Gu Gaitun presenta los datos y los problemas de las personas relacionadas con la prostitución en cada uno de los territorios vascos, en un momento en que la manera de ejercer esta profesión está cambiando.
Desde la asociación Arrats critican que con ordenanzas como las de Irun "se les considera como criminales cuando la prostitución no es delito".
La manera en la que se
ejerce la prostitución está cambiando. Cada vez existe más diversidad de
género o procedencia en este colectivo, además de que cada vez la
invisibilidad es mayor gracias a herramientas como Internet. Para
responder a todas las necesidades seis asociaciones vascas llevan años
trabajando con este colectivo. Ahora se han unido y han formado la
Federación Vasca de entidades que trabajan con el colectivo de personas
que ejercen la prostitución, Gu Gaitun. En las jornadas de presentación
de este grupo, miembros de las asociaciones han expuesto los datos y
las problemáticas de cada uno de los tres territorios vascos y lo más
llamativo es el aumento de pisos en donde se ejerce la prostitución.
Aunque sobretodo destaca la manera de gestionarlos, ya que ahora son
cada vez las prostitutas quienes autogestionan su lugar de trabajo,
cuando antes era el dueño quien controlaba cómo trabajar y se quedaba
con un 50% de las ganancias.
Las responsables de las asociaciones apuntan que la recogida de datos
en este ámbito es una tarea muy difícil, ya que “todo es muy volátil”.
De hecho, los pisos ya no se anuncian en los periódicos, sino por
Internet. Además, en cuanto una comunidad de vecinos se entera de que
hay un piso donde se ejerce la prostitución “se cierra el piso y se van a
otro lado”. Otras cuestiones que han llamado la atención es el aumento
de hombres ejerciendo la prostitución y el de mujeres de nacionalidad
española, aunque los responsables de las asociaciones tampoco lo
consideran “algo significativo”.
En Bizkaia, el 62% de la prostitución se concentra en Bilbao y el 50%
en clubs y macroclubs. Así, el 42% ejerce la prostitución en pisos y el
8% en la calle. Un dato llamativo que han recogido desde la asociación
Askabide es que cada año contabilizan unas 1.000 personas nuevas en
Bizkaia. El 98% son mujeres y transexuales y el 2% hombres. Además, el
50% tiene entre 30 y 40 años, siendo el grueso de las personas de origen
latinoamericano. Por su parte, en Álava la mayoría de prostitutas
ejercen su profesión en los pisos, un 64%, un 34% ejercen en clubs y el
3% en la calle. La responsable de la Comisión C. AntiSida de Álava ha
destacado que en las zonas de la periferia de Vitoria suelen estar entre
8 y 12 mujeres “cuando no pasa Extranjería, porque si pasa no hay
ninguna”. Una de las cuestiones que más preocupa en este territorio es
el acceso de algunas de estas mujeres al padrón, ya que el 21% no lo
tiene, porque “se encuentran con muchas dificultades, incluso con cobros
abusivos”. Además, esto conlleva la dificultad de acceder a la tarjera
sanitaria.
En Gipuzkoa,
durante el pasado año 2013, han contabilizado un total de 1.157 personas
ejerciendo la prostitución. De estas, el 92% son mujeres, el 5%
transexuales y el 3% hombres. En este territorio destaca que en los
clubs y en la calle el 100% son mujeres, mientras que las transexuales y
los hombres ejercen en pisos. En Gipuzkoa hay un número bastante
elevado de personas empadronadas, un 92%, mientras que un 27% no cuentan
con tarjeta sanitaria. Una de las preocupaciones de la Asociación
Arrats es la aplicación en Irun de la ordenanza municipal que sanciona
el ofrecimiento y la demanda de la prostitución. A juicio de su
representante, en este municipio existe una “gran persecución y abuso
policial”. Además, denuncian que algunas prostitutas se encuentran
pendientes de juicio por la vía penal por desobediencia a la autoridad.
Desde Arrats critican que “se les considera como criminales cuando la
prostitución no es delito”.
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