http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/asi-trabajan-carretera-cientos-prostitutas-2805809 Armado con un trípode de topógrafo y una cámara de gran formato ha trabajado Txema Salvans (Barcelona, 1971) para alumbrar su último proyecto, The waiting game (El juego de la espera). El libro documenta la situación en que trabajan las prostitutas de carretera en la zona del Mediterráneo. «Es mi área de trabajo. Siempre fotografío el territorio que conozco, el que entiendo», comenta. El de Salvans ha sido un trabajo a fuego lento, ocho años, que ha dado como resultado una colección de paisajes, de «escenarios degradados a plena luz del día» en los que las prostitutas parecen una anécdota («una cicatriz en el paisaje», dice él), pero son las protagonistas. «Me acercaba a las chicas con el coche y les decía que estaba haciendo un trabajo topográfico. Ellas me veían, pero pensaba que estaba haciendo otra cosa», explica. «Es verdad que en cierta manera hay un engaño, pero el documento final lo que pretente es proteger la identidad de la persona y dar luz a una realidad que existe. Además, cuando el fotógrafo trabaja siempre hay un abuso de confianza. Nunca es solo un invitado», asegura.Salvans emplaza ahora a «los que pueden tomar decisiones y cambiar las circunstancias de trabajo» de estas mujeres a que tomen sus fotos como un posible punto de partida para que las cosas mejoren. Su trabajo, insiste, es documental: «En ningún momento quise hacer retratos de las mujeres».Formalmente, The waiting game se aleja bastante de los anteriores proyectos de este fotógrafo, en los que documentaba, también en el Mediterráneo, la manera en que la gente pasa su tiempo libre y en los que Salvans aparecía a veces casi como un actor más en la foto. «La técnica impone sus limitaciones. Trabajando con cámara de gran formato no eres tan ágil y no puedes captar el instante decisivo. Yo aquí he retratado la espera decisiva».
El objetivo de este blog es dar a conocer de manera totalmente rigurosa las diferentes realidades de la prostitución en España (legislación, noticias, bibliografía, etc) aunque también aportaré información de otros países Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este blog y sus imágenes sin la autorización escrita de su autora, ©prostitución-visión objetiva 2007-2013.Todos los derechos reservados
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lunes, 4 de noviembre de 2013
El documento fotográfico del ejercicio de la prostitución en carreteras
http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/asi-trabajan-carretera-cientos-prostitutas-2805809 Armado con un trípode de topógrafo y una cámara de gran formato ha trabajado Txema Salvans (Barcelona, 1971) para alumbrar su último proyecto, The waiting game (El juego de la espera). El libro documenta la situación en que trabajan las prostitutas de carretera en la zona del Mediterráneo. «Es mi área de trabajo. Siempre fotografío el territorio que conozco, el que entiendo», comenta. El de Salvans ha sido un trabajo a fuego lento, ocho años, que ha dado como resultado una colección de paisajes, de «escenarios degradados a plena luz del día» en los que las prostitutas parecen una anécdota («una cicatriz en el paisaje», dice él), pero son las protagonistas. «Me acercaba a las chicas con el coche y les decía que estaba haciendo un trabajo topográfico. Ellas me veían, pero pensaba que estaba haciendo otra cosa», explica. «Es verdad que en cierta manera hay un engaño, pero el documento final lo que pretente es proteger la identidad de la persona y dar luz a una realidad que existe. Además, cuando el fotógrafo trabaja siempre hay un abuso de confianza. Nunca es solo un invitado», asegura.Salvans emplaza ahora a «los que pueden tomar decisiones y cambiar las circunstancias de trabajo» de estas mujeres a que tomen sus fotos como un posible punto de partida para que las cosas mejoren. Su trabajo, insiste, es documental: «En ningún momento quise hacer retratos de las mujeres».Formalmente, The waiting game se aleja bastante de los anteriores proyectos de este fotógrafo, en los que documentaba, también en el Mediterráneo, la manera en que la gente pasa su tiempo libre y en los que Salvans aparecía a veces casi como un actor más en la foto. «La técnica impone sus limitaciones. Trabajando con cámara de gran formato no eres tan ágil y no puedes captar el instante decisivo. Yo aquí he retratado la espera decisiva».
jueves, 22 de agosto de 2013
Modelo suizo para ayudar a las prostitutas que captan sus clientes en la calle e integrarlas.
Juntamente con Amberes, Suiza propone un modelo para que las prostitutas estén integradas en la ciudadanía.
En diversas ocasiones he escrito, desde este mismo espacio, sobre temas relacionados con Suiza, la Confederación Helvética, modelo de convivencia entre distintas culturas, en donde se hablan, sin problemas y civilizadamente, cuatro idiomas cooficiales: francés, alemán, italiano y romanche. Pero, no son los idiomas los que hoy me traen aquí, sino materia bien distinta y distante. En el mes de marzo de 2002, Suiza celebró un singular referéndum que trataba de dar respuesta a las constantes quejas de los vecinos del centro de las ciudades que ya no podían soportar, por más tiempo, la algarabía derivada de la actividad de la prostitución callejera y los restos de basura acumulados durante la noche, en las calles en las que tenía lugar tal actividad, que en Suiza se encuentra controlada y regulada legalmente.
Como resultado del indicado referéndum, ahora las autoridades municipales de la ciudad de Zurich, acaban de presentar el denominado servicio “sex box”, consistente en unos locales destinados a la prostitución, con los que se pretende controlar adecuadamente esta práctica. Los nuevos “sex box” entrarán en funcionamiento el próximo 26 de agosto, con un horario entre las 19 y 05 horas y están situados en una zona industrial periférica, según informaciones del Departamento Municipal de Asuntos Sociales de la ciudad de Zurich.
Únicamente se podrá acceder en vehículo y cada automovilista deberá estar solo en su automóvil. Una vez franqueada la barrera, el conductor deberá seguir un circuito, bien señalizado, en el que esperarán las prostitutas. Y previa la oportuna negociación de rigor, una vez alcanzado el acuerdo, la pareja podrá dirigirse en el automóvil a una de las cabinas. De otra parte, habrán también unos recintos más pequeños, para los clientes que prefieran salir de su vehículo.
Cada “sex box”, similar a las cabinas de autolavado de coches, estará equipado con un timbre que posibilitará a las prostitutas avisar a la policía en todo momento en caso de alguna emergencia. Con este sistema, las autoridades locales pretenden aumentar la seguridad de las prostitutas y evitar posibles prácticas mafiosas de tráfico de seres humanos. Asimismo esperan que con este sistema denominado también “drive in del sexo”, que estará claramente señalizado con paneles indicadores y el símbolo de un paraguas rojo, símbolo habitual en los países del Este de Europa, la prostitución se desplace a las afueras de la ciudad, evitando las consiguientes molestias al vecindario.
El recinto no contará, a efectos de privacidad para los clientes, con cámaras de vigilancia mediante video, pero sí dispondrá de agentes de seguridad e incluso asistentes sociales. Zurich evaluaba desde hace tiempo el proyecto con el fin de encontrar espacios de privacidad para tener relaciones en la via pública y ha tenido un presupuesto de 2,1 millones de francos suizos (1,6 millones de euros) y, en su momento, fue aprobado por los habitantes de la ciudad de Zurich, mediante referéndum.
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Michael Herzig, responsable del Departamento de Bienestar Social del Ayuntamiento de Zurich, declaró a Swiss Radio, que la gran diferencia es que hasta ahora la prostitución estaba reservada al espacio público, mientras que a partir de ahora vamos a cambiar esto y definir nuevas reglas para la prostitución callejera. Este proyecto coincide con una reforma muy amplia y ambiciosa en la legislación que regula la actividad más antigua del mundo en toda Suiza. Según The Telegraph, está práctica sexual se prohibió, hace algunos años, en ciertas zonas de Zurich y el resultado fue nefasto. Comenzaron a acumularse las quejas de muchas mujeres que se sentían acosadas y aumentaron considerablemente las actividades de los proxenetas.
Aunque con anterioridad se han llevado a la práctica proyectos parecidos en las ciudades alemanas de Colonia y Essen, el proyecto suizo resulta mucho más ambicioso. Sin duda alguna, constituye un paso adelante para el control de la práctica de la prostitución, considerada en la Confederación Helvética como una actividad comercial, ejercida de manera legal y sometida a tributación. Las prostitutas para poder ejercer su actividad, tienen que ser mayores de edad, tener un permiso vigente de trabajo y estar dadas de alta en la seguridad social.
En mi opinión, una vez más, la Confederación Helvética, se sitúa en vanguardia, en la regulación de una actividad compleja, pero que mueve ingentes recursos. Quizá sea un ejemplo a seguir en otras latitudes, en las que predominan las mafias y en las que las autoridades miran, con excesiva tolerancia, gran permisividad y no poca hipocresía, hacia otro lado.
martes, 2 de abril de 2013
CANVI URBANÍSTIC I PROSTITUCIÓ DE CARRER A BARCELONA. Próximo viernes 5 de abril
http://prostitucion-visionobjetiva.blogspot.com.es/2013/01/dones-del-carrer-canvi-urbanistic-i.html
CANVI URBANÍSTIC I PROSTITUCIÓ DE
CARRER A BARCELONA
Acte OACU
Divendres, 5 d'abril 2013
19:00 h.
Sala Gran
iCampus Raval . Montalegre, 6 - 4t. pis
080001 – Barcelona
Presentació del llibre:
DONES DEL CARRER
Canvi urbanístic i treball sexual a Barcelona (2005-2009)
Núm. 23 de la col.lecció Temes d'Etnologia de Catalunya, Departament de Cultura de la Generalitat de
Catalunya
Hi Intervindran:
EVA SIRVENT i JORDI CARRERAS, autors, ICA
MIQUEL FERNÁNDEZ, OACU
MANUEL DELGADO, GRECS
RAFEL FOLCH, IPEC
MONTSE NEIRA, prostituta i llicenciada en Ciències Polítiques

http://blocs.gencat.cat/blocs/AppPHP/etnologia/files/2013/01/Dones-del-carrer.jpg
CANVI URBANÍSTIC I PROSTITUCIÓ DE
CARRER A BARCELONA
Acte OACU
Divendres, 5 d'abril 2013
19:00 h.
Sala Gran
iCampus Raval . Montalegre, 6 - 4t. pis
080001 – Barcelona
Presentació del llibre:
DONES DEL CARRER
Canvi urbanístic i treball sexual a Barcelona (2005-2009)
Núm. 23 de la col.lecció Temes d'Etnologia de Catalunya, Departament de Cultura de la Generalitat de
Catalunya
Hi Intervindran:
EVA SIRVENT i JORDI CARRERAS, autors, ICA
MIQUEL FERNÁNDEZ, OACU
MANUEL DELGADO, GRECS
RAFEL FOLCH, IPEC
MONTSE NEIRA, prostituta i llicenciada en Ciències Polítiques

http://blocs.gencat.cat/blocs/AppPHP/etnologia/files/2013/01/Dones-del-carrer.jpg
La presència històrica de prostitució femenina al barri vell de Barcelona s’enfronta a dues grans amenaces per a la seva pervivència: la reforma urbanística que, arran dels Jocs Olímpics del 1992, ha anant transformant l’antic barri “Xino” en l’actual Raval, i les polítiques municipals recents l’objectiu de les quals és invisibilitzar aquesta activitat eliminant la prostitució de carrer. Aquesta etnografia recull el testimoni de dones immerses en un procés de canvi a hores d’ara ja culminat durant un període concret (2005-2009), i mostra com tracten de defensar el seu mode de vida dels embats institucionals mitjançant el desplegament de tàctiques de resistència diverses. Per a això, es centra en dues modalitats de treball sexual que conviuen en un espai comú (la prostitució de carrer i la prostitució de bar), i atorga veu a aquelles que, relegades forçosament a la marginalitat, han vist usurpada la possibilitat de tenir alguna cosa a dir. Aquesta monografia és el resultat del treball de recerca que van dur a terme entre els anys 2006 i 2009 els autors, ambdós adscrits a l’Institut Català d’Antropologia, en el marc de les convocatòries de recerca de l’Inventari del Patrimoni Etnològic de Catalunya.
Sirvent Ivorra, Eva; Carreras Gutiérrez, Jordi (2012)
"Dones del carrer. Canvi urbanístic i treball sexual a Barcelona (2005-2009)"
lunes, 28 de enero de 2013
La prostitución en las calles de Madrid.
Las dos hermanas aseguran que el miércoles fue la primera vez. Se vistieron en el diminuto piso que comparten en el centro de Madrid, se pintaron frente al espejo y cogieron un taxi hasta Capitán Haya, una zona de hoteles. Le pidieron al taxista que volviera a recogerlas en unas horas. Luego se colocaron en una esquina, nerviosas, esperando a que un hombre las mirara.
Tres días después, el viernes 30 de agosto, dicen que fue la última. Nacieron en la República Dominicana, pero tienen nacionalidad española, y el nombre de las dos empieza por la misma letra: G. La mayor, de 53 años, fue cocinera hasta que en 2010 perdió el trabajo. La pequeña, de 43, se quedó sin su empleo de auxiliar de clínica por las mismas fechas. “No lo habría hecho si no fuera porque tengo tres muchachos. Me echaría un novio y ya está”, cuenta. Ella se vistió con unos pantalones azules y una chaquetilla roja; su hermana, con una falda negra muy corta.
Los problemas empezaron pronto. Una fuerte rivalidad se había trenzado con las 20 rumanas que ocupaban la esquina de Capitán Haya. “Ya nos habían dicho que teníamos que irnos porque la zona era suya, pero ese día se fueron para nosotras”, explican las hermanas. La pelea fue brutal. “Me agarraron y me tiraron de los pelos. Me dieron bolsazos, patadas, arañones. Me levanté y corrí, pero me cayó el grupo detrás”, cuenta la pequeña. Reconoce que ellas tampoco anduvieron cortas a la hora de defenderse: “Con una navajita que llevaba por si acaso conseguimos quitárnoslas de encima”. Entonces llegó la policía, y las hermanas descubrieron algo demasiado tarde: que parándose en una esquina habían rebasado una línea a partir de la que ya no eran igual de ciudadanas; lo suyo era una mera trifulca de putas.
más información
- La Policía informará a los padres de los menores que aborden a prostitutas
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- La prostitución, mejor debajo de la alfombra
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- Botella: "Regular la prostitución sería como legalizar al proxeneta"
- El Ministerio del Interior estudia prohibir la prostitución en la vía pública
El atestado policial describe “una fuerte pelea entre mujeres” que se disuelve al aparecer ellos, dejando a las protagonistas “alteradas” y “sangrando algunas de ellas”. Los agentes aseguran que las rumanas les contaron que a la una de la mañana una de ellas al salir de un hotel había tenido “una discusión con otras dos mujeres de raza negra” porque todas “se dedican a la prostitución y las dominicanas estaban intentando quedarse con su zona de trabajo”. Las declaraciones recogen insultos y amenazas: “Te vamos a matar. Vete de la calle”. Algunas de las combatientes presentaban pequeños cortes en las manos o en los muslos de los que culparon a las dominicanas. Ocho rumanas declararon contra ellas y las dos mujeres terminaron en comisaría denunciadas por agresión.
Pasaron 72 horas detenidas, aseguran que no se les tomó declaración, no avisaron a sus familiares, y ahora tienen un juicio pendiente. Hablan del recuerdo como una pesadilla. La misma que están encontrando muchas mujeres que no ejercían la prostitución y que en los dos últimos años han salido a la calle acuciadas por la crisis económica para verse frente a un laberinto de violencia e inseguridad, mafias e incomprensión.
Luchas por el territorio
Para medir el aumento de la prostitución no existen cifras. Hay indicios. Uno es que entre enero y octubre de 2012 el centro Concepción Arenal, especializado en la atención de prostitutas que quieren cambiar de vida, atendió a 287 (90% extranjeras) cuando su media anual era de 197. El fenómeno arranca con la crisis, y en el año 2009 el número de altas se situaba en 133 mujeres, más del doble que en 2008. Otras asociaciones rubrican la tendencia. Médicos del Mundo, por ejemplo, asegura que el número de prostitutas a las que atendió subió en 2011 el 5,83%, en parte porque dedicaron más medios y en parte porque muchas mujeres que lo habían dejado volvieron por las estrecheces.
Una ronda de conversaciones con especialistas revela hasta qué punto la situación con la que se encuentran en la calle es dura. “Cuando llegan nuevas mujeres tienen que luchar por su territorio”, cuenta Cristina, una de las trabajadoras de la unidad móvil del Concepción Arenal. Ha visto mil historias similares a la de las dos dominicanas. “Es un mundo muy individualista, y la nueva va a tener siempre más clientes. Así que, o tienes alguien que interceda por ti, o se te lanzan encima”.
En la unidad móvil recorren las zonas emergentes de la prostitución madrileña: el polígono Marconi, Vicálvaro y, sobre todo, el polígono El Gato, donde ha crecido más. “La prostitución es violencia”, cuenta Isabel, compañera de Cristina: “Están en polígonos sin protección, expuestas a clientes que las vejan, a robos, a agresiones, a niñatos que pasan en coche y les tiran piedras”.
Cifras inciertas
- No hay censo nacional de prostitución. La última cifra, de 1995, es del Instituto de la Mujer y contabilizaba 300.000 meretrices.
- Aproximadamente una de cada 10 prostitutas en el país es española. Las procedencias más comunes son América Latina, Rumanía y Nigeria.
- El centro municipal Concepción Arenal atendió en 2012 a 287 mujeres, cuando su media anual era 197. Médicos del Mundo aumentó el 5,83% sus actuaciones en 2011 respecto a 2010, pero también contaba con tres nuevos dispositivos de atención.
- De 2009 a 2011, 449 mujeres de las 714 atendidas en el Concepción Arenal consolidaron el abandono de la prostitución.
- Según la ONU en 2010, el 19% de hombres en Europa han recurrido a servicios sexuales. En España, el 39%.
- Una de cada siete prostitutas es víctima de la trata de blancas, sostiene el mismo estudio. En Europa sería preciso reclutar todos los años a unas 70.000 mujeres para la trata con las que remplazar a las que dejan el mercado.
En Vicálvaro, Cristina e Isabel han vivido de cerca la intervención policial para detener al cabecilla de una trama de extorsión que demandaba dinero a las chicas por ejercer en la zona. “Al principio yo pensaba que un proxeneta al menos protegía, pero ni eso”, cuenta Isa: “Solo las explotan”. El riesgo de caer bajo el poder de controladores de zonas es alto en algunas áreas. Aparte quedan las peleas espontáneas o los roces con las mafias que se dedican a trata de blancas.
Ana Delso Atalaya, directora del centro, no cree que haya que exagerar con la idea de que se está produciendo un éxodo a la prostitución de desempleadas comunes. Explica que la mayoría de las recién llegadas a la calle son personas “que estaban al borde” de la exclusión social. Sí coincide en el aumento del estrés y la violencia en un contexto de competencia extrema. El pastel se reduce y la guerra de precios es brutal. Junto a las agresiones, Médicos del Mundo alerta sobre otra larga serie de peligros sanitarios intensificados por la presión de la concurrencia: prácticas sexuales de riesgo, malos horarios, alta movilidad y la tensión que produce la situación familiar. “Muchas mujeres que dejan la calle muestran síntomas de estrés similares a los de veteranos de guerra”, explica Rocío de la Hoz, directora general de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento: “La doble vida a la que se lanzan es a veces lo más devastador”. Penélope Piñera, psicóloga del Concepción Arenal, describe el aislamiento en el que se sumergen muchas para evitar que nadie pueda señalarlas como prostitutas en presencia de familiares. “¿Quién va a querer una amiga puta?”, cuenta que es una de las preguntas más frecuentes, junto al “¿Se me nota?”, que alguna plantea en voz baja al subirse al metro y cruzar la mirada con otros viajeros.
Tensión con la policía
Los expertos explican lo difícil que resulta que las mujeres que se encuentran con problemas en la calle recurran a la policía, sobre todo porque esta a menudo parece más pendiente de asegurar que la zona quede limpia o de fichar a inmigrantes irregulares. “¿Y así quién se va a atrever a denunciar una agresión o un abuso?”, protesta Elisa Arenas, de Hetaira. La posición de esta asociación es que la prostitución es un mundo heterogéneo dentro del que hay que acabar con la trata y los abusos pero, al mismo tiempo, asumir que muchas mujeres pueden ejercerla voluntariamente. Para estas últimas exigen una regularización de las condiciones de trabajo. “Empujando a la clandestinidad, las trabajadoras del sexo pierden poder para negociar el mismo uso de preservativos”, cuenta Elisa. “La prostitución no tiene que ser violencia, ni los clientes abusadores”, dice, para reconocer luego que ante las condiciones de indefensión en las que se ejerce hoy en la calle es muy difícil entender que las mujeres se expongan voluntariamente. “Pero no se puede plantear que todas las situaciones son malas”, insiste, “y hay que definir qué es la voluntariedad teniendo en cuenta las malas condiciones sociales y laborales: ¿cuánta gente en está atrapada hoy en una vida que le repugna?”. Hetaira defiende que la mejor solución a los males de las prostitutas está en la creación de condiciones de trabajo más dignas, como zonas protegidas, una idea que no coincide precisamente con la dirección en la que trabaja el Ayuntamiento de Ana Botella, partidario de multar a los clientes. Ana Delso propone como otras formas de mitigar los peligros una mejor colaboración entre policía y agentes sociales, una lucha más efectiva contra la trata, y más esfuerzos por escuchar a las prostitutas.
La Policía Nacional no ha querido responder acerca de ninguna de estas cuestiones. Después de una semana de gestiones, un portavoz transmitía que el cuerpo no iba a participar en este reportaje “porque la prostitución no es un delito”. Explicó que sí podría colaborar en una información sobre proxenetas pero no acerca de los problemas de seguridad derivados de la prostitución “porque no son un tipo de problema en sí mismos, sino que es el mismo caso de dos personas que se pelean por sentarse en un banco”.
Las dos hermanas, G. y G., aseguran que han necesitado ansiolíticos durante meses. Cuando hablan de sus tres días en la calle insisten en que lo peor no fue el trabajo, sino la violencia que descubrieron. El parte médico que les hicieron en el hospital tras su pelea y paso por comisaría recoge hematomas, contusiones, contracturas, laceraciones y síntomas de ansiedad. La semana pasada supieron que la fiscalía apoya los argumentos de su abogado para sobreseer el caso de agresión: las denunciantes no estaban identificadas, no se las puede localizar, y el informe forense se elaboró sin que el médico viera a las supuestas agredidas, basándose solo en los partes de asistencia. El abogado concluye que las denunciantes “han utilizado con notable éxito a la Administración de justicia para deshacerse de la competencia”. Otra forma de barrer a las nuevas de las esquinas.
Con solo tres días de actividad, los síntomas de estrés que relatan estas hermanas se acercan mucho a los que describen los especialistas para las prostitutas traumatizadas. Aseguran que ahora les da miedo salir a hacer la compra. Que miran con desconfianza a las mujeres y a la policía. La mayor llora: “Jamás creí que mi vida fuera a ser así pero, cuando hay necesidad, algunas cosas ni las piensas”.
martes, 17 de abril de 2012
Ive Okundaye, una done de carretera
Ivie Okundaye, una jove nigeriana que exercia la prostitució a la Jonquera, va ser atropellada mortalment fa dos anys. El seu cas desvetlla el mètode d'esclavatge, a través del ritual del vudú, de la prostitució d'origen nigerià al nostre país i a Europa.
domingo, 25 de diciembre de 2011
"Diario de una controladora del sexo"
Nadezhda pasea por la comisaría su larga melena rubia, su metro ochenta de estatura y una minifalda ceñida. No atiende a lo que le dicen. Lo mismo se entretiene con un lápiz que corretea por los pasillos. Se ríe. Cree que tiene 25 años, pero en realidad suma 28 y pasa los días en una calle cuyo nombre ignora, la de Sant Ramón, corazón histórico de la prostitución callejera en Barcelona. Al inspector del Cuerpo Nacional de Policía que la interroga no sabe decirle qué día es. También ignora la fecha de cumpleaños de su hijo Radek, al que tuvo con un cliente cuando se prostituía en Praga. Solo se entristece un poco cuando recuerda que sus compañeros de clase se burlaban de ella porque era "de un nivel inferior". Pero dice que ahora es feliz y que su chulo, Anton B., y su controladora, Frantiska K., la tratan bien por más que él refunfuñe cuando lleva a casa poco dinero y que ella, a la que considera "como una madre", no la deje a sol ni a sombra.
Mientras Nadezhda deja atónitos a los policías con su cuerpo de mujer centroeuropea y su comportamiento infantil, ajeno a las cosas de este mundo, Frantiska K. se niega a declarar. Es el 30 de abril de 2008 y los agentes acaban de detenerla en la plazoleta donde ha visto pasar las horas los últimos ocho años. Desde allí ha vigilado a la chica, pero también ha observado la dureza de la vida cotidiana en ese rincón de Barcelona, ha hablado con los personajes que la pueblan y ha plasmado sus reflexiones en una vieja libreta con guías de color rosa, de esas que evitan que, al escribir, la letra se tuerza. El diario original, escrito en checo, fue enviado por la policía al juzgado y traducido al español. Sus páginas revelan una historia personal de soledad y sufrimiento, pero también son una aproximación ambivalente al mundo de la prostitución y un relato duro y transparente de un tiempo y un lugar.
Mientras Nadezhda deja atónitos a los policías con su cuerpo de mujer centroeuropea y su comportamiento infantil, ajeno a las cosas de este mundo, Frantiska K. se niega a declarar. Es el 30 de abril de 2008 y los agentes acaban de detenerla en la plazoleta donde ha visto pasar las horas los últimos ocho años. Desde allí ha vigilado a la chica, pero también ha observado la dureza de la vida cotidiana en ese rincón de Barcelona, ha hablado con los personajes que la pueblan y ha plasmado sus reflexiones en una vieja libreta con guías de color rosa, de esas que evitan que, al escribir, la letra se tuerza. El diario original, escrito en checo, fue enviado por la policía al juzgado y traducido al español. Sus páginas revelan una historia personal de soledad y sufrimiento, pero también son una aproximación ambivalente al mundo de la prostitución y un relato duro y transparente de un tiempo y un lugar.
"Hoy he cumplido 59 años, pero lo que he vivido en España no lo había vivido en ningún sitio. Estoy en esta plaza todos los días, de la mañana a la noche. Estoy sentada o de pie y miro alrededor. Escucho a los demás y eso se me hace duro", escribe Frantiska. Su vida es de una monotonía asfixiante desde que, en el año 2000, abandonó la República Checa en un largo viaje en coche hasta Barcelona. Desde entonces, está con Nadezhda a todas horas y no hay nada que no hagan juntas. O casi. Solo se separan cuando la chica atiende a un cliente. "Tengo solo a ella y ella solo a mí. Solo confiamos una en otra. Aunque ella no entiende mis sueños ni deseos. Qué pena. Ella también está añorando nuestra tierra pero, ¿qué haríamos en Chequia? Aquí por lo menos tenemos una cama limpia, comida y algo de dinero".
"Madre" e "hija", como se ven la una a la otra, vivían por aquel entonces en un piso del humilde barrio de Poble Sec, con Anton, un hombre ocioso que se dedicaba a "ir al gimnasio y salir de copas", según fuentes de la investigación. Cada día, a primera hora, Nadezhda y Frantiska toman un taxi hasta Sant Ramón. El físico imponente de la joven checa la eleva por encima de sus compañeras de calle, lo que le ha hecho ganar una clientela estable. En las 12 horas de jornada diaria, sube a la habitación a una media de diez hombres. Cobra 20 euros por servicio y obtiene unos beneficios mensuales que rondan los 6.000 euros. Todo el dinero lo gestionan Frantiska y Anton. El trabajo de Nadezhda da a los tres lo suficiente para comer, pagar el alquiler y coger un taxi de vuelta a casa por la noche. También, para enviar a Radek 200 euros al mes, que es la cantidad que cree ganar Nadezhda.
El diario de la controladora está repleto de expresiones soeces y describe con crudeza el trabajo de las chicas, los problemas con la policía o las palizas de los macarras (los proxenetas). "Estas chicas podrían trabajar en el ambiente limpio de un club. Pero allí una puta no puede ni abrir la boca. Hay mafias y no les quedaría ni para el pan. En la calle solo la amenaza el macarra cuando gana poco". Frantiska presume de una enorme fe religiosa y en ocasiones se compadece de la suerte de las mujeres de Sant Ramón: "Cuando veo a las chicas, con qué desgana van a follar con el cliente, me dan un poco de pena. Cuando me pongo a contar cuántos clientes tienen que atender al mes se me cruzan los ojos. Nadie se da cuenta de que a veces les duelen todos los bajos; importa solo el dinero. No hay ninguna compasión".
"A veces me siento como una tonta. Si me observas pensarás que estoy loca. Estoy sentada en mi escalón y voy señalando a la chica dónde puede ir a follar. Es cómico ver los gestos y señas que hago", relata Frantiska, que siente nostalgia de su país y añora al hijo que, también ella, dejó allí. "Quiero mucho a mi hijo y a Nadezhda (...) Llueve, tengo frío, y espero con paciencia (...) Aunque me he vuelto una mujer dura, hoy no me siento bien. Es el cumpleaños de mi hijo otra vez y mañana es la Nochebuena. Estoy a 2.000 kilómetros de mi familia".
Las reflexiones de Frantiska narran los acontecimientos del Raval en distintos meses de 2006 y 2007. Ese año se produjo la entrada de Rumanía y Bulgaria en la UE. "Se va a robar más y va a haber más putas", predice la controladora. No solo juzga con desprecio a ciertos colectivos, sino que también es muy crítica con el sistema penal español, al que considera muy blando. "Esto es el paraíso de la mafia", recoge el diario de Frantiska, que pide la ley del ojo por ojo. La mujer es testigo del juego del ratón y el rato al que parecen someterse policías y prostitutas. "La policía tiene mucha paciencia, pero las chicas también. Hay días en que se van a follar descaradamente delante de ellos y se hacen los locos. Ya no me extraña que las chicas se rían de ellos. Les insultan en rumano y les dicen tacos". El documento incautado por la policía recoge el paso a políticas cada vez más duras contra la prostitución callejera. La presión policial amenaza con arruinar el negocio, lamenta Frantiska.
En 2007, la Interpol emitió una orden de búsqueda de Nadezhda. Siete años después de abandonar el hogar, la madre fingió darse cuenta de que la chica había desaparecido. En realidad, el problema era que el grifo del dinero (los 200 euros mensuales para Radek) empezó a cerrarse, y la madre quiso retomar el contacto. Los agentes localizaron a Nadezhda en la calle el 12 de marzo de 2008. Todos los testigos coincidían en que podría sufrir una disminución psíquica y que estaba en una situación de desamparo.
La policía detuvo a Frantiska y a Anton. La Fiscalía pidió prisión para ambos. La chica fue sometida a una breve exploración y los forenses concluyeron que sufría una desorientación cultural. Un juzgado de Barcelona decretó la libertad del proxeneta y la controladora porque la chica había manifestado que era feliz con lo que hacía y archivó la causa. Tiempo después se supo que las autoridades checas habían declarado que Nadezhda sufría una deficiencia mental grave y le habían retirado la capacidad legal para obrar. Tras ser rescatada, la chica pasó un tiempo en una casa de acogida. Allí pintaba con colores. También era feliz. Sus explotadores, ya en libertad, le ofrecieron volver a hacer la calle a cambio de un coche. Nadezhda volvió con ellos sin pestañear. Los policías, indignados, la vieron prostituirse en Sant Ramón durante un mes. Después, les perdieron la pista a los tres y no han vuelto a saber nada de ellos.
"La desgracia no anda en las montañas, anda entre la gente. Es un dicho checo. Me pregunto a veces por qué Dios permite todo esto. Necesito tanto hablar con alguien, pero no tengo con quién (...) Cuando miro a la chica me da mucha pena. Desearía de todo mi corazón que ella tuviera una vida feliz y una familia. Tengo también miedo de qué va a ser de ella cuando yo falte. Me gustaría que no estropease más su salud y empezase una vida normal. Entonces yo podría estar tranquila y solo me preocuparía de cocinar y descansaría delante de la tele. ¿Llegaré algún día a vivir así?". -
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