sexual es coital su gran barrera.

Asistencia en España

En España las palabras sexualidad y discapacidad continúan produciendo la incredulidad de muchos. Así lo corrobora Esther Sánchez, presidenta de la Asociación Nacional de Salud Sexual y Discapacidad (ANSSYD). Consecuentemente, las necesidades sexuales de las personas con diversidad funcional, término propuesto para sustituir a la palabra discapacidad, constituyen un tabú social, que frena el debate real.
Esos prejuicios que imponen el silencio unidos al desconocimiento y a la falta de alternativas hacen que en ocasiones los propios familiares tengan que hacerse cargo de esas necesidades, explica Rafael Reoyo coordinador de Sex Asistent Catalunya. Esther Sánchez vive con frecuencia esa inquietud de quienes no saben cómo ayudar a sus seres queridos. Sin embargo, "no es fácil darles un nombre cualquiera para que les ayude, pues no cualquiera puede hacerlo", asevera Sánchez.
La prostitución ha sido una de las alternativas más frecuentes ante esta situación. Elisa Arenas, trabajadora social de Hetaira, explica que es algo que ha pasado siempre. Sin embargo, reconoce el posible riesgo de esta práctica para el cliente y el profesional del sexo, especialmente en casos de necesidades específicas como uso de fármacos o un alto nivel de dependencia. Los expertos explican que en determinadas ocasiones es preciso inyectar vasodilatadores en zonas tan delicadas como la inginal, manejar maquinaria como grúas por la reducida movilidad del dependiente o conocer las diversas reacciones que puede tener el asistido durante el proceso. Ante esto, Arenas alerta de la necesidad de formación y de regulación para evitar episodios desagradables.
Este temor compartido por la asistente social de Hetaira y otros expertos se materializa en diversas historias, cuyos protagonistas son la discapacidad y la prostitución. Desde jóvenes discapacitados que han sido humillados o maltratados durante servicios sexuales, hasta profesionales del sexo sin la preparación pertinente para hacer frente a estas sesiones, que han sufrido daños físicos o impactos psicológicos. No obstante, no han faltado profesionales del sexo con la capacidad y la delicadeza necesaria para aprender las necesidades específicas y convertir una relación en principio puramente económica en una complicidad y un cariño intenso. 

Otra concepción de la asistencia

En esta tesitura queda claro que España dista de cumplir con el concepto ideal de asistencia sexual. Silvina Peirano matiza que la base del ideal es erradicar la parte de dependencia, se debe ver como un proceso conjunto, basado en el respeto y la confianza. Partiendo de esta premisa, se extrae que no constituye una labor basada en la pena o en un interés meramente económico. Para Reoyo, asistir requiere respeto, formación, paciencia, compromiso, empatía y altas dosis de motivación para ayudar a esa persona a luchar por rescatar y fortalecer su sexualidad.
Otro pilar de la asistencia sexual es tener en cuenta que esta labor no se reduce a provocar placer. En primer lugar porque no es tan sencillo hacerlo, en muchos casos se debe "desgenitalizar el acto sexual" y adecuarlo a cada persona. Cada uno de los asistidos tiene una historia, unas barreras y unos deseos por satisfacer o reconocer y desde ese punto se debe trabajar. Otro de los retos en este proceso es enfrentar y minimizar los efectos de la sobreprotección, las necesidades inherentes a su discapacidad y las heridas de la discriminación.
Por todo ello, el ideal de asistencia sexual requiere una formación previa en materias como salud e higiene, sexualidad, psicología o de asistencia social. No obstante, "es algo complejo de concretar", reconoce Reoyo. La dificultad radica en que esta labor precisa un alto nivel de personalización. Por ejemplo, hay tetrapléjicos con pareja que necesitan orientación sexual o asistencia para poder disfrutar plenamente con su pareja. El reverso son personas con discapacidades no tan graves, que sienten un pudor casi insalvable y necesitan descubrir y asumir su sexualidad y el placer que pueden obtener.

De tabú ¿a debate?

Entre las diversas realidades que viven las personas con discapacidad y las propuestas para aplicar la asistencia sexual existe un debate, por ahora en ciernes y silenciado en algunos sectores. José Antonio Bustamante, secretario general de la Asociación Española de Especialistas en Sexología, cree en un proceso donde los profesionales sean el eje y donde se establezcan los límites y las necesidades profesionales de esta práctica. Considera imprescindible el asesoramiento sexual y la concienciación sobre la realidad de la sexualidad en personas con diversidad sexual. Ofrece un dato optimista al hablar de la integración de esta asignatura pendiente en cursos y másteres donde están formándose los sexólogos del futuro. 
No obstante, hay ámbitos donde esos datos optimistas aún no están presentes. Destaca la Estrategia Española sobre Discapacidad 2012-2020. En este documento, que rige la política del Ministerio de Sanidad respecto a la diversidad funcional, la palabra sexo aparece mayoritariamente como una variable estadística de género, no como un aspecto en el que trabajar. Otros términos como sexualidad, necesidades sexuales o placer están fuera del escrito. De este modo, se pone de manifiesto que el debate sobre cómo asegurar la satisfacción de las necesidad sexuales -una de las necesidades básicas, según Abraham Maslow-  y la normalización de las mismas está lejos de la política ministerial. La falta de relevancia otorgada a la sexualidad en el ámbito político es una crítica común por parte de diversas fuentes 
Uno los factores que llama con más fuerza al optimismo ya que ha abierto este debate en la sociedad es el cine.  La gran pantalla ha mostrado en ocasiones esta situación. Silvina Peirano explica que actualmente Helen Hunt con Las sesiones está haciendo que al menos el tema sea conocido e interese más. En España fue Pilar González Rams la encargada de acercar la sexualidad de las personas con discapacidad a la sociedad mediante Almas con Sexo.
Mientras este híbrido entre tabú y debate está en proceso, silenciado en ciertos aspectos y sin delimitar, buena parte de los implicados recuerdan que no se debe olvidar que:"la mejor asistencia sexual es la que no es necesaria". Es decir, piden que no se obvie que la independencia y la normalización de la sexualidad de las personas con diversidad funcional debiera ser, siempre, la meta para quienes afirman luchar por la asistencia sexual.

domingo, 10 de marzo de 2013

La asistencia sexual a discapacitados


 http://www.lostiempos.com/h-de-hombre/sin-prendas/sin-prendas/20120621/asistir-sexualmente_175860_370693.html

Hace mucha falta seguir derribando barreras de prejuicios hacia el sexo de las personas con discapacidad, nos tratan como si además fuésemos asexuadas o eunucos”, comenta Beatriz en un foro en internet sobre sexo y discapacidades físicas.  El tema salta sobre la mesa de discusión a raíz de una serie de eventos, como el anunciado próximo estreno de la película “The Surrogate”, dirigida por Ben Lewin, que se presentó en el Festival de Sundance llevándose el premio del público.
El filme está basado en la vida del poeta y periodista Mark O’Brien, quien pasó la mayoría de su vida dentro de un pulmón artificial y perdió su virginidad con la ayuda de una tutora sexual, interpretada por la actriz Helen Hunt, quien hace el primer desnudo de su carrera en esta producción.
Si bien el concepto de “asistente sexual” no es tan nuevo, todavía no se habla abiertamente del asunto y menos en un país como Bolivia, en el que apenas hay ramplas en las aceras para las sillas de ruedas. Lo cierto es que nuestro contexto ha olvidado a las personas con discapacidad y si hablamos de su sexualidad, estamos aún más lejos de poder lograr cambios de mentalidad.
Para Beatriz y otras personas que se ven postradas por incapacidades físicas, resulta casi imposible pensar en una vida sexual, sobre todo porque, según cuenta ella, generalmente están “a cargo” de otra persona y en esos casos la privacidad se desvanece.
LEGALIDAD. La asistencia sexual para las personas discapacitadas existe legalmente desde hace varios años en países de Europa como Alemania, Dinamarca, los Países Bajos, y más recientemente en Suiza. Ya que en Bolivia la prostitución es legal, no existiría impedimento para realizar la práctica.
Las personas que la ejercen en el exterior provienen de medios médicos, paramédicos y de la prostitución. Todas deben haber seguido una formación específica, posterior a la selección, según datos del diario El Mundo.
En Francia, el diputado UMP Jean François Chossy fue comisionado por el primer ministro para reflexionar sobre la evolución de la mentalidad y la mirada de la sociedad acerca de las personas discapacitadas. Esta reflexión incluyó una propuesta de ley con miras a crear el estatus de asistente sexual.
ASISTENCIA. El asunto de la Asistencia Sexual es bastante sencillo, se trata de proponer, a cambio de remuneración, servicios sexuales a las personas con discapacidad. Esto puede ir desde caricias sensuales hasta la penetración, pasando por prácticas orales.
El argumento principal citado a favor de la asistencia sexual, es el acceso a una vida afectiva y sexual de las personas discapacitadas, y particularmente de aquellas que lo están gravemente. Se piensa aquí en las personas físicamente discapacitadas, pero esto concierne de igual manera a las personas mentalmente discapacitadas. La noción de “cuidados eróticos” es a veces utilizada para designar la práctica de la asistencia sexual.
EN CONTRA. En Francia donde la lucha por implementar esta práctica está candente, varios movimientos feministas, como Mujeres Solidarias o la Liga de Derecho Internacional de las Mujeres, están en contra de la asistencia sexual, en la medida en que según ellas, se trata de prostitución, y que consideran esto como una de las más altas esferas de violencia en contra de las mujeres.

viernes, 28 de diciembre de 2012

"La asistencia sexual a discapacitados"

 © Silvina Peirano es orientadora sexual en discapacidad y profesora en educación especial.*
 http://www.sylviadebejar.com/las-sesiones-asistencia-sexual-y-discapacidad/

Imagina estos escenarios:
- Una persona con discapacidad física grave o amputaciones, que no puede tocar sus genitales con independencia.
- Una madre o un padre que encuentran como única alternativa, practicar ellos mismos una masturbación para aliviar a su hijo/a con graves dificultades físicas o mentales; con las consecuencias que puede suponer para ambas partes.

Y ahora responde: ¿Estás de acuerdo en que las personas con diversidad funcional o discapacidad física, intelectual, psíquica, sensorial reciban asistencia sexual? Quizás te ayude a comprender este trailer de la película de “Las sesiones” basada en una historia real (acaba de ser estrenada y es absolutamente recomendable).
Es probable que el vídeo ta haya hecho sonreír, pero también duele, ¿verdad? Pues esa es la realidad de muchas personas y resulta imprescindible hacer algo al respecto: hay que visibilizarla y actuar a favor de sus derechos sexuales, como forma de superar el estigma sexual asociado a la condición de discapacidad. Y ese es el objetivo de la asistencia sexual: ayudar a suplir el “vacío” y/o proporcionar espacios para ampliar sus experiencias en materia sexual a personas o parejas con diversidad funcional o discapacidad.
Ya existen países en los que se considera la asistencia sexual como un servicio más a favor de la salud integral, cubriendo los costes en su totalidad o financiando asociaciones en tal sentido. En Alemania, Suiza, Holanda y Dinamarca es una realidad con más de 20 años de experiencia, y Francia está en proceso de legalizlarla. Pero en la mayoría, el tema es completamente desconocido o rechazado.
¿Quién es y qué hace un asistente sexual en diversidad funcional? Es una persona (hombre o mujer) que, habiendo superado la formación básica en asistencia sexual, elige especializarse en el apoyo a la vida sexual de las personas con diversidad funcional, ayudándoles a acceder a la experiencia de la intimidad y respondiendo a sus necesidades y deseos, que habrán sido previamente concertados. No son parejas afectivas de las personas a las que acompañan, excepto que así sea decidido por ambas partes. En definitiva, su misión implica:
· Escuchar para conocer y evaluar las necesidades de la persona a la que acompañará. Considera, por ejemplo, las posibilidades de una persona paralizada de pies a cabeza, cuya sexualidad no sólo se resume a la masturbación, ni se centra en sus órganos genitales. La ayuda sexual es mucho más amplia, sutil, compleja y delicada. Con una persona tetrapléjica, que no puede sentir nada de la cintura para abajo, el asistente tratará de descubrir las zonas de placer en otras partes del cuerpo, por ejemplo, redescubriendo el orgasmo con una caricia en el oído.
· Reconstruir la autoestima y el reconocimiento corporal. Muchas mujeres con discapacidad expresan su temor de “no ser bellas”, mientras que muchos varones temen “no ser lo suficientemente buenos en sus relaciones afectivosexuales”. El asistente sexual reforzará la autoimagen corporal y afectiva, en un camino de aprendizaje hacia nuevos y más placenteros roles de género.
· Acompañar tanto a la persona que asiste, como a sus familiares. Por ejemplo, ante un varón que suele mostrar una conducta violenta o autolesiva al no saber como autosatisfacerse, el asistente sexual sugerirá recursos a sus padres para que puedan superar inseguridades al tener que enfrentarse con la sexualidad de sus hijos, y beneficiar la independencia y la intimidad de ambos.
· Propiciar la relación entre una pareja en la que ambos presentan una dolencia que los inhabilita para hacerlo de manera independiente. En éstas situaciones, el asistente acomoda en la posición correcta a la pareja. Luego, respetará su espacio de intimidad, pero estará atento a sus requerimientos.
http://www.sylviadebejar.com/las-sesiones-asistencia-sexual-y-discapacidad/ © Silvina Peirano es orientadora sexual en discapacidad y profesora en educación especial.*
· Arbitrar los medios para satisfacer mejor las necesidades individuales de la persona con discapacidad, proporcionando alternativas seguras y satisfactorias. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que en una discapacidad grave, incluso la masturbación puede ser problemática. Otro escenario: algunas personas con autismo juguetean compulsivamente con sus genitales sin llegar a la eyaculación, por miedo o por no contar con los medios ni el aprendizaje previo para lograrlo.
En definitiva, el objetivo de los asistentes sexuales es el apoyo y acompañamiento a las personas o parejas con diversidad funcional que decidan hacer valer sus derechos sexuales y vivenciarlos.
Todo derecho negado, debe ser reivindicado y ganado. El derecho a la sexualidad de las personas con diversidad funcional ha sido encubierto de mitos y tabúes, de ángeles y demonios, de pecados y delitos. Es tiempo de protagonizar el cambio, aún a riesgo de errores o críticas. La sexualidad es una condición de vida, y no de supervivencia. ¿Estamos dispuestos como sociedad, a involucrarnos en éste cambio? La sexualidad en diversidad funcional existe, y no es un pecado a purificar.
Además de este vídeo de “Scarlet Road”, en inglés, sobre la experiencia de una asistente sexual, puedes ver el documental “Almas con sexo”, en castellano, y “L’amour pour tous” y “La sexualité des personnes handicapées”, ambos en francés.
(La imagen superior pertenece a la campaña “Undressing disability” -desnudar la discapacidad- de la ONG británica Enhance the UK, que pretende concienciar a la sociedad de que a las personas con discapacidad les gusta el sexo y lo practican.)
* Silvina Peirano investiga proyectos relacionados con la asistencia sexual y discapacidad, procurando implementar en España y América Latina una propuesta similar. Desarrolla su trabajo sin respaldos, subvenciones ¡y muchas trabas morales! Está buscando asociaciones y personas dispuestas a sumarse al proyecto, y no sólo desde lo económico. Dos enlaces para contactar con ella: Mitología de la Sexualidad Especial y Sex Asistent.
 http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/12/27/noticias/1356637420.html