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viernes, 21 de febrero de 2014

El Raval y sus mitos, Desmontando el caso de La Vampira del Raval. Prostitución, brujería, en Barcelona

http://networkedblogs.com/U2AXq

Acaba de aparecer el libro de Elsa Plaza, Desmontando el caso de La Vampira del Raval, publicado por Icaria. Recoge la investigación realizada sobre uno de los mitos populares del barrio del Raval, Enriqueta Martí. Esta vecina del barrio fue acusada, a principios del siglo XX, de brujería y prostitución, los dos grandes crímenes femeninos, con el agravante de haber sido practicados sobre niños y niñas, llevando pues a la monstruosidad la imagen de mujer-madre.
Me lanzo, pues, encantada a esta lectura al tiempo que revisito una de las obras que circulan en paralelo al PornoBurka y que recoge todo el mundo descrito en la novela. El documental De nens, de Joaquim Jordà, cubre el juicio realizado a Xavier Tamarit en 1997 acusado de pederastía, en una trama donde se mezclan los rumores, la parcialidad de la justicia, la gentrificación, la desactivación de los movimientos vecinales y la criminalización de la pobreza, entre otras muchas cosas.
Arcadi Espada, autor del libro Raval. Del amor a los niños en el que investigaba también este caso, lo explica así:”Lo he dicho muchas veces. En el caso del Raval no opino nada. He descrito lo que creo que es una de las infamias más importantes y más lamentables que he tenido que afrontar como periodista. Es decir, un caso que salpica de vergüenza e INDIGNIDAD a instancias muy sensibles de la vida colectiva como son los periódicos, la policía, las instancias judiciales. etc”

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El mito de las 40.000 prostitutas en los mundiales de fútbol.

 Miren  a su alrededor ¿qué pasa cuándo hay fútbol? sexo y fútbol practicamente se puede decir que son incompatibles. No es cierto que cuando hay eventos deportivos aumente la demanda de sexo de pago, es decir prostitución. Sin embargo, se ha afianzado la falsa creencia de que en estos grandes eventos deportivos las redes de tratan esclavizan a decenas de mujeres.
¿qué interés real hay para hacer creer que se producen estos hechos delictivos.  Lo cierto es que no lo sé con certeza, salvo que a la ideología abolicionista d ela prostitución le interesa mantener este mito, para seguir viviendo. 
El daños que hacen es muy grave para las mujeres y trans y hombres que ejercen la prostitución, tanto si es por "vocación" como si es por alternativa a múltiples trabajos mal pagados y precarios que están destinados a las personas inmigrantes y  que a pesar de que sean duras las condiciones, sobre todo por las políticas públicas criminalizadoras que hay,  lo prefieren porque pueden ganar mucho más dinero. Esa es la realidad.

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Desde el Mundial de Alemania, el fútbol arrastra el mito de que estos eventos deportivos mueven decenas de miles de esclavas sexuales. Diversos estudios desmienten esta falsa suposición, que se reprodujo también en Sudáfrica
 “Los medios deben dirigir la atención sobre las experiencias cotidianas de abuso que estas trabajadoras sexuales sufren bajo un marco jurídico que las criminaliza”

(Este artículo se publicó en el número 6 de la revista Líbero)

“Es realmente escandaloso. Se habla de importar mujeres para satisfacer los bajos instintos de gente relacionada con el fútbol. Se habla de seres humanos como si fueran ganado, y el fútbol vinculado con ello”. El seleccionador nacional francés, Raymond Domenech, se mostraba consternado: se sabía que el Mundial de Alemania de 2006 provocaría la llegada de 40.000 mujeres, trasladadas contra su voluntad principalmente desde Europa del Este, para comerciar con su cuerpo y su dignidad. Un número tan espectacular que provocó innumerables titulares de prensa, declaraciones institucionales de la UE, la FIFA e incluso una amonestación desde el Congreso de EEUU contra el soccer, como lo llaman. El silogismo era inapelable: un Mundial de fútbol atrae a cientos de miles de hombres, en su versión más troglodita, que querrán satisfacer sus bajos instintos con sexo fácil, de pago.
Pasado el revuelo, un informe de la Organización Internacional para las Migraciones sobre la trata de blancas en aquel torneo concluía que “la estimación de 40.000 [víctimas] carecía de fundamento y era poco realista” (pdf). Esencialmente, porque Alemania había legalizado la prostitución en 2001 y porque el público resultó ser bien distinto del estereotipo de animales sedientos de borracheras y sexo barato: “En cuanto a los fans, muchos expertos señalaron que no había sido un evento predominantemente masculino. Ha habido muchos grupos mixtos, parejas y familias”, decía el texto. A lo largo de aquel Mundial, el Gobierno alemán tuvo noticia de cinco casos de explotación sexual como consecuencia directa del evento: dos búlgaras, un chico húngaro, una checa y una alemana. Muy lejos de lo que hubiera supuesto una avalancha de decenas de miles de “mujeres y niños” como la que anunciaron los medios. De los muchos trabajos publicados sobre aquel evento, sólo uno, realizado por la ONG canadiense The Future Group, concluyó rotundo que sí “hubo un aumento de la demanda [de prostitutas]” pero no de la trata de blancas hacia el país: “Si bien la prostitución aumentó, el número de casos de trata de personas no aumentó sustancialmente”. Sin embargo, en los días previos al Mundial la idea de las 40.000 prostitutas enviadas como ganado a Alemania se había consolidado de tal modo que hasta el Parlamento Europeo aprobó una declaración que obligaba a Berlín a tomar una serie de medidas para evitar que tal mercadeo inmoral tuviese lugar. Incluso la FIFA tuvo que negar, avergonzada, estar manteniendo una “pasividad” permisiva, y defendió que como organización deportiva no tenía mucho que hacer frente al problema del tráfico de seres humanos. Una vez pasado el torneo, Alemania redactó un informe oficial con sus conclusiones: no hubo “aumento significativo” en el número de “estancias ilegales en relación con la práctica de la prostitución”.

EEUU contra el ‘soccer’

EEUU aprovechó aquellos días para distanciarse del soccer, este deporte que supera en popularidad global a los que allí practican: el Congreso dedicó en Washington DC una sesión monográfica de su Comisión de Derechos Humanos, titulada Los burdeles del mundial de Alemania: 40.000 mujeres y niños en riesgo de explotaciónEn aquella sesión, celebrada un mes antes de que corriera la pelota por el Allianz Arena de Múnich, la medalla más grande se la colocó el congresista republicano por Nueva Jersey Chris Smith: “Alemania, al legalizar el proxenetismo y la prostitución en 2001, hace legalmente posible que los fans del Mundial violen libremente a mujeres en burdeles o en unidades móviles diseñadas específicamente para este tipo de explotación”. Hace unos meses, Smith votó en contra de la nueva Ley de Violencia de Género impulsada por Barack Obama.
Lo cierto es que la mayoría de estudios concluyen que ese estereotipo de fútbol arrastrando machos insensibles se diluye año a año; más aún con motivo de los grandes eventos, que convocan a un público más familiar que el que podría darse en un partido de Champions, por ejemplo. Lo cierto es que, aunque los datos son escasos y el problema es difícil de abordar fríamente, ya se venían recogiendo algunas informaciones sobre la influencia de los Mundiales en la trata de blancas desde hace años con resultados alejados del tópico. Las autoridades francesas (Mundial de 1998) y portuguesas (Eurocopa de 2004) concluyeron que no hubo cambios notables en el ecosistema de la prostitución en las ciudades en que se celebraron partidos.
No obstante, el primer evento deportivo que ofreció datos firmes de aumento de la prostitución fueron los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004: alertadas previamente, las autoridades multiplicaron la persecución de la trata y el número de casos de personas explotadas sexualmente creció un 95% con respecto al mismo periodo de 2003. Muchos autores consideran que el dato se explica sobre todo por el aumento de la presión policial, ya que en 2005 el número de casos volvió a crecer un 43%.

No hubo más prostitutas en Sudáfrica

La última experiencia del desfase entre expectativa y realidad se vivió en 2010, en el ya mítico Mundial de las Vuvuzelas que ganó el derechazo de Iniesta. ¿Qué cifra de mujeres obligadas a prostituirse se publicó antes de que tuviera lugar el evento? De nuevo, 40.000 esclavas sexuales llegarían a Sudáfrica, según aventuró incluso su Ministerio de Sanidad, lo que provocó una alarma mayor si cabe al tratarse de un país especialmente golpeado por el sida. Tanto es así que, por ejemplo, el Reino Unido envió 42 millones de condones tras la advertencia del presidente Zuma de que harían falta mil millones de preservativos para atender la avalancha de prostitutas y futboleros ávidos de sexo.
Un estudio previo sobre lo que cabía esperar de esos días de torneo, realizado por la sudafricana Universidad de Stellenbosch, se tituló Sexo, Sol y Soccer, ilustrando bastante bien lo que se pensaba de los aficionados al fútbol. La investigadora Birgit Sauer, de la Universidad de Viena, resumió con estas palabras la percepción que se instaló en todo el mundo a partir del Mundial de Alemania: “Políticos y organizaciones de mujeres asumieron una estrecha relación entre fútbol, masculinidad y prostitución. Florecieron fantasías sobre la demanda de sexo de pago durante la Copa del Mundo; donde hay hombres rodeados por la euforia del deporte, debe haber demanda de prostitución: ya sea para disfrutar de la hombría victoriosa o para aliviar la frustración tras el partido”.
Afortunadamente, en el caso africano sí se realizaron estudios concluyentes que permitieron leer de forma fiable lo sucedido. Varios trabajos se han publicado desde entonces, la mayoría conducidos por la investigadora Marlise Richter, del African Centre for Migration and Society. A través de entrevistas con más de 1.800 prostitutas locales realizadas antes, durante y después del torneo, Richter pudo determinar que, en realidad, no hubo apenas cambios en el mercado del sexo en Sudáfrica. Antes, durante y después del Mundial, sin alteraciones, las prostitutas se vieron con una media de 12 clientes por semana; un máximo del 5%-7% de la clientela quiso tener sexo sin condón; y el servicio costaba en torno a 13 dólares. Y sólo un residual 1% o 2% de las prostitutas eran de fuera de la ciudad. La principal diferencia, también detectada en Alemania, es que las trabajadoras del sexo sufrían mayor presión policial.
“Los programas de salud pública centrados en el trabajo sexual y la prevención del VIH durante eventos deportivos internacionales deben basarse en evidencias científicas, y no en el sensacionalismo mediático que realza aún más la discriminación contra las trabajadoras sexuales y aumenta su vulnerabilidad”, explica Richter. Desde su perspectiva, los medios de comunicación generan alarma social al hacer amarillismo sobre la expansión de la industria del sexo durante torneos internacionales, poniendo el énfasis en un lugar equivocado: “Los medios deben dirigir la atención sobre las experiencias cotidianas de abuso que estas trabajadoras sexuales sufren bajo un marco jurídico que las criminaliza”, denuncia la investigadora.
http://elestantedelaciti.wordpress.com/2013/12/04/el-mito-de-las-40-000-prostitutas-en-el-futbol/

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Prostitución en los medios de comunicación social

Ha costado, pero al final ya hay gente que se da cuenta de como los medios de comunicación social  criminalizan a las prostitutas, es decir se ancla más el estigma y la discriminación, dando por obvio que si una mujer se prostituye es delincuente y drogadicta, así prostitución e inseguridad van de la mano. 
Ahora solo falta que se empiece a denunciar, por parte de las diferentes entidade pro derechos a la federación de periodistas esta forma de periodismo ya que incumple diversos artículos del código deontológico.


http://www.media.cat/2012/12/17/la-prostitucio-als-mitjans-catalans/


Foto: Sergio Uceda
Prostitutes, conflictivitat i robatoris. El Periódico de Catalunya feia dimecres de la setmana passada aquesta relació a la part central de la seva portada, sota el titular ‘Prostitutes es traslladen al Passeig Marítim i intenten robar els turistes’. Per il·lustrar la notícia, que beu bàsicament de fonts institucionals com el Districte de Ciutat Vella i la Guàrdia Urbana, van triar una fotografia de les suposades prostitutes, la veu de les quals no apareix a l’article en cap moment.
Aquesta forma de tractar mediàticament la prostitució, relacionant-la amb fets delictius, posant en el centre de la polèmica les dones que l’exerceixen i associant-les amb brutícia i incivisme, és una forma estereotípica de criminalització. El patró és sempre el mateix: es focalitza la mirada sobre un fet, que es presenta com un problema social a ulls dels lectors, i s’insisteix en la mateixa qüestió durant dies, perquè s’acabi concebent com una anomalia urgent a la qual s’hi ha de donar una resposta contundent des de les institucions. La darrera campanya mediàtica contra la prostitució de carrer, l’any 2009, iniciada amb unes polèmiques fotografies a El País, va comportar una intensificació brutal de l’assetjament que pateixen les treballadores sexuals per part de la Guàrdia Urbana de Barcelona, i especialment del seu cos d’antiavalots, els UPAS. Segons explicaven elles mateixes en els escassos reportatges publicats a Público o La Directa, els UPAS les multaven fins i tot quan no estaven treballant. Rebien sancions administratives que no podien pagar, emmarcades en l’Ordenança del Civisme que va aprovar Barcelona l’any 2005, quan baixaven la brossa o recollien els seus fills a l’escola. Tots els grans mitjans es van fer ressò de les queixes dels comerciants de les Rambles i de l’Ajuntament per la mala imatge que donava la prostitució. En canvi, les conseqüències que la seva campanya va generar per les treballadores sexuals, i les seves manifestacions de protesta contra les actuacions policials, només van ser recollides pels mitjans citats abans. Cal reconèixer, però, que la darrera protesta de les treballadores sexuals –el mes d’abril d’enguany- sí que va aparèixer a mitjans com El Punt Avui, La Vanguardia, l’Ara o BTV.
La criminalització no sempre es fa d’una manera tan evident com la que mostra la portada d’El Periódico. Sovint, s’amaga de forma subtil en el llenguatge que utilitzen els periodistes quan construeixen la notícia, l’espai que li dediquen o la secció on apareix. Molt poques vegades  es parla de les prostitutes com a treballadores o com a dones amb dret al respecte i a la dignitat. Alguns mitjans fins i tot utilitzen termes tan pejoratius com “putes” o “meretrius” i n’ofereixen una imatge parcial, subjectiva, estereotipada i morbosa, que –segons la presidenta del Fòrum de Periodistes de la Mediterrània Yolanda Alba- contribueix a perpetuar l’estigma social que les acompanya.
Pel que fa a les fonts, aquest tipus d’articles recorren gairebé en la seva totalitat a fonts policials o institucionals –convertint un problema social complex en un conflicte d’ordre públic-als comerciants que es queixen o a les veïnes indignades perquè els seus fills veuen sexe al carrer. En canvi, les prostitutes, les associacions que les agrupen o que hi treballen, i els veïns que les ajuden i s’hi solidaritzen –que n’hi ha- apareixen en comptadíssimes ocasions als mitjans. Aquesta tendència a silenciar les seves veus, la seva visió i experiències, contribueix a mantenir la manca d’empatia social envers les dones prostitutes i el desconeixement que existeix sobre la seva realitat.
Pel que fa a l’espai que ocupen les notícies sobre prostitució, podem observar una desproporció quan el que es vol és transmetre queixes, i clarament insuficient quan es parla del problema de fons: el tràfic de persones i el patriarcat. La prostitució voluntària es calcula en aproximadament un 10%, segons dades de l’antic Ministeri d’Igualtat espanyol, essent el 90% de les prostitutes víctimes de les xarxes organitzades de tràfic de dones. En canvi, es dediquen pàgines senceres a parlar dels problemes i molèsties que genera la prostitució, però només es parla de les màfies quan hi ha detencions i generalment dedicant-hi un espai molt més reduït, de vegades un breu.
La secció on apareixen aquests articles ens aporta, també, informació per valorar la importància que es dóna al fenomen. En el cas, precisament, d’El Periódico de Catalunya, les notícies sobre prostitució apareixen majoritàriament a la secció Coses de la Vida, un calaix de sastre on s’hi encabeixen les informacions sobre “fets quotidians”. D’aquesta manera, el diari aborda el treball sexual i el tràfic de dones com un fet “normal”, de poca excepcionalitat, i no com un problema polític i social. En alguns casos, a la notícia es responsabilitza les prostitutes de les suposades accions delictives que cometen, sense explicar que poden actuar obligades per les màfies que les extorsionen. Per altra banda, quan parlen de prostitució voluntària, gairebé mai es transmet que és una situació molt concreta i particular dins de la prostitució, ni se’n fa una contextualització adequada.
Es detecta, també, una manca de pluralitat de perspectives sobre la prostitució. Amb excepció d’algunes entrevistes –molt puntuals- a associacions que defensen la regularització de les prostitutes com a treballadores, la gran majoria dels articles recullen únicament veus prohibicionistes. Aquestes proposen acabar amb la prostitució de carrer, no perquè sigui un obstacle per a l’alliberament de les dones, sinó perquè la consideren un problema d’higiene i seguretat pública que cal amagar. Una perspectiva que no s’acostuma a diferenciar –a causa de la poca contextualització- de la proposta abolicionista, que demana la prohibició de la prostitució per la seva essència discriminatòria i patriarcal. Aquesta visió, tanmateix, sí que s’ha vist més reflectida als mitjans perquè ha estat la dominant fins fa pocs anys dins del moviment feminista.
La majoria dels articles analitzats mostren de fons una crítica a la passivitat i la permissivitat de les institucions, i culpabilitzen clarament les prostitutes del problema, obviant que la participació d’aquestes en la presa de decisions dins les xarxes d’explotació sexual és ínfima, com ho és també el percentatge que obtenen dels suculents beneficis que proporciona aquest negoci.
Aquesta anàlisi és una col·laboració especial de la periodista especialitzada Nora Miralles

lunes, 17 de diciembre de 2012

Así se criminaliza y discrimina a prostitutas




Así se criminaliza a las prostitutas... vinculando la prostitución a delitos como el robo.  racismo, estigma, xenofobia... ¿en qué quedamos? estas mujeres  posiblemente sean víctimas de trata y las que no los son, lo que menos quieren es tener problemas, porque ya saben que se enfrentan a multas y quizás a la deportación, a los insultos y vejaciones de vecinos...  Solo son diez mujeres, diez ... y ya son protagonistas de portada.  espero que las asociaciones que están defendiendo los derechos de las prostitutas escriban a la


la Comisión de Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de
Periodistas de España denunciando esta violencia de género contra las prostitutas.


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Aquesta és la portada d'El Periódico de Catalunya del 12 de desembre. Amb una foto panoràmica de sis noies africanes, i amb el peu de foto-titular “Prostitució i robatoris al Passeig Marítim”.


Només llençar-la a twitter Saül Gordillo, Cap de continguts digitals del diari, almenys un parell de periodistes, Manu Simarro i Bertran Cazorla, van criticar-la per racista. De seguida Gordillo es va molestar amb el pre-judici i va demanar la lectura del contingut complet al dia següent: “no criminalitzem res, perdoneu per fer periodisme/ recordeu McLuhan? una mica de confiança i generositat per la trajectòria, no? / trobo precipitat el judici sever per part de companys sense llegir la informació”. 
Gordillo tenia molta raó en dues coses: a) twitter mou a judicis ràpids i viscerals -fins i tot a gent molt assenyada- b) calia aprofundir una mica més. Ni que fos per fer un judici encara més sever, però més raonat.
I efectivament la lectura atenta de la peça completa fa encara més qüestionable la foto i el seu tamany: resulta que els empresaris de la zona de Marina Village i del Port Olímpic es queixen amargament al Districte de Ciutat Vella perquè prostitutes africanes roben als seus turistes, els “rendibles”, i al Districte diuen que el tema està controlat, i que ja envien Urbana i Mossos cada dia. La cosa és encara pitjor quan descobrim que el problema de seguretat que el diari ha considerat tan rellevant per dedicar-li portada i doble pàgina són 10 dones, -han publicat una foto amb 6- a les què ja fan seguiment dos cossos policials  i patrulles de vigilància privades. 
De debò que a Ciutat Vella, un dels districtes més pobres i amb més problemes de seguretat, han de córrer per protegir la zona d’influència del Casino de l'Hotel Arts? De debò que 10 dones pobres són un greu problema d’ordre públic? Si es fa esment de la recent desarticulació d’una xarxa que prostituïa a la força altres “desenes” de prostitutes... estem segurs que aquestes 10 no estan també obligades a fer el que fan, i a portar diners com sigui, a qui sigui? No serà que aquestes desenes les convertim en legions amb aquestes informacions i amb aquestes fotos? On estem posant el focus? A quin model de ciutat serveix el nostre periodisme? Millor ni pensar que hauria passat si hagués plantat el cul aquí l’Adelson.
De fet, només per l’argument que dóna l’ONG Genera al reportatge, ja és rebutjable aquesta portada: identificar prostitució amb dones negres i nigerianes està provocant denúncies arbitràries i injustificades, i això està agreujant la seva situació.
Òbviament va ser la notícia més llegida del dia a la versió digital, i els comentaris reflecteixen perfectament quina mena de nobles pensaments va alimentar: Hay más sida por extranjeros contaminados / Això ja fa molt temps que passa de ratlla, expulsió immediata d’i·legals i delinqüents/ ¿Tanto cuesta enviarlas a su país? / Cuando las detienen empiezan a decir que son víctimas de mafias y de esa manera si se pudiese expulsarlas se acogen a protección legal y no solo roban a extranjeros / ¿No son estas las que vinieron en pateras y que eran víctimas?
Com que no volia ser injusta en el meu sever judici vaig demanar al professor Xavier Giró, i al seu equip de l’Observatori de la Cobertura dels Conflictes de la UAB, si anava errada, i aquesta va ser la resposta:
- Les noies que es prostitueixen tenen unes biografies que les fan mereixedores de solidaritat i ajuda per sortir-se'n d'una activitat perillosa per a elles. Molt més encara si ho fan obligades per proxenetes. Posar el focus en elles como a 'agressores' les estigmatitza i reforça el rebuig social cap elles, i no cap els proxenetes i els clients. Amb el fet de visualitzar-les en les fotos com a presumiblement africanes es reforcen els prejudicis xenòfobs i racistes.
- Encara que el reportatge diu que són 'algunes dones' és tant sols en una maniobra retòrica que el distancia formalment de la generalització a totes les presents en la zona, però que es projecta sobre totes elles, per la impossibilitat de distingir quines ho fan, i quines no.
- La rellevància que se li dóna a l'assumpte potencia l'alarma social perquè el lector estàndard dedueix que si té tant d'espai és perquè serà important. Èticament és rebutjable donar-li aquesta dimensió perquè si ja actua la policia, no caldria que li donessin tant de relleu i, per tant, la decisió periodística de fer-ho així és sensacionalista,bàsicament orientada a vendre diaris independentment de les nefastes conseqüències estigmatitzadores.
- Com a conseqüència de l’estigmatització, les autoritats que haurien de prendre mesures de protecció cap a elles, tenen molt més difícil ajudar-les per la mala imatge social que acaben de guanyar i, a més, tenen molt més fàcil detenir-les i expulsar-les, de manera que encara les condemnen a un futur pitjor.
- Donar tant espai sobredimensiona el tema a ulls dels jefes dels mitjans de la competència (Prostitució! Hem de parlar de prostitució! No estem donant res sobre això!) el que pot suposar  sobredimensionar-ho encara més, fins que l'Ajuntament o la policia es vegin empesos a fer una macroredada (que tindrà el seu pessebre) per demostrar que "estan fent algo".
- La redactora de l'article sol dedicar-se a temes de turisme. Conscient o no, posa el focus del victimisme en el turista robat i la imatge de Barcelona. Segurament no té cap formació sobre exclusió social, etnificació de la delinqüència, etc.
- En parlar de les dones es fan servir expressions com "rotunda presència" o "actitud desafiant".  Són dones que exerceixen la prostitució, no militars, ni un grup armat ni res semblant. Amb aquestes expressións es vol donar la sensació que la seva presència trasbalsa tot el que les envolta. 
- La perspectiva de gènere és inexistent. Es criminalitza a les prostitutes i es porta el debat cap al dany econòmic que això causa a la zona, quan elles són les principals víctimes d'un sistema patriarcal (aliat sempre amb el capitalisme) que mercantilitza el cos de les dones i que construeix al imaginari col·lectiu la idea que aquest pot ser comercialitzable i objetualizable. 
- La prostitució no es pot analitzar sense tenir en compte el context sociopolític, econòmic i cultural que l'ha originat i que la segueix promovent. Sovint s'afirma que la prostitució és l'ofici més antic del món i només pot ser-ho si s'assembla a l'esclavitud. Cap ésser humà vol ser esclau quan sigui gran, de la mateixa manera que cap nena vol ser puta si té una altra opció.
Uf! Sembla que sobren raons per dir que aquesta portada promou el racisme i la xenofòbia.
Com vaig escriure fa poc per a Sos Racisme, aviat farà un any que es va fer públic un informe del Consell Assessor de Polítiques Socials i Familiars que analitzava el discurs polític sobre la immigració i la diversitat, i alertava que estava en qüestió un dels eixos fonamentals del Pacte Nacional per a la Immigració: el del foment d’una cultura pública comuna, d’una cultura de la diversitat. L’Informe recomanava a partits, institucions, mitjans i societat civil elaborar un codi ètic de comportament discursiu”.  
Més enllà de l’anàlisi acadèmica, dels dictàmens socials i dels codis ètics, sembla mentida que no canviem el xip. Quan les fotos de Samuel Aranda al New York Times, amb gent remenant als containers, ens va fer mal. Quan nosaltres també migrem. I si ens arribés una portada així de 6 catalanes a Londres? No és que ens faltaria temps per dir que no són representatives de res, i que quina mala llet del diari? 

La gent que tanca edició s’haurà plantejat alguna vegada com afecta una portada així al conjunt de dones africanes que viuen a Barcelona? O què creiem que no llegeixen res, ni s’assabenten de res? Potser és això. Potser ni compten com a lectores. Una altra manca de respecte. Una altra manera de negar el vincle, i la ciutadania.  


P.D: Molt llarg aquest post, ja ho sé. De la mida de la meva indignació :(

miércoles, 20 de junio de 2012

La doble moral sobre prostitución

Cómo persona adoptando una perspectiva distante me congratulo que haya iniciativas como este taller que se llevó a término en Sevilla. Como prostituta, que ha vivido con el estigma interiorizado  me indigno porque si no hubiera sido por mi fortaleza y me decisión, hoy sería limpiadora y siguiera siendo una ignorante; eso si, HONRADA y DIGNIFICADA.
Ya es un gran que,  que se vea que las prostitutas no seamos las más consumidoras de drogas y estupefacientes sino que lo son los hombres y mayoritariamente en la prostitución de noche,
Ya es un gran  que, que  se constate que cuidamos nuestra salud.
Ya es un gran que se constate que se ha de separar trata de prostitución ya que la trata no es prostitución y abarca a mucho más sectores de la economía.
Ahora bien, como no me cansaré de repetir, hay que ser mucho más ambicioso en cuánto a las alternativas que se ofrecen a las mujeres que ejercemos. Más formación reglada, más confiar en el potencial de esas mujeres a las que  se "ayuda" porque sino lo que se está haciendo es mandar el mensaje de como eres puta e inmigrante estás condenada a permanecer el las capas inferiores de la sociedad ¡te fastidias por puta! Has de limpiar las casas y la mierda  de los más ricos o has de coser o has de atender a personas mayores, pero que ni se te ocurra estudiar un grado o una FP..no sea que una puta consiga un status social y económico de más nivel y mejor valorado...

Cómo ya denuncié aquí:


Respecto a la igualdad de género...ya va siendo hora de cambiarlo por el concepto de igualdad entre seres humanos..sí, esa igualdad y derechos que están recogidos  los Derechos Humanos. Hasta que no se nos meta  eso en la cabeza no avanzaremos. Como dice el profesor de filosofía, igualdad de oportunidades desde pequeños, enseñar a pensar en libertad sin sectarismos, sin modelos "Excelentes". pensar, ser conscientes:




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http://sentido-comun.com/la-doble-moral-sobre-la-prostitucion/#comment-28



Sea cual sea nuestra postura en torno a la prostitución, es indudable que existe un estigma social sobre las mujeres que la ejercen. Esta es una de las conclusiones extraídas en las II Jornadas sobre Prostitución y Trata de Personas, organizadas por la Oficina de Derechos Sociales de Sevilla en el Centro Vecinal El Pumarejo.
Asistimos al taller que en el marco de estas jornadas impartió Raquel Lucas, socióloga experta en malos tratos y violencia de género, que en la actualidad ocupa la presidencia de la Asociación de Estudios de Género para la Igualdad (AEGI) en Cádiz. La idea de esta actividad en Sevilla, nos cuenta Raquel, es reunir a personas con diferente formación y experiencia pero con igual interés en el tema “para establecer una agenda de mínimos y sensibilizar respecto a estos dos temas” porque, aclara, prostitución y trata de personas son realidades diferentes aunque muy conectadas por lo general. En cualquier caso, “nuestro objetivo principal es generar reflexión y debate”, afirma.
Para debatir y para aportar su visión del tema ha acudido a estas jornadas Leticia, quien estuvo durante un tiempo visitando pisos de citas para ofrecer a las prostitutas material preventivo y charlas sobre educación sexual, así como para explicarles sus derechos. “Les hacíamos ver que había otras salidas posibles, pero sin forzarlas a nada”, explica esta psicóloga de formación, “aunque con quienes eran víctimas de abusos y violencia era mucho más complicado”. Nada más llegar a este taller, un dato positivo le ha llamado la atención: “Me alegra ver a tantos hombres entre las personas asistentes”.
Jesús es uno de ellos, aunque reconoce que se interesó en el tema a raíz de un máster realizado por su esposa en la Universidad Pablo de Olavide. Él es docente y ha trabajado en coeducación para promover valores de igualdad entre ambos géneros, revisando la documentación y eliminando el lenguaje sexista de los centros educativos. También ha promovido acciones que “pueden parecer anecdóticas, pero tienen su importancia”, como  evitar las desigualdades de género en las fiestas organizadas por las escuelas.
Y es que hay muchos prejuicios e ideas erróneas sobre los roles de la mujer en la sociedad actual. Según expone Raquel en la introducción del taller, la palabra puta se relaciona habitualmente con la honra femenina y con el comportamiento sexual. Los medios de comunicación, la mayoría de los cuales siguen incluyendo anuncios clasificados, contribuyen a esa imagen distorsionada de las trabajadoras sexuales, otorgándoles siempre una de estas tres posibles identidades: delincuentes, porque degradan la imagen de las ciudades; viciosas, porque atacan a la moral y las buenas costumbres, y son “culpables de los actos del hombre”; o víctimas, debido a sus circunstancias familiares o económicas.
Para analizar el grado de veracidad que hay en estos y otros mitos comunes sobre la prostitución, las personas asistentes al taller se dividen en grupos de trabajo para, posteriormente, compartir sus puntos de vista. Respecto a la relación que se suele establecer entre trabajadoras sexuales y el VIH, se concluye que en Sevilla ponen bastante énfasis en el uso del preservativo y “hasta tienen hábitos de autocuidado que no existen en la mayor parte de la población”. También se habla del consumo de alcohol y drogas que se suele asociar a esta profesión, reflexionando que es más habitual entre los clientes, “como forma de desinhibirse y pensar menos en esa situación”. Sobre si la prostitución es humillante e indigna, la opinión generalizada es que esos calificativos se han de aplicar más bien a las condiciones que padecen las trabajadoras sexuales.
En ese sentido se pronuncia Patricia Romo, psicóloga agente en igualdad de oportunidades que ha acudido a estas jornadas también como ponente. Ella se declara en una postura “intermedia” en torno al debate sobre la conveniencia de regular la prostitución: “Las trabajadoras sexuales reclaman de forma legítima su derecho a ejercer esta práctica, pero si no se regula, el mensaje que se traslada a la sociedad puede ser peligroso”. Patricia habla de la doble moral de las instituciones que, por un lado, no acometen las políticas necesarias para erradicar la trata de personas con fines de explotación sexual y, por otro, pretenden hacer “invisibles” a las trabajadoras sexuales.

jueves, 14 de junio de 2012

Las prostitutas y prostitutos, no somos seres explotadas/os.



Described as the world's oldest profession, prostitution remains a "dark object of hatred and desire." It is branded the symbol of the exploitation of women by men in all societies. But some women and men proudly declare their right to freely be able to rent their bodies. They defend their sexual practices and demand that their job should be considered as respectable as any another with it's rights and priveleges.

Prostitutes are social victims of moralistic judgments, anathema to some feminists and receiving scorn from many others. It is however, an activity that not only involves sexuality but also gender relations, power, money and the definition of work.

Each country has coercive or permissive laws but has never been able to eradicate prostitution.

It is through the lives, practices and testimonies of women and men who use their sexuality freely and professionally that this film was made. It brings out the fundamental thoughts which involve the relationship of power and submission, while questioning the fantasies that stir men and women.

miércoles, 6 de junio de 2012

Las falacias de la relación de grandes eventos deportivos y la trata de mujeres para la explotación sexual.

Desde que ejerzo la prostitución he vivido en España grandes eventos deportivos (automovilismo, motociclismo, copas de fútbol, las Olimpiadas del 92 en Barcelona)  y congresos (medicina, tecnológicos etc.) Ferias de Muestras ( Construmat, Alimentación etc.) que traen a cientos de miles de hombres y os puedo asegurar que no hay un aumento exponencial de demanda de prostitución. Es decir, que aunque en eventos así se puede facturar algo más y por lo tanto, obtener más  beneficios, no son los grandes beneficios como podría ser, por poner un ejemplo, un día de Sant Jordi, en Catalunya, donde la venta de libros y rosas, supone la venta más importante del año. Lo que intento decir, es que el movimiento de trata de mujeres para su esclavitud sexual, no vale la pena para los tratantes ya que es mucho el riesgo que corren para los beneficios que pueden obtener, en estos casos criminales, compensa mucho más la "cotidianidad". Pero como la cuestión es obtener parte del pastel de las subvenciones para la lucha contra la Trata, se aprovechan de estos eventos, cuando este dinero -impuestos de los contribuyentes-  lo tendría que invertir directamente en las víctimas que han sido identificadas para resarcirlas y que puedan llevar una nueva vida con verdaderas oportunidades de desarrollar todo su potencial como personas y eso incluye un adecuado tratamiento psicológico, una formación reglada y un trabajo VOCACIONAL (no limpiar habitaciones de hotel ni costura)  y un reconocimiento por parte del estado de su status de víctima par dignificarla moralmente.

6 June 2012 in trafficking by laura agustin


El Lobby Europeo de Mujeres —al que no se debería permitir que se autodenomine así— sigue usando dinero público para promover una campaña que contradice las leyes de varios estados europeos que permiten a las personas vender y comprar servicios sexuales. Esta absurda tarjeta roja es parte de Juntos por una Europa Libre de Prostitución, que abiertamente difunde lo que ellas llaman abolición: auténtica conducta misionera, incluso si esas misioneras tienen la apariencia de las llamadas mujeres occidentales liberadas. ¿Cómo consiguen seguir adelante con esto? ¿No hay control de las subvenciones que se dan a tales grupos? Yo supongo que los alemanes, holandeses, checos y otros sencillamente ignoran todo esto, pero en tiempo de recortes económicos es molesto que se consienta a los fanáticos derrochar el dinero público de esta manera. Me pregunto qué ocurrió con la pregunta planteada en el Parlamento Europeo a propósito de esto.

La clave está en el dinero: se ha vuelto fácil en estos días conseguir subvenciones para hacer campaña contra la trata; no hay que pensar mucho; simplemente muestra tu ideología en forma de tarjeta roja. Los financiadores marcarán enseguida la casilla que demuestra que se preocupan por la trata, lo que a cambio les hace parecer buenos. Nunca importa que el mensaje sea mentira, ya que no hay pruebas de que la trata sexual aumente cuando tienen lugar grandes acontecimientos deportivos. La evidencia es irrelevante para los fanáticos ideológicos, desde luego, pero no debería serlo para los tecnócratas de Bruselas. Se citan dos megaeventos: las Olimpiadas de Londres, que empiezan a finales de julio, y el Campeonato Europeo de Fútbol UEFA, que empieza de un momento a otro.

El texto que acompaña a este mensaje deliberadamente malinterpreta esta evidencia, proporcionada por una investigación relativamente correcta y fuentes serias.

“Este año, miles de chicas y mujeres están en riesgo de ser víctimas de trata y explotación sexual para satisfacer la demanda de prostitución en los alrededores de los Juegos Olímpicos de Londres y de la Eurocopa UEFA 2012 en Polonia y Ucrania.

“El número de víctimas de trata de seres humanos en Grecia aumentó un 95% durante los Juegos Olímpicos de 2004. Antes de la Copa del Mundo de 2006 en Alemania, las predicciones fueron que más de 40.000 mujeres y niños serían traficados al país para satisfacer las demandas de prostitución de millones de aficionados al fútbol. Durante la Copa del Mundo de 2011, las autoridades sudafricanas notaron un ‘enorme’ aumento de comercio sexual, doblándose el número de mujeres y niños implicados en la prostitución, así como el número de burdeles.

“El Lobby Europeo de Mujeres ha pedido a los miembros del Parlamento Europeo adoptar una postura contra la prostitución en los eventos deportivos. Diecinueve de estos miembros que apoyan la campaña del lobby han sido invitados para hacerse una foto de grupo con la tarjeta roja del lobbby: ‘Sé deportivo. Juega limpio... Di No a la prostitución’.

“Junto a este evento visual, el Lobby Europeo de Mujeres presentará un vídeoclip concienciador —‘Deporte, sexo y diversión’, y publicará una nota informativa y organizará una rueda de prensa acerca de la prostitución en los acontecimientos deportivos.”

La evidencia, repetimos una vez más, es:

Alemania: Copa del Mundo de 2006

■Informe SIDA/IOM: El primer intento significativo de evaluar si las mujeres eran víctimas de trata, forzadas a vender sexo en un gran evento deportivo fue financiado por la Swedish Development Agency (SIDA) y publicado por la International Organisation for Migration (IOM). A pesar de las predicciones de que 40.000 mujeres derían víctimas de trata, sólo se encontraron 5 víctimas de trata relacionadas con la Copa del Mundo. El informe se publicó en 2006.


■Informe del gobierno alemán: Posteriormente, el Gobierno Federal de Alemania elaboró un informe para el Consejo de la Unión Europea, no hallando aumento en los casos de trata relacionados con la Copa del Mundo. Informe publicado en 2007.


■Copa del Mundo de 2010 en Sudáfrica: La investigación fue conducida por la Sex Work Education and Advocacy Taskforce (SWEAT) y el African Centre for for Migration & Society, comisionados por el United Nations Population Fund (UNFPA). Esta investigación incluyó una encuesta entre las trabajadoras sexuales locales; no se hallaron casos de trata asociada a la Copa del Mundo. El informe fue publicado en 2010.


Nota al final de la desinformación del Lobby Eupeo de Mujeres: ¡Más información y entretenimiento próximamente! ¡Olvida los hechos, muestra un vídeo de mal gusto! El lobby difícilmente puede superar su vídeo de un hombre mostrado como abyecto al lamer los coños de sus clientas; sin embargo, seguro que ganará algún premio.

–Laura Agustín, the Naked Anthropologist

jueves, 31 de mayo de 2012

"La voz de las mujeres que ejercen la prostitución" Estudio académico de la Comunidad Valenciana

Estudio realizado en Valencia. Conclusiones después de haber entrevistado a 22 mujeres . Que muestran realidades hetereogéneas y no encontraron a ninguna en situación de trata, eso si condicionadas (sic) aún así llegan a la conclusión de que la prostitución es violencia de género.(supongo que trabajar limpiando, en la costura, atención a personas mayores, en condiciones duras y que no dan el suficiente salario para mantener a una familia, es decir trabajos históricamente femeninos, que son las únicas alternativas reales que se les da a estas mujeres,  no es violencia de género no ¿verdad? Recuerdo que los investigadores académicos están obligados a investigar e informar con rigor y no sacar conclusiones desde las ideologías, en este caso abolicionista,  estos debates-ideológicos lo han de hacer los demás (actores implicados en tomas decisiones de políticas públicas o si se quiere foros de debate) pero no  la academia. 

Coordinado por I. Serra Institut Universitari d’Estudis de la Dona Universitat de València



http://www.bsocial.gva.es/portal/portal?docid=5601

miércoles, 30 de mayo de 2012

Prostitutas y universitarias, más prejuicios.

Para comentar este artículo dejo el testimonio de Mara Elisa (autora de "Las ocultas"), lo hace mejor que yo y el de otra compañera Sofía



Después de leer el reportaje sobre prostitutas universitarias en "Mujer Hoy" (el suplemento del ABC), no puedo evitar decir algo. En primer lugar, aconsejo la lectura de dicho reportaje, porque amplía muchas cosas de las que comento en mi libro. Recoge otros testimonios de mujeres que eligen voluntariamente la prostitución y sin plantearse en principio nada más que aumentar sus ingresos y conseguir, así, mejorar su nivel de vida.

Si me hubieran entrevistado cuando tenía veinticuatro años, hubiera dicho más o menos lo mismo que ellas (salvando diferencias alusivas a la logística del puterío, ya que yo siempre preferí trabajar en casas, y ellas son chicas "de contactos") Hoy tengo muchas cosas que añadir a mi testimonio, pero eso es porque, entre mis veinticuatro años y mis cuarenta, he andado un camino interior particular.

Pero en fin, a lo que iba. Hay una frase que me ha chirriado en medio de todo el reportaje, y es la que dice una psicóloga, para "explicar" por qué estas chicas eligen prostituírse: "Es la cultura del mínimo esfuerzo, lo que los padres hemos inculcado a nuestros hijos", opina Mara Cuadrado, psicóloga clínica especialista en adolescentes".

Bueno. Aquí es donde hago un punto y aparte y digo lo que sé: primero, que es mentira que la prostitución sea un trabajo de "mínimo esfuerzo" (el dichoso mito del dinero fácil). Lo parece, e incluso puede llevarnos a engaño el propio testimonio de las mujeres que ejercen de putas, pero de "mínimo esfuerzo", nada. En mi libro lo explico, pero de todos modos no era ésto lo que quería comentar extensamente, porque ya he abundado en este asunto en otras ocasiones. Lo que quería rebatir, aquí, es esa idea de que una mujer, si se hace puta, es porque sus padres se lo hayan dado todo migado. ¡No se puede generalizar así, frivolizando el sufrimiento que a muchas mujeres las lleva a prostituirse!

La mayor parte de putas que conocí, inclusive yo misma, procedíamos más bien de familias donde no se vivía la abundancia, o donde, al menos, se crió a los hijos con un autoritarismo que abarcaba también una restricción en lo que a gastos se refiere. Hay que tener en cuenta que muchas mujeres eligen trabajar como prostitutas porque están hartas de ser pobres, o de tener que batallar como leonas (casi siempre vencidas) para conseguir cosas que necesitan. En este panorama no encaja, precisamente, que te lo hayan dado todo hecho, o estar acostumbrada a recibir cualquier cosa sin esfuerzo. A las mujeres entrevistadas habría que preguntarles cómo fue su infancia, su adolescencia, o por qué no es su familia quien les costea los estudios (entre otras cosas) Por supuesto, habrá casos en los que sí exista ese "malcriamiento", pero desde mi perspectiva (y tengo conocimiento de causa) eso son excepciones, no la tónica dominante.

En mi libro dije que hace años empezaba a darse el fenómeno de mujeres jóvenes que se iniciaban en la prostitución, ya no para cubrir necesidades básicas, sino para satisfacer vicios consumistas. Y me pareció obvio que esa tendencia iba a ir en aumento, porque cada vez hay más productos que uno siente que "necesita" consumir. Sin embargo, incluso en estos casos no creo que se pueda hablar de que la "culpa" de la prostitución sea de unos padres demasiado blandos. En realidad, si acaso hay "culpa", ésta es compartida por toda una sociedad que elige el modelo consumista como si fuera una virtud, y se inclina ante el mito del éxito rápido, del pelotazo.

   
(A la izda. pintura de Shawn Downey)

De hecho, muchas prostitutas éramos mujeres que, de acuerdo, en algún momento caímos en el consumismo, pero procedíamos de familias muy austeras. Y muchas, incluso, éramos o habíamos sido personas maltratadas en algún momento de nuestras vidas.

Mi caso y el de La Dorada son un ejemplo de infancias educadas en la restricción y la vigilancia moral extrema, pero la mayoría de mis otras compañeras de oficio seguían un patrón restrictivo en un nivel o en otro. Precisamente parte del "engache" al puterío procedía del "subidón" que nos daba nadar entre dinero, después de una vida tan sobria, que hasta para repetir de un plato tenías que negociar o suplicar a tus padres. Y no porque nunca hubiera más comida en la despensa, sino porque "no era bueno pedir tanto" El gran miedo de muchos padres de putas actuales fue, precisamente, que no nos convirtiéramos en unas caprichosas consentidas. ¿Qué paradoja, no?

También recuerdo la dureza con la que algunas compañeras de oficio criticaban a las mujeres (jóvenes) que pedían limosna en la calle: "Que pongan el coño a trabajar, como nosotras. Que se lo curren" Para estas prostitutas, la idea de mendigar era intolerable, siempre y cuando fueras joven y pudieras "esforzarte" como las del gremio hacíamos. O sea, que para nosotras la vivencia de la prostitución no tenía nada que ver con un "vivir del cuento" o "no dar ni golpe", sino al contrario. Lo vivíamos como un trabajo arduo, costoso, sólo que, eso sí, sus resultados económicos eran muy rápidos.

De hecho, las mujeres entrevistadas en el reportaje del ABC lo dicen muy claro: eligen prostituirse porque les permite ganar dinero rápido, trabajando pocas horas al día, con un horario que pueden compatibilizar con los estudios. (La dificultad de compaginar una carrera con un trabajo que te permita independizarte de tus padres es exactamente lo mismo que denuncié hace días, en una entrada de este blog) Pero parece que no se termina de encajar la realidad, tal cual la cuentan las propias prostitutas, y por eso la misma psicóloga, más adelante, acusa veladamente a estas mujeres de no querer trabajar en algo más humilde (limpieza, supermercado, etc) No se entiende que la mujer que se prostituye no lo hace porque se le caigan los anillos si limpia, o trabaja detrás de un mostrador, sino por otras razones más complejas.

Volviendo al consumismo, éste es un vicio globalizado, colectivo. Puedes haber educado a tus hijos como a ciudadanos de la vieja Esparta, pero si vives en una sociedad que grita a todos los vientos que, si no tienes esto o aquello (o si no gastas x cantidad de dinero en lo de más allá), eres un nadie, un perdedor, y no cuentas una mierda, tu celulita de austeridad no resistirá el embate externo y el consumismo se irá colando por los resquicios hasta atrapar a tus hijos. En ocasiones, el vicio consumista los devorará, los hará suyos por completo. Otras veces no. En todo caso, la responsabilidad de esa situación no es (ni mucho menos) exclusiva de los padres, o de cómo hayan educado éstos a sus hijos. La responsabilidad es COMPARTIDA por los padres, los hijos y...atención: por todas las otras personas que sean o hayan sido un referente para ellos. Y en este último saco caben muchas personas.

Las raíces de la prostitución son múltiples. Los factores que hacen que una mujer elija ser puta son como gotas que van llenando un vaso y que, sólo si rebasan cierta cantidad, pesan lo suficiente como para inclinar la balanza hacia un lado (el de la prostitución) También se pueden comparar con pequeños arroyos que, sólo al reunirse y confluir unos con otros, pueden dar lugar a un río grande (o corriente fuerte) en pro de la prostitución.

En mi caso, hubo oscuras memorias de abusos infantiles, fuertes conflictos con mis padres, hostigamiento y mobbing escolar en la adolescencia, fuertes complejos de inferioridad, crisis emocionales por desengaños amorosos y de otros tipos, desengaño espiritual, hartazgo por no tener dinero propio, ni independencia, deseo de estudiar cosas que no estaban en la universidad (cuyas matrículas y costos, por lo tanto, excedían a los costos habituales), y finalmente, sí, un ansia devoradora de ser una consumidora "normalizada", o sea: una mujer más de las que compran habitualmente una serie de productos y se mantienen, así "al día, renovadas, atractivas", como rezan prácticamente todas las publicaciones dirigidas a un público femenino. Y me dejo factores en el tintero, pero es que tengo que resumir.
Cada una de estas cosas no hubiera provocado, por sí sola, que yo me hiciera puta. Pero todas juntas, sí. Puede que incluso con la mitad de ellas tampoco hubiera elegido hacerme puta, no lo sé. Pero con ese "pack" al completo, digamos que la tendencia en pro de la prostitución se hizo tan fuerte, que finalmente resultó insoportable resistirse a ella. Elegí ser puta porque realmente sentía que "era lo que tenía que ser" y "era lo mejor, en mis circunstancias". Me parecía, incluso, que se trataba de una especie de destino inevitable que alguna inteligencia invisible había trazado para mí, y que aceptarlo era lo más sensato. Cuando inicié finalmente mi vida como puta experimenté un alivio considerable, y toda mi vida pareció florecer, impulsada por la poderosa energía del dinero que, ¡por fin! llegaba a todas las partes de mi existencia, cubriendo todas mis necesidades (o lo que yo sentía como tales) e incluso permitiéndome soñar con futuros proyectos prometedores...

Con los años, mi vida fue evolucionando hacia otros derroteros, pero eso ya es otra historia. Si nos detenemos en el punto en el que recién había iniciado mi vida como mujer que trabaja de puta "todos los días, unas horas por la tarde", esa era mi verdad. Y no, no se atisbaba en ella ni rastro de una educación blanda ni acomodaticia. Al contrario.

Para terminar, propongo a quien diga que currarse citas con hombres desconocidos para acostarse con ellos (varios al día, ¿eh?) es seguir la ley del mínimo esfuerzo, que vaya, lo practique, y luego me cuente cómo le fue. Si tan bicoca es la prostitución, ¿qué hacemos, que no la practicamos todos con todos? ¡Estamos perdiendo el tiempo, vamos! Porque si es tan fácil y da tanto dinero, puede ser la solución a todos nuestros prolemas, o casi. Y hasta para la crisis...¿O no?
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Evidentemente es un tema en el que me siento cercana e identificada. Soy escort y, aunque ya no estudio en la universidad, he sido universitaria y aún estudio alguna que otra cosita. Yo soy una de esas chicas... Aunque por mí se pague más que por Silvia o Diana, pero no creo que esto importe mucho para hablar de este tema.


¿El mínimo esfuerzo?

Quizás sea cierto lo que dice el artículo sobre que vivimos en la cultura del mínimo esfuerzo. Es cierto: a ninguna persona le gusta trabajar de más. ¿Es acaso malo un trabajo porque se gane más dinero que en otro? Tampoco, ¿verdad? No vamos ahora a decir que el trabajo más honorable y digno es aquél en el que ganemos menos.

La remuneración de cada trabajo se "calcula" por la cantidad de personas que pueden ejercerlo. Si hubiese en el pais 10 millones de arquitectos, no ganarían tanto. Limpiar escaleras se paga poco porque cualquier persona mayor de edad está formada para hacerlo, y lo mismo pasa para ser cajera de un centro comercial... 

¿Por qué asumir que trabajar 8 horas al día de Lunes a Viernes y cobrar 900€ al mes es mejor que ser puta y cobrar 3000€? ¿Me esfuerzo menos? No creo, es un trabajo distinto. No hay que esforzarse menos, tampoco creo que más, hay que esforzarse de otro modo. Tengo que estar arreglada, tengo que tener lencería en buenas condiciones, tengo que ser simpática y tratar a un desconocido como a mi mejor amante.

Es cierto que parece que sólo trabajemos cuando estamos en una habitación, pero a veces le echas muchas horas de espera, de preparación y tienes un horario mucho más flexible.

Pero sí, hay una cosa cierta, puta podemos ser cualquiera también. No nos piden tener una carrera, ni nada. Conviene ser joven y mona pero, oye, algunas chicas no son monas ni jóvenes y trabajan igual. Y a mucha gente le puede parecer injusto que una niña de 18 años cobre tres veces más que un hombre de 40 años.

Pero, eso sí, si lo pensamos friamente no es un trabajo que se pague demasiado bien: probad a parar a una mujer cualquiera y ofrecerla 70€ por un polvo de 1 hora. Yo cobro más por 1 hora pero, muchas chicas tampoco estarían dispuestas a hacer esto por lo que cobro. La clave es que si trabajas bien, tienes más clientes y ganas más. Así de fácil, así de justo. Si no eres buena en esto, no ganas dinero.


Adicciones

El artículo habla de las drogas y yo también he tocado este tema. Yo nunca he esnifado coca y nunca he fingido que lo hacía. A más de una compañera le he dicho que no sea idiota y que ni se le ocurra probarla... Algunas han caído en este mundo.

Pero la adicción que más me interesa comentar es la propia adicción a ser puta. Existe y me temo que muchas la tenemos. Es difícil dejar esta profesión una vez que te has acostumbrado. Consigues dinero, puedes vivir en una casa normal, no depender de tus padres, ayudar económicamente a tus padres y tener calidad de vida.

Yo no gasto tanto dinero. Ahorro mucho (no es fácil soltar mucho dinero a tus padres porque, es cierto, no lo puedes justificar frente a ellos), a veces voy al cine, a veces me tomo algo en la calle, me compro ropa y zapatos (pero salvo un par, nada caros). No vivo como una chica que gane 3000€ al mes. Vivo bien, pero sin excesos.

Lo complicado es que da miedo dejar del todo algo que te da de comer. Tengo ideas para un futuro cercano y trato de llevarlas a buen puerto pero... ¿quién me dice que funcionarán? Quizá fracase y tenga que empezar de cero de nuevo... Y posiblemente lo hiciese volviendo a ser puta.


El futuro

¿Me arrepentiré de lo que estoy haciendo? No lo sé. Espero que no, pero conozco chicas que se arrepienten de su matrimonio y no creo que debamos volvernos locos por eso... Siempre es posible arrepentirse de las elecciones tomadas, y siempre es posible sacar lecciones positivas de tus elecciones y fracasos. 

Sigo sin poder considerar como algo "malo" el ser puta. No soy objetiva, pero no creo que debamos echarnos las manos en la cabeza porque existamos. Cada una de nosotras tiene una vida distinta, y unos motivos distintos para meternos en esto y no dejarlo (aún). 

Las modelos o actrices también ganan mucho por relativamente pocas horas de trabajo. Un futbolista puede ganar muchísimos millones de euros por jugar 90 minutos a la semana. Los directivos de bancos o empresas en pérdidas ganan millones pese a que despidan personas. Un profesor gana muy poco por educar a la población. ¿Acaso estas cosas no son preocupantes de otro modo? 

La dignidad se lleva con tus acciones y no creo que se pierda por practicarle una felación a un hombre.

Besitos




Ofrecen servicios sexuales para mantener un elevado tren de vida y lo hacen sin remordimientos. Son estudiantes que han elegido libremente llevar una doble vida. Una decisión que puede marcarlas irremediablemente.

Recibe 40 llamadas telefónicas al día, de lunes a viernes. De ellas, dos culminan en citas que acaban entre sus sábanas. Encuentros de media hora por los que cobra 70 euros. Dice que sabe lo que hace. Le gusta y, además, que le permite llevar una vida independiente. Hablamos de una prostituta madrileña que cumplió 18 años en julio del año pasado. Fue en ese momento cuando decidió hacerse puta. Y no le molesta el calificativo: "Es lo que soy", afirma. Dos meses después de introducirse en este furtivo mundo comenzó su carrera universitaria. Prefiere no especificar cuál, pero apunta que de la rama de Derecho. Desde entonces lleva una doble vida. Esta joven atiende en la Red al nombre de Diana Le Blanc: "Universitaria. Tengo 18 añitos y recibo en mi piso privado de Diego de León (Madrid)... Ven a conocerme y seguro que repites", reclama en una página de anuncios. 

Diana afirma que más que para pagarse los estudios "es para vivir bien". "Con el plan Bolonia –añade– o estudias o trabajas. Las clases son presenciales y si me meto en un supermercado o en una tienda de ropa, tendría que faltar. Además, trabajaría ocho horas por 900 euros al mes. Con el sexo gano 1.200 en menos de dos semanas y así soy mi propia jefa. No me compensa otra cosa. Me saco en medio mes lo que me cuesta un año de carrera".

Su aspecto no denota opulencia ni, por supuesto, que se dedica a la prostitución. Viste jeans y camiseta oscura ancha. Desprende un perfume agradable. "Escada. Por supuesto no la utilizo con los hombres. No hay que dejar rastros", confía mientras sorbe un café con leche en una cafetería cercana a su centro de encuentros.


Un plazo establecido


Piensa dedicarse al oficio más antiguo del mundo dos años más. Lo tiene claro, o eso dice: "En tercero de carrera me iré de Erasmus. En cuarto voy a vivir del cuento con los ahorros de todo este tiempo". 


Silvia Silvido, como se hace llamar en la Red y en las películas pornográficas que protagoniza, también se pone plazo para dejar ambas cosas: tres años. Para entonces ya tendrá 30 y esta psicopedagoga habrá terminado su formación universitaria en Filología Inglesa; incluso habrá finiquitado la hipoteca de su casa en Las Rozas, por la que paga 1.800 euros al mes.


Su silueta extremadamente delgada y alta y su pelo rubio platino son sus principales reclamos, además de la palabra "universitaria". "Muchas la utilizan para conseguir más clientes", explica. Basta con realizar varias llamadas para comprobarlo.

Silvia lleva siete años ofreciendo su cuerpo en grado escort –alta categoría–. "Esto me permite una formación que no podría tener con otro trabajo normal: viajar por el mundo, estudiar idiomas y acudir a las clases de la universidad. Quien diga que es para pagarse la carrera es mentira. Da para mucho más". Silvia maneja cuatro idiomas: inglés, francés, alemán e italiano. 


La parte ciega


Los especialistas en psicología y las mujeres que han pasado por este mundo muestran aquello de lo que no hablan estas profesionales del sexo. "Es la cultura del mínimo esfuerzo, lo que los padres hemos inculcado a nuestros hijos", opina Mara Cuadrado, psicóloga clínica especialista en adolescentes. En los dos últimos años ha atendido a tres jóvenes (dos de ellas, menores) que voluntariamente ejercían la prostitución de alto standing esporádicamente. "El único móvil es tener dinero y para conseguirlo no les importaba tener sexo con desconocidos. Les permite vivir por encima de las posibilidades de cualquier chica de su edad, con lo que ello conlleva: liderazgo, ir a la moda con ropa cara, tener tecnología puntera...". Para esta especialista, el problema reside en que no se dan cuenta de dónde se están metiendo ni los problemas que puede conllevar. "A veces la causa es la comodidad. Hay jóvenes que prefieren dedicarse a la prostitución antes que trabajar en una cocina o en limpieza. En el ámbito universitario, muy tecnificado, internet puede jugar un papel facilitador", considera Valentín Martínez-Otero, doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid.


Tren de vida adictivo


Según describen los especialistas, el perfil de joven que contempla este oficio como fuente de ingresos es el de chicas que quieren encontrar sensaciones distintas y nuevas, les gusta el riesgo, el lujo y destacar por encima de las de su edad. Lo complicado es salir de ese mundo y bajarse de ese tren de vida. En la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (Apramp) y la Asociación de Mujeres de la Noche Buscando el Día (Amunod) comparten esta opinión. Una de las responsables de Apramp explica que han atendido pocos casos de universitarias que se dedicasen a la prostitución. Las que atendían a este perfil "nos pedían atención psicológica porque se sentían vacías y no encontraban el sentido de por qué seguían haciéndolo".

Mónica Galdós, mediadora laboral de la asociación Amunod, apunta, por su experiencia, que es muy posible que algunas no salgan de ello. "El alto standing tiene una franja de edad. A partir de los 30 bajas la categoría. Muchas acaban en una whiskería si no salen a tiempo, o en casas de citas, o en las calles. Tenemos casos como estos".

María (nombre ficticio) fue prostituta de forma voluntaria durante 20 años. Lo dejó hace seis y ahora ha vuelto a caer después de que la despidieran de un trabajo "normal". "Ponerse un plazo con esto es imposible. Quieres comprarte muchas cosas. Al final, es una enfermedad. Estás enganchada y hay que añadirle que es muy fácil pasar al mundo de las drogas porque los clientes te incitan a que lo hagas", relata. Pero tanto Silvia como Diana niegan que hayan entrado en ese círculo. "Para hacer este trabajo hay que saber fingir y engañar. Igual que haces creer al cliente que estás llegando al clímax, simulas que te estás metiendo una raya", coinciden las dos.


¿Y cómo se entra? "Todo comenzó en juego de rol de internet con 15 años –cuenta Diana–. En él interpretaba un papel de prostituta y me hacía llamar Diana Le Blanc. Solo escribía. Era algo virtual. Quizás eso y la serie de televisión "700 euros. Diario secreto de una call girl" [donde la protagonista se introduce en el mundo de la prostitución de lujo para ganar dinero] influyeron en que diera el paso". La primera toma de contacto de esta joven, que oculta su rostro para las fotos, con el sexo de pago llegó con una casa de citas de Madrid. "Me pagaban 1.200 euros mensuales, llegase al número de clientes que llegase. A las 12 de la mañana había que estar en pie y a las dos de la madrugada una se iba a dormir. De lunes a viernes, interna en el piso. Estuve tres días. No me gustó el ambiente, aunque te trataban muy bien. Y llegué a la conclusión de que podía sacar más dinero por mi cuenta". Fue así como decidió hacerse sus fotos y colgar varios anuncios en la Red. Su negocio ahora va como la seda.


Sin embargo, la entrada de Silvia en la prostitución fue muy distinta. Tenía 18 años cuando comenzó a bailar en una barra en Inglaterra. Era un show erótico sin nada de sexo. "Unos clientes me dijeron que podía hacerlo igual pero acostándome con hombres. Al principio me enfadé, pero me lo pensé mejor y comencé en este mundo". Desde el principio ha sido independiente, nunca le ha rendido cuentas a nadie

Para Diana, lo peor de su trabajo es la mentira y la doble vida. "Cuando salgo con mis amigas el fin de semana soy otra. No puedo contárselo a nadie. Tampoco justificar nada, ni siquiera meter el dinero en el banco. Eso sí, no me influye para el estudio. Lo que no me interesa recordar, lo olvido. Soy fría". Esta duplicidad se refleja en las dos casas que tiene en Madrid. La vivienda donde cita a sus clientes está en Diego de León. Por ella paga 200 euros a la semana. Otras dos chicas, también prostitutas, abonan el mismo precio por otras dos habitaciones. De lunes a viernes duerme en la Plaza Elíptica, compartiendo piso con un compañero que no sospecha de su otra cara. El beneficio mensual que obtiene por el sexo de pago son 3.500 euros, restándole 1.400 de gastos fijos. "Todo el dinero que se mueve es negro, tanto en las casas de citas como lo que nos llevamos nosotras", detalla.


Silvia, por el contrario, no oculta su negocio ni a la familia, ni a los amigos, ni a sus compañeros de clase. Más de un disgusto se ha llevado por ello, sobre todo en la universidad, donde han intentado chantajearla para obtener sexo gratis. "No lo han conseguido", asegura. Su familia estuvo sin hablarle un año. "Cuando vieron que me sacaba los estudios, el trato fue normal, y así continúa, aunque no les gusta. Mi madre dice a otras personas que soy modelo para una revista de moda", sonríe mientras lo cuenta.



Por el contrario, Silvia vive con su novio, que es actor porno, desde hace cinco años en su casa de Las Rozas. Allí ya no lleva a nadie para mantener encuentros. "Te roban cosas de casa en plan fetiche", explica. Esta mujer, que se define como egoísta y materialista, suele tener dos citas al día. Cobra 100 euros la media hora; de 200 para arriba a partir de ahí. Eso más las generosas propinas, superiores a 100 euros, y regalos que le dejan los clientes. Cuando realiza algún viaje fuera puede alcanzar hasta los 3.000 euros. Además, sabe sacar beneficio a las redes sociales. Suele obtener 6.000 euros mensuales limpios. "También tengo muchos gastos: peluquería, uñas, lencería, ropa, coche. Se gana mucho, pero hay que mantenerse", expresa.


Enfrentarse al futuro


De cara al día de mañana, tanto una como otra se preguntan si les quedarán secuelas psicológicas. María, la exprostituta que ha vuelto al oficio, asegura que sí. Silvia, por su parte, dice que le preocupa la posibilidad de arrepentirse, pero al mismo tiempo afirma que lo haría de nuevo si pudiera volver atrás en el tiempo. Diana prefiere quitarle hierro: "No creo que me afecte en un futuro. Al revés, se aprende mucho acerca del trato de las personas. Aprendes a vivir sola. Dependo de mí para todo. Quizás cuando tenga 50 años piense "¿qué he hecho?", pero ahora no tengo esa mentalidad”.

El psicólogo Valentín Martínez-Otero menciona entre los problemas psicológicos más frecuentes "sentimientos de culpa y vergüenza, baja autoestima, depresión, trastornos de ansiedad, evasión a través de drogas o alcohol... muchos de estos negativos efectos pueden verse agravados por llevar una doble vida, con ocultación a la familia, de la que se pueden alejar". Depende de cada caso, de la personalidad de la joven, de su historia emocional y de las circunstancias en que haya ejercido. Pero lo cierto es que su beneficio inmediato, al final, tiene un precio.