“Treinta años de prostitución marcan, estragan el cuerpo y el alma y os dan, también, un inmenso amor a la vida, respeto humano por el sufrimiento del Otro, por su soledad, por su desesperación al ser privado de mujer y de ternura, por sus propios fracasos, que se unen a los vuestros, y si el más allá existe deseo danzar al son de músicas gitanas, beber alcoholes maravillosos, y reencontrarme con mis hombres, aquellos que he amado, aquellos que he odiado, ayudado, aliviado, esperado, atendido, rechazado, reconfortado y tenido por encima de todos los prejuicios, los tabúes, las hipocresías de esta moral enferma e inhumana que no me ha matado, de la que simplemente me he evadido hacia una mayor libertad, arriesgando mi vida.”
Grisélidis Réal (1929-2005), escritora, pintora y prostituta, según reza su epitafio en el cementerio de los Reyes en la ciudad de Ginebra.
La licenciatura ha sido una de las reivindicaciones históricas del colectivo de trabajadores sociales y finalmente ha llegado con la implantación del Grado en Trabajo Social. Considero que la mayor capacitación profesional redunda en la mejor atención de las personas a las que nos dirigimos, un aumento en la calidad de los servicios que ofrecemos y un mayor reconocimiento de nuestra profesión.
Me alegra poder decir que… ¡ya soy graduado! Y como este mes me he propuesto hacer entradas positivas, la raíz de la mandrágora debe de estar conspirando para que el viento sople a mi favor. Recordemos que esta planta es mágica: pide y te dará.
La experiencia de volver a la Universidad (aunque nunca me fui del todo) con muchas dificultades, ha sido enriquecedora. Ha habido obstáculos pero los problemas nos hacen fuertes y nos dan la oportunidad de aprender y crecer. Además el tema que me tocó en suerte para mi Trabajo Fin de Grado me apasiona. Y pasión es lo que hay que ponerle a la vida.
Aunque decir mi nota me da cierto pudor, me viene muy bien para homenajear a las mujeres valientes que he “observado” con lupa durante estos meses. A ellas. Las putas valientes a las que sin duda alguna debo mi sobresaliente.
Ellas sí se lo merecen y por ellas me alegro tanto. Merecen un sobresaliente por lo que aguantan, por lo que callan, porque lloran, ríen, sufren, disfrutan y sienten. Porque sueñan, desean, hacen planes y navegan entre las aguas bravas de esta sociedad que las estigmatiza como malas mujeres, traidoras del género, putas. Muchas mantienen a sus hijos, a sus padres, a sus maridos… aunque difícilmente se mantienen a ellas mismas. Fundamentalmente son mujeres libres y oprimidas al mismo tiempo. La sociedad y las leyes no las apoyan, ni a las esclavas de las mafias ni a las putas libres. Hipocresía social y legal en tiempos globales.
Desde este rincón 2.0 quiero hacer un pequeño homenaje y dar las gracias a quienes han decidido escribir sobre ellas. Han sido meses en los que he leído mucho: libros, textos y documentos variados con posicionamientos muy diversos. Y entre ellos me quedo con las historias personales, porque ellas también hablan de su propia vida: Montse, Somaly, Valerie, Marta Elisa… porque hablar en primera persona no es fácil y como trabajador social valoro muchísimo el testimonio personal. Los demás debemos callar, para escuchar cuando ellas hablan.
No he estado solo, he contado con mucha ayuda en este tiempo, así que quiero dar las GRACIAS a las personas e instituciones relacionadas con el complejo y apasionante mundo de la prostitución que me han ayudado en esta tarea. Mis compañeras de trabajo que han colaborado y aportado muchas cosas (sobre todo calidad, humana y profesional, y porque siempre me cuidan mucho), el Comité Antisida de Zamora que me ha aportado mucho material y donde he aprendido casi todo lo que sé sobre prostitución (y donde además he aprendido en qué consiste la vida, gracias chicas, siempre seréis geniales). Entre los implicados directos, mi agradecimiento especial a Montse Neira que ha contribuido mucho al trabajo (más de lo que ella puede llegar a imaginar) y de la otra parte a un asiduo de estos servicios y defensor de la causa que tomó la iniciativa de contactar conmigo al saber que estaba interesado en este tema, gracias también César. Hay más… pero aquí lo dejo.
Hablo siempre de mujeres porque mi trabajo lo he centrado en la prostitución femenina, pero hago extensible la dedicatoria a todas las personas que por el motivo que sea utilizan su cuerpo como herramienta de un trabajo muy controvertido aunque siempre haya existido, también son de sobresaliente porque se salen de lo cotidiano. Espero continuar trabajando en este tema y que se abran nuevas vías de colaboración con la Universidad. Necesitamos crear espacios de debate desde lo que nos une en lugar de buscar la confrontación constante.
Para terminar quiero hacer un reconocimiento al trabajo que realiza el colectivo Hetaira en Madrid, que también me han aportado material de reflexión.
P.D. Mis chicas favoritas también han colaborado lo suyo, han leído mi trabajo y han sufrido mis desvelos: Raquel, Fátima, Eva, Rosi… gracias!!!
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