Es un estudio de 1998, pero es importante por las aportaciones y teflexiones que hace en cuanto al trabajo sexual y es totalmente vigente en la actualidad:
http://www.amazon.com/The-Sex-Sector-Prostitution-Southeast/dp/9221095223
http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/media-centre/press-releases/WCMS_008942/lang--es/index.htm?shared_from=shr-tls
http://www.amazon.com/The-Sex-Sector-Prostitution-Southeast/dp/9221095223
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FRANCFORT (Noticias de la OIT) - El prestigioso premio editorial International Nike Award 1998 ha sido otorgado a Lin Lean Lim, de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), por un estudio sobre la industria del sexo en el Asia sudoriental, publicado recientemente. La señora Lim, autora de The Sex Sector: The economic and social bases of prostitution in Southeast Asia (Endnote 1) , recibirá el galardón el sábado 10 de octubre en el marco de la Feria del Libro de Frankfurt, en Alemania.
La concesión del International Nike Award fue promovida por la escritora feminista Shere Hite en la anterior edición de la Feria del Libro de Frankfurt, para premiar obras de no-ficción escritas por mujeres y que profundicen en el conocimiento de la condición femenina en el mundo. Este libro publicado por la OIT fue elegido por un jurado compuesto por mujeres de los cinco continentes, todas ellas famosas por sus escritos y actividades feministas.
El estudio de la OIT pasa revista a las fuerzas sociales y económicas que impulsan el desarrollo de la industria del sexo en cuatro países del sudeste asiático: Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. Afirma que la prestación de servicios sexuales ha alcanzado las dimensiones de un pujante sector comercial, que emplea directa e indirectamente a millones de trabajadores y aporta una contribución significativa a los ingresos nacionales de los países de la zona.
Lin Lean Lim, investigadora y especialista de la OIT en políticas de empleo, agradeció al jurado su decisión, en nombre de la OIT, y expresó su esperanza de que este premio «atraiga la atención sobre los muchos malentendidos y enormes carencias de las políticas públicas en relación con el sector del sexo, así como sobre el penoso trance en que se encuentran muchas de sus víctimas inocentes, que llega hasta la trata de mujeres y niños.»
Manifestó asimismo que «el creciente auge de la prostitución plantea alarmantes cuestiones, no sólo de sanidad pública, de moralidad y de discriminación de las personas en función de su sexo, sino también en relación con los derechos humanos fundamentales de un número cada día mayor de personas ocupadas en el sector del sexo. Es posible que la mayoría de ellas lo hayan elegido por propia voluntad, pero ciertamente muchas entraron en él a la fuerza, víctimas de un tráfico organizado, del engaño o de la explotación.» Añadió que las mujeres inmigrantes constituyen un grupo particularmente vulnerable y que existen abundantes pruebas de la existencia de «redes internacionales que con implacable eficacia dirigen la trata de prostitutas migrantes por todo el continente asiático e incluso en otros países.»
La señora Lin Lean Lim hizo especial hincapié en que, si bien las condiciones en que viven los trabajadores adultos del sector del sexo son muy diversas, puesto que van desde el trabajo libremente elegido y muy bien remunerado hasta la explotación y la práctica de la esclavitud, «no existe tal ambigüedad con la prostitución infantil», que considera un problema mucho más grave que el de la prostitución de los adultos.
«Los adultos tienen libertad para elegir la prostitución o para ocuparse en la pornografía... Pero los niños no. Los niños son mucho más vulnerables y están mucho más indefensos frente a las estructuras establecidas y los intereses económicos que existen en el sector del sexo, por lo que son mayores las probabilidades de que sean víctimas del trabajo forzoso para redimir deudas u objeto de tráfico, violencia física o tortura. También son mucho más susceptibles a las enfermedades, incluido el SIDA/VIH, y a sufrir traumas físicos y psicológicos que arrastrarán durante toda su vida. Por eso, aunque para abordar el crecimiento de la prostitución de adultos existen diversas opciones, frente al fenómeno de la prostitución infantil sólo cabe una opción: erradicarla.»
Según las estimaciones del informe, en los países objeto del estudio se dedica a la prostitución entre el 0,25 y el 1,5 % de la población femenina total. Las actividades relacionadas con la prostitución (entre las que se incluyen los numerosos bares, hoteles, salas de espectáculos y agencias turísticas que florecen gracias a ella) dan empleo a varios millones más de trabajadores. Amplios sectores de población en el sudeste asiático - en particular las familias rurales pobres, que a menudo envían a sus hijas a trabajar como prostitutas - fían su bienestar, cuando no estrictamente su supervivencia, al dinero que les remiten sus hijas dedicadas a la prostitución. Y, sin embargo, a pesar del volumen y de la importancia económica de la prostitución, el sector carece casi por completo de regulación y no se encuentra reconocido como sector económico en las estadísticas oficiales, en los planes de desarrollo ni en los presupuestos de los gobiernos de prácticamente la totalidad de los países del mundo.
El informe resalta las bases económicas de la prostitución, destacando los fuertes incentivos económicos que impulsan a las mujeres a emplearse en el sector a pesar del estigma social y de los riesgos que conlleva ese trabajo, a menudo mejor retribuido que la mayoría de los asequibles a mujeres jóvenes y con frecuencia sin formación. Pone de relieve luego los muchos intereses económicos en juego, que sacan mayor provecho de esas actividades que las mujeres y los niños cuya sexualidad es objeto de explotación comercial. Afirma que, para abordar los problemas de la prostitución, es preciso enfrentarse a toda esa variedad de intereses. Estos afectan a una amplia variedad de actores sociales, como son, entre otros, las familias de las mujeres y niños que en ocasiones los venden para la prostitución y muchas veces dependen de los ingresos generados por ésta; la variedad de establecimientos dedicados al sexo, que abarcan amplios sectores de las industrias del espectáculo, los viajes y el turismo; y, finalmente, los funcionarios corruptos, sin cuya complicidad no podrían operar en la impunidad las redes dedicadas al tráfico internacional de mujeres y niños.
Se afirma también en el informe que el crecimiento de la prostitución probablemente esté ligado, como consecuencia inadvertida, a las políticas macroeconómicas de unos gobiernos que tienden a fomentar la urbanización rápida a expensas del desarrollo rural, a generar una mano de obra barata para la industrialización, a facilitar la exportación al extranjero de mano de obra femenina y a promover el turismo como fuente de divisas. Es muy posible que todos estos rasgos de las economías modernas orientadas a la exportación, combinados con la cada vez más extendida falta de redes de seguridad social y la arraigada discriminación contra las mujeres, estén contribuyendo al desarrollo del sector del sexo.
«Las medidas dirigidas al sector del sexo tienen que considerar la problemática moral, religiosa, sanitaria, de derechos humanos y criminal, pero teniendo en cuenta que se trata de un fenómeno de naturaleza predominantemente económica», leemos. Pero el informe afirma también de forma categórica que no incumbe a la OIT tomar una postura en cuanto a si los países han de legalizar o no la prostitución. Según Lin Lean Lim, «el reconocimiento de la prostitución como sector económico no significa que la OIT esté pidiendo la legalización de la prostitución.» El libro se extiende en explicar los diferentes enfoques legales: criminalización y prohibición total, legalización que implique el registro y la regulación de los establecimientos dedicados al sexo y de las propias prostitutas, despenalización que trate a las prostitutas como víctimas e imponga, en cambio, sanciones penales más duras a quienes trafican con ellas, las explotan o las someten a abusos. Pero la OIT insiste en que corresponde a los gobiernos decidir la adopción de una u otra fórmula legal.
La OIT es el organismo de las Naciones Unidas especializado en los temas relacionados con el empleo y el desarrollo y la aplicación de las normas internacionales de trabajo. Fundada en 1919, es la más antigua de cuantas se integran en el sistema de las Naciones Unidas. La OIT cuenta en la actualidad con 174 Estados Miembros.
Endnote 1:
The Sex Sector: The economic and social bases of prostitution in Southeast Asia. Publicación dirigida por Lin Lean Lim, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 1998. ISBN 92-2-109522-3. Precio: 35 francos suizos (sólo en inglés).
La concesión del International Nike Award fue promovida por la escritora feminista Shere Hite en la anterior edición de la Feria del Libro de Frankfurt, para premiar obras de no-ficción escritas por mujeres y que profundicen en el conocimiento de la condición femenina en el mundo. Este libro publicado por la OIT fue elegido por un jurado compuesto por mujeres de los cinco continentes, todas ellas famosas por sus escritos y actividades feministas.
El estudio de la OIT pasa revista a las fuerzas sociales y económicas que impulsan el desarrollo de la industria del sexo en cuatro países del sudeste asiático: Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. Afirma que la prestación de servicios sexuales ha alcanzado las dimensiones de un pujante sector comercial, que emplea directa e indirectamente a millones de trabajadores y aporta una contribución significativa a los ingresos nacionales de los países de la zona.
Lin Lean Lim, investigadora y especialista de la OIT en políticas de empleo, agradeció al jurado su decisión, en nombre de la OIT, y expresó su esperanza de que este premio «atraiga la atención sobre los muchos malentendidos y enormes carencias de las políticas públicas en relación con el sector del sexo, así como sobre el penoso trance en que se encuentran muchas de sus víctimas inocentes, que llega hasta la trata de mujeres y niños.»
Manifestó asimismo que «el creciente auge de la prostitución plantea alarmantes cuestiones, no sólo de sanidad pública, de moralidad y de discriminación de las personas en función de su sexo, sino también en relación con los derechos humanos fundamentales de un número cada día mayor de personas ocupadas en el sector del sexo. Es posible que la mayoría de ellas lo hayan elegido por propia voluntad, pero ciertamente muchas entraron en él a la fuerza, víctimas de un tráfico organizado, del engaño o de la explotación.» Añadió que las mujeres inmigrantes constituyen un grupo particularmente vulnerable y que existen abundantes pruebas de la existencia de «redes internacionales que con implacable eficacia dirigen la trata de prostitutas migrantes por todo el continente asiático e incluso en otros países.»
La señora Lin Lean Lim hizo especial hincapié en que, si bien las condiciones en que viven los trabajadores adultos del sector del sexo son muy diversas, puesto que van desde el trabajo libremente elegido y muy bien remunerado hasta la explotación y la práctica de la esclavitud, «no existe tal ambigüedad con la prostitución infantil», que considera un problema mucho más grave que el de la prostitución de los adultos.
«Los adultos tienen libertad para elegir la prostitución o para ocuparse en la pornografía... Pero los niños no. Los niños son mucho más vulnerables y están mucho más indefensos frente a las estructuras establecidas y los intereses económicos que existen en el sector del sexo, por lo que son mayores las probabilidades de que sean víctimas del trabajo forzoso para redimir deudas u objeto de tráfico, violencia física o tortura. También son mucho más susceptibles a las enfermedades, incluido el SIDA/VIH, y a sufrir traumas físicos y psicológicos que arrastrarán durante toda su vida. Por eso, aunque para abordar el crecimiento de la prostitución de adultos existen diversas opciones, frente al fenómeno de la prostitución infantil sólo cabe una opción: erradicarla.»
Según las estimaciones del informe, en los países objeto del estudio se dedica a la prostitución entre el 0,25 y el 1,5 % de la población femenina total. Las actividades relacionadas con la prostitución (entre las que se incluyen los numerosos bares, hoteles, salas de espectáculos y agencias turísticas que florecen gracias a ella) dan empleo a varios millones más de trabajadores. Amplios sectores de población en el sudeste asiático - en particular las familias rurales pobres, que a menudo envían a sus hijas a trabajar como prostitutas - fían su bienestar, cuando no estrictamente su supervivencia, al dinero que les remiten sus hijas dedicadas a la prostitución. Y, sin embargo, a pesar del volumen y de la importancia económica de la prostitución, el sector carece casi por completo de regulación y no se encuentra reconocido como sector económico en las estadísticas oficiales, en los planes de desarrollo ni en los presupuestos de los gobiernos de prácticamente la totalidad de los países del mundo.
El informe resalta las bases económicas de la prostitución, destacando los fuertes incentivos económicos que impulsan a las mujeres a emplearse en el sector a pesar del estigma social y de los riesgos que conlleva ese trabajo, a menudo mejor retribuido que la mayoría de los asequibles a mujeres jóvenes y con frecuencia sin formación. Pone de relieve luego los muchos intereses económicos en juego, que sacan mayor provecho de esas actividades que las mujeres y los niños cuya sexualidad es objeto de explotación comercial. Afirma que, para abordar los problemas de la prostitución, es preciso enfrentarse a toda esa variedad de intereses. Estos afectan a una amplia variedad de actores sociales, como son, entre otros, las familias de las mujeres y niños que en ocasiones los venden para la prostitución y muchas veces dependen de los ingresos generados por ésta; la variedad de establecimientos dedicados al sexo, que abarcan amplios sectores de las industrias del espectáculo, los viajes y el turismo; y, finalmente, los funcionarios corruptos, sin cuya complicidad no podrían operar en la impunidad las redes dedicadas al tráfico internacional de mujeres y niños.
Se afirma también en el informe que el crecimiento de la prostitución probablemente esté ligado, como consecuencia inadvertida, a las políticas macroeconómicas de unos gobiernos que tienden a fomentar la urbanización rápida a expensas del desarrollo rural, a generar una mano de obra barata para la industrialización, a facilitar la exportación al extranjero de mano de obra femenina y a promover el turismo como fuente de divisas. Es muy posible que todos estos rasgos de las economías modernas orientadas a la exportación, combinados con la cada vez más extendida falta de redes de seguridad social y la arraigada discriminación contra las mujeres, estén contribuyendo al desarrollo del sector del sexo.
«Las medidas dirigidas al sector del sexo tienen que considerar la problemática moral, religiosa, sanitaria, de derechos humanos y criminal, pero teniendo en cuenta que se trata de un fenómeno de naturaleza predominantemente económica», leemos. Pero el informe afirma también de forma categórica que no incumbe a la OIT tomar una postura en cuanto a si los países han de legalizar o no la prostitución. Según Lin Lean Lim, «el reconocimiento de la prostitución como sector económico no significa que la OIT esté pidiendo la legalización de la prostitución.» El libro se extiende en explicar los diferentes enfoques legales: criminalización y prohibición total, legalización que implique el registro y la regulación de los establecimientos dedicados al sexo y de las propias prostitutas, despenalización que trate a las prostitutas como víctimas e imponga, en cambio, sanciones penales más duras a quienes trafican con ellas, las explotan o las someten a abusos. Pero la OIT insiste en que corresponde a los gobiernos decidir la adopción de una u otra fórmula legal.
La OIT es el organismo de las Naciones Unidas especializado en los temas relacionados con el empleo y el desarrollo y la aplicación de las normas internacionales de trabajo. Fundada en 1919, es la más antigua de cuantas se integran en el sistema de las Naciones Unidas. La OIT cuenta en la actualidad con 174 Estados Miembros.
Endnote 1:
The Sex Sector: The economic and social bases of prostitution in Southeast Asia. Publicación dirigida por Lin Lean Lim, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 1998. ISBN 92-2-109522-3. Precio: 35 francos suizos (sólo en inglés).
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